¿Cómo es trabajar con Elon Musk?
FORBES- 8 de Julio de 2016
"Trabajar con él no es una
experiencia cómoda; nunca está satisfecho de sí mismo, así que nunca es
realmente satisfecho con nadie a su alrededor." La ex Jefa de Adquisición
de talento en SpaceX responde a la pregunta
¿Cómo es trabajar con Elon Musk?
apareció originalmente en Quora: la red de intercambio de conocimientos donde
preguntas relevantes son contestadas por personas con conocimientos únicos.
Respuesta de Dolly Singh, ex Jefa
de Adquisición de talento en SpaceX, en Quora:
Después de trabajar con Elon
durante más de cinco años en SpaceX como directora de Adquisición de talento,
hay muchas posibles respuestas a esta pregunta. Cualquier respuesta que pudiera
dar estará completamente influenciada por mi propia experiencia, así que hago
la aclaración: ésta no es una respuesta imparcial.
Se dice que no puedes simplemente
soñar tu carácter, que tienes que martillar y forjarte uno tú mismo. Si hay
líder y una compañía que ha hecho justo eso, y sigue haciéndolo, es SpaceX.
Para tratar de capturar en palabras cómo es trabajar con Elon, me gustaría
compartir algunos recuerdos específicos, en particular un día realmente difícil
y sus secuelas épicas.
El 2 de agosto de 2008, ocho
meses después de unirme a la compañía, SpaceX lanzó el tercer vuelo del
vehículo de lanzamiento Falcon 1. El Falcon 1 fue el predecesor de los
vehículos de lanzamiento Falcon 9 que la empresa vuela hoy. Fue un momento
decisivo para la empresa. Elon había dicho a la prensa un par de años antes que
su inversión personal de 100 millones de dólares (mdd) en la empresa alcanzaría
para hasta tres intentos, y si no podríamos tener éxito en el tercer vuelo
podría tener que admitir la derrota. Además de la presión creada por esas
declaraciones, los ejércitos de cabilderos de nuestros competidores (los
contratistas de defensa más grandes y poderosos en el mundo) habían estado
trabajando a marchas forzadas en Washington para tratar de socavar a SpaceX y
dañar nuestra credibilidad pintándonos como una empresa demasiada arriesgada y
sin experiencia con el fin de proteger sus intereses multimillonarios en el
negocio de lanzamiento espacial.
SpaceX ejecutó un vuelo perfecto
en la primera etapa (la parte del vuelo que saca al vehículo de la gravedad de
la Tierra y donde el vehículo experimenta las condiciones físicas más
demandantes) despejando algunas dudas sobre los puntos de mayor riesgo de la
misión. Sin embargo, poco después de la primera fase de vuelo, inmediatamente
después de la separación de la etapa (cuando la primera etapa del vehículo se
desprende y la segunda etapa del vehículo continúa su viaje al espacio)
perdimos el vehículo y la misión.
El vicepresidente de Propulsión
de SpaceX, Tom Mueller (el padre moderno de la ciencia de cohetes y una de las
mentes científicas más brillantes del planeta) y su equipo han hecho un gran
trabajo rediseñando los sistemas del motor del vehículo haciéndolo aún más
eficiente y potente de lo proyectado en varias formas. Apagamos el primer motor
de la etapa, y luego procedimos a separar las etapas de los vehículos; sin
embargo, cuando las etapas se desacoplaban aún había una pequeña “patada” o
impulso en la primera etapa del motor, de manera que nuestra primera etapa,
literalmente chocó por detrás a la segunda etapa inmediatamente después de que
ambas secciones se separaron. Fue una experiencia emocional devastadora. Yo,
junto con los 350 empleados de SpaceX (en ese momento), celebramos el despegue
del vehículo, y mientras veíamos el reloj misión y sabíamos que las etapas
estaban a punto de separarse, la secuencia de video fue cortada. La compañía
veía una transmisión que tenía un retraso de 20 segundos frente a la del equipo
de control de la misión, ya que recibíamos la misma línea que la prensa, la que
tenía el retraso de forma deliberada en caso de que se registrara una anomalía
grave en la misión. Por eso, cuando la señal se interrumpió, supimos que algo
había salido mal, muy mal.
Elon y alrededor de siete u ocho
de los técnicos de más alto rango en SpaceX estaban al mando de la misión desde
un remolque en la parte trasera de la fábrica de Hawthorne, y todos esperábamos
con ansiedad que la puerta del remolque se abriera y alguien nos dijera algo.
El ánimo en el edificio estaba impregnado de desesperación; tienes que recordar
que en ese entonces SpaceX tenía seis años, y mucha gente había estado
trabajando más de 80 horas a la semana y nadando contra corrientes muy
poderosas, como las difíciles barreras de la tecnología, las instituciones, las
políticas y las finanzas, dejando sudor y sangre. Todos ellos lo habían dado
todo, estaban física y mentalmente agotados, y realmente necesitaban una
victoria para reponerse espiritualmente y renovar su fe para seguir a este
hombre en una montaña traicionera que habían agotado las esperanzas y los
recursos de muchos otros que habían intentado conquistarla.
Esa noche tendría un impacto
determinante en el futuro de la empresa; tenía el potencial para enviarla en
una espiral descendente de la que bien podría no recuperarse nunca. Una falla
en el liderazgo nos habría destruido no sólo a los ojos de la prensa o de los
consumidores potenciales, sino también internamente. Cuando Elon salió, pasó de
largo a la prensa y se dirigió primero a la empresa. A pesar de que sus
palabras se me escapan tal como las pronunció, la esencia de sus comentarios
fue:
Sabíamos que esto iba a ser
difícil, que es, después de todo, ciencia de cohetes. Después enlisto la media
docena de países que no habían ejecutado con éxito incluso una primera fase de
vuelo y llegado al espacio exterior, una hazaña que había logrado con éxito ese
día.
Se había (en su infinita
sabiduría) preparado para la posibilidad de un problema con el vuelo asegurando
una inversión importante (de Draper Fisher Jurvetson, si no recuerdo mal) que
daría a SpaceX amplios recursos financieros para intentar dos lanzamientos más,
que nos aseguraba, por lo menos, lanzar hasta un quinto vuelo si era necesario.
Que teníamos que levantarnos y
sacudirnos el polvo, porque teníamos muchísimo trabajo que hacer. Luego dijo,
con toda la fortaleza y ferocidad que pudo reunir, después de haber estado
despierto durante más de 20 horas: “Por mi parte, nunca me daré por vencido, y
quiero decir nunca”, y que si nos sumábamos a él, iba a ganar.
Creo que después de eso, la
mayoría de nosotros lo habríamos seguido hasta las puertas del infierno
cargando cubetas con aceite. Fue el despliegue de liderazgo más impresionante
del que he sido testigo. En cuestión de segundos, la energía del edificio pasó
de la desesperación y la derrota a un zumbido masivo de determinación y la
gente comenzó a enfocarse en lo que venía adelante en vez de mirar hacia atrás.
Este cambio ocurrió de forma colectiva, entre más de 300 personas en cuestión
de no más de cinco segundos. Me gustaría tener imágenes en video para analizar
los cambios en el lenguaje corporal que se produjo en esos cinco segundos. Fue
una experiencia increíblemente poderosa.
Lo que sucedió en los días y semanas
siguientes a esa noche es nada menos que una serie de milagros:
En cuestión de horas, el equipo
de SpaceX identificó la causa probable del fracaso del lanzamiento.
Normalmente, el tiempo de respuesta de los demás en el negocio de los
lanzamientos puede variar de semanas a meses para investigar una falla. Nuestro
equipo analizó cada partícula de datos para asegurarse de entender exactamente
lo que salió mal lo más rápido posible.
Antes del 6 de agosto anunciamos
los resultados de nuestra investigación y fuimos 100% transparente con nuestros
inversionistas y comunidad de clientes para asegurarnos de que podíamos
conservar su confianza en este momento difícil (Space Exploration Technologies
Corporation).
En siete semanas, tuvimos otro
cohete fabricado, totalmente integrado y listo para volar de nuevo. Nadie más
podría haberlo hecho en menos de seis meses con recursos financieros y humanos
ilimitados y; SpaceX lo hizo en seis semanas con menos de cuatrocientas
personas y en una dieta financiera.
El 28 de septiembre de 2008, el
SpaceX Falcon 1 voló su vehículo de lanzamiento desde Kwajalein Atoll en el
Pacífico Sur y ejecutó su primer lanzamiento con éxito del 100%, convirtiéndose
en el primer cohete de construcción privada del mundo en alcanzar la órbita terrestre.
Un logro de porciones verdaderamente épicas y una tarea completada previamente
por sólo seis naciones poderosas en la historia del mundo. Una victoria muy
necesaria y muy merecida para todo el equipo de SpaceX, y como esperamos, para
el futuro de la humanidad en general.
Así que para aquellos que
preguntan, éste es, en mi opinión, el verdadero carácter de Elon Musk. Sin
inmutarse ante todas las probabilidades, sin dejarse intimidar por el miedo al
fracaso, y forjado en los campos de batalla de algunos de los desafíos más
terroríficamente técnicos y demandantes de capital que cualquier ser humano
podría elegir asumir. De alguna manera sale vivo siempre, con la cabeza de su
enemigo en una bandeja.
Trabajar con él no es una
experiencia cómoda; nunca está satisfecho de sí mismo, así que nunca es
realmente satisfecho con nadie a su alrededor. Él se exige a sí mismo cada vez
más y empuja a otros a su alrededor de la misma manera. El reto es que es una
máquina y el resto de nosotros no lo somos. Así que si trabajas para Elon
tienes que aceptar la incomodidad. Pero en ese malestar está el tipo de
crecimiento que no se puede conseguir en ningún otro lugar, y cada gramo de
sangre y sudor vale la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario