Se buscan modelos de negocios sustentables
FORBES- 14 de Julio de 2016
Si bien cada negocio tiene sus
particularidades, en general la sustentabilidad de los negocios se puede
construir sobre 4 cimientos. Te digo cuáles son.
No hay duda, el desafío que
enfrentan los emprendedores hoy es crear modelos de negocios sustentables que
brinden valor a sus clientes. Todos lo entendemos, y tristemente también
sabemos que muchos de los negocios que con gran ilusión abrieron sus puertas en
enero, a estas alturas del año ya cerraron, y algunos más no alcanzarán a
llegar con vida a diciembre.
La tasa de sobrevivencia de los
nuevos negocios es muy baja. Pareciera que estamos viviendo una epidemia que
ataca a los negocios nacientes. La tasa de mortalidad de proyectos en ciernes
es muy alta. Según el Instituto Nacional del Emprendedor, cerca de 8 de cada 10
pequeñas y medianas empresas (pymes) cierran durante su primer año de
operación. La cifra, más que servir de desaliento, nos llama a la precaución.
Así como los argonautas fueron en
busca del vellocino de oro, los emprendedores intentan descifrar el misterio
que les permita traspasar el umbral de la fecha fatal, sobrevivir y tener
éxito. ¿No fue ése el impulso que los llevó a emprender? Sin duda alguna,
sabemos que ni las buenas ideas ni el entusiasmo son suficientes. Los
emprendedores necesitan más que un golpe de suerte para asumir el reto de
concretar un proyecto: necesitan entender qué es aquello que el mercado
necesita y está dispuesto a pagar por ello.
Reflexionar en la dinámica del
emprendimiento nos lleva a pensar en la sinergia que debe existir entre la
creatividad y la administración estratégica; el diálogo que debe haber entre la
oportunidad y la sensibilidad; la tolerancia a la frustración y la
perseverancia; la concordancia entre la vocación y la técnica. Un emprendedor
debe contar con las herramientas que lo lleven a entender el mundo al que está
entrando y desarrollar las competencias necesarias para establecer un negocio
que le retribuya el esfuerzo, la ilusión y el riesgo corrido. De esta reflexión
debe surgir un modelo de negocios sustentable.
Si bien cada negocio tiene sus
particularidades, en general la sustentabilidad de los negocios se puede
construir sobre los siguientes cimientos:
Comprensión del alcance del
negocio
En el contexto de las
organizaciones, un emprendedor debe tener claro el papel de su proyecto,
entender su ciclo de vida y analizar su tipología.
Operación y entorno de la empresa
La estructura organizacional del
proyecto juega un papel primordial. Generar una urdimbre dinámica que reconozca
la importancia de sus vínculos y procesos de comunicación, tanto dentro como
fuera del negocio, permite diferenciar las tareas y asignar las
responsabilidades. Le da flexibilidad y movilidad.
Innovación
El grado más alto de mejora
continua y diferenciación es la innovación. Es el catalizador de desarrollo y
el mejor antídoto contra el estancamiento, actúa como la vacuna más pertinente
contra el fracaso.
Plan de negocios
Es el preámbulo hacia la
concreción de una idea de negocios. Es el documento que le permite al
emprendedor llevar a cabo un análisis organizado y sistematizado. Es la forma
de plasmar en blanco y negro el reto que planea enfrentar y la manera en que ha
decidido hacerlo.
En términos del emprendimiento,
viene a cuento una frase de Napoleón Bonaparte: “Vísteme despacio que voy de
prisa.” La búsqueda de la sustentabilidad de un negocio invita a la serenidad y
a la prudencia. Las prisas no son buenas consejeras y más bien han probado ser
madrinas de muchos desaguisados. El reto del emprendimiento invita a avanzar
paso a paso para construir sobre terrenos firmes.
Es necesario preparar un guión
que sirva como guía en la creación de un nuevo negocio, partiendo, sí, de una
idea innovadora, con una visión novedosa, con una misión que revele
adecuadamente la vocación que nos da valor para irrumpir en el mercado, con un
proyecto que genere valor al cliente y a la sociedad.
El último pilar sobre el que
debemos edificar un proyecto sustentable es la responsabilidad social. Promover
un proceder ético en los negocios y marcar un código que sirva como brújula a
los emprendedores es un factor determinante en la ventaja competitiva de
cualquier proyecto.
Con independencia de la idea, del
negocio, del entorno, la ética y la responsabilidad social brindan un piso
sólido para la toma de decisiones del emprendedor. Según Nial Fitzgerald, CEO
de Unilever de 1996 a 2004, incorporar la responsabilidad social en las
organizaciones es una buena práctica de negocios no porque sea moralmente
aceptable o porque los clientes nos lo exijan, sino porque es bueno para el
negocio.
El concepto de responsabilidad
social y ética empresarial se ha convertido en un fenómeno que inmuniza los
proyectos que son cada vez más susceptibles de contaminarse, beneficiarse o
perjudicarse con los entornos económicos, políticos, sociales y ecológicos. No
importa cuántos muros queramos construir o cuántos velos queramos tender sobre
un secreto, la posibilidad de que algo salga a la luz pública y se convierta en
una noticia viral es cada vez más real. Funciona para lo virtuoso y para lo que
no lo es. Es difícil pensar en proyectos que triunfen y lleguen a largo plazo
si no se asume una actitud de transparencia, respeto y responsabilidad con el
entorno inmediato, con la comunidad y con el mundo.
La sustentabilidad de un modelo
de negocio puede resumirse en las palabras de Henry Ford: “Un negocio que
únicamente es capaz de generar valor económico, es un negocio pobre.” En esta
condición, un modelo de negocio que busque traspasar el umbral y conquistar el
largo plazo deberá basarse en elementos como los mencionados, y también deberá
generar dos cosas más: utilidades y una gran pasión.
Sin una o sin la otra, el negocio
muere. Si el proyecto sólo genera un enamoramiento arrobado y no da dinero,
cerrará tarde o temprano. Si el plan es aburrido y no atrae ni a su propio
creador, será complicado atraer clientes. Un emprendedor que entienda estos
elementos tendrá las herramientas iniciales para arrancar un negocio en el que
tiene mayores posibilidades de satisfacer a sus consumidores sin importar su
tamaño, giro o valor económico.
La cifra tan reducida de casos de
éxito de largo plazo para las pequeñas y medianas empresas, más que servir de
desaliento, nos llama a la precaución. Triunfar es lo que todo emprendedor
busca al aterrizar sus proyectos. No hay fórmulas infalibles, pero… una buena
forma de empezar es atendiendo estas consideraciones.
Cecilia Durán Mena - le gusta
contar. Poner en secuencia números y narrar historias. Es consultora,
conferencista, capacitadora y catedrática en temas de Alta Dirección. También
es escritora.
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