La gran responsabilidad de las marcas
FORBES- 25 de Julio de 2016
Las marcas no tienen la culpa, la
tienen los consumidores, y todos somos consumidores. Pero las marcas sí tienen
una gran responsabilidad de administrar ética y eficientemente las carencias
que hacen creer que satisfacen en el inconsciente y de manera simbólica.
Despiertas escuchando una música
suave que proviene de tu iPhone, te echas encima una bata calientita
Tommy, te calzas tus sandalias Ferragamo, vas hasta la cafetera Krups a
prepararte un café Punta del Cielo, tomas tu revista Forbes, y te dispones a
ponerte al día. Tu hija se acerca, arrastrando aún su cobija de Dora, la
exploradora, y vistiendo pijama de Peppa Pig te hace prometerle que al volver
de clases le darás de sorpresa el último castillo de la Bella Durmiente. Más
tarde sales de tu casa rumbo al trabajo, y en el camino, consciente e
inconscientemente, tu vista percibe más de 100 billboards y parabuses en una
fracción de minutos.
Las marcas invierten cientos de
millones de pesos en investigación, creatividad, diseño y comunicación, compran
decenas de horas al año en televisión y radio para ponerse en contacto con
nosotros los consumidores, cuentan con ejecutivos altamente capacitados en las
mejores universidades del mundo para innovar y desarrollar estrategias
efectivas de ventas, y tienen la enorme ventaja de pasar largos y emocionales
momentos a nuestro lado.
El ser humano ha aprovechado
históricamente a las marcas para llenar huecos psicológicos que su propia vida
no ha llenado. Así, hace cientos de años las clases pudientes ya mandaban a
hacer sus retratos con los pintores más virtuosos de la época, los cuales eran
colgados en sus salas para la admiración de sus invitados y tenían la firma del
retratista o pintor, la cual le agregaba valor ante la mirada de los demás. Lo
mismo sucedía al mandar a hacer ropa, sombreros, pelucas y carruajes.
A través de una marca, en la
actualidad las personas satisfacen su necesidad o carencia de sentirse
poderosas, importantes, creativas, felices, sofisticadas, internacionales,
inteligentes, cool. Las marcas son, hasta cierto punto, una fachada o
maquillaje que permite a los consumidores sentirse poderosos aun cuando no son
capaces de controlar sus emociones, jóvenes y hermosos(as) a pesar de que su
rostro muestre a todas luces la edad, e inteligentes, aun cuando tienen un IQ
menor a 80.
Las marcas se han convertido en
las herramientas más solicitadas para la satisfacción de las carencias
emocionales, porque es más fácil acceder a éstas y recibir los beneficios
simbólicos que éstas les proveen, que tener los beneficios reales de otras
herramientas. Claro, para un señor de 60 años es más fácil aparentar juventud
en un Audi convertible, vistiendo un pantalón Abercrombie, una camisa Lacoste y
una gorra American Eagle, que con cualquier rutina de ejercicio, un nuevo
estilo de alimentación, o disminuyendo el estrés y las emociones negativas en
su vida.
Las marcas no tienen la culpa, la
tienen los consumidores, y todos somos consumidores. Pero las marcas sí tienen
una gran responsabilidad de administrar ética y eficientemente las carencias
que hacen creer que satisfacen en el inconsciente y de manera simbólica.
Un mal mercadólogo es aquel que
dice mentiras sobre lo que el producto te satisface. Un buen mercadólogo es
aquel que encuentra valores agregados en el producto y cuenta una gran historia
sobre éstos, y que si no le encuentra valores agregados, busca la manera de
crearlos tangiblemente.
Coca-Cola, desde los años
sesenta, se dio cuenta de que era más rentable vender “la chispa de la vida”
que “el refresco que cuesta 5 centavos”; ahora, millones de personas en el
mundo, inconscientemente, creen que son más felices al tomar Coca-Cola, así que
Coca-Cola ya no vende refrescos, sino felicidad embotellada. Entonces, para que
sea una marca responsable y ética con su promesa central, debería promover la
felicidad REAL de sus ejecutivos, colaboradores, obreros, proveedores,
clientes, distribuidores, y hasta las comunidades en las que instala plantas.
Ricardo Perret-Socio Director de
Mindcode y BrainScan, empresas de Innovación y estudios del inconsciente del
consumidor. Autor de 5 libros de innovación. Conferencista y consultor
internacional.
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