La guerra por el grano de oro andino
El País - sábado, 2 de abril de
2016
Dicho incremento permitió a Perú
convertirse en el mayor productor y vendedor de quinoa en el mundo, dejando a
Bolivia, que por años encabezó la lista, en el segundo sitio. "Generamos
un interés inusitado de parte de los países vecinos, principalmente Perú,
después de más de 20 años de dura batalla para encontrar mercado internacional
y reconocimiento de nuestro producto", arguye Veliz en una conversación
telefónica. Hace 10 años, según Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), Perú apenas producía el 6% de la quinoa
que se vendía en el mundo, mientras que Bolivia acaparaba más del 90% del
mercado, que se consume en la región andina desde hace miles de años, y que
históricamente también ha sido cultivada por Ecuador, Colombia y en el norte
Chile y Argentina.
Hasta los años setenta del siglo pasado,
el grano era casi desconocido fuera de la región andina, dice David Díaz,
analista del fondo suizo ResponAbility, dedicado a las inversiones vinculadas
al desarrollo. Hasta entonces, el legado de la colonización española marginó la
producción de este producto a costa del trigo y la cebada, comenta Díaz.
Además, indica que los bajos rendimientos obtenidos por los agricultores,
debido a la escueta demanda internacional, desincentivaron la producción en
aquella época, cuando se solía cultivar para uso doméstico.
Una comida de moda
Sin embargo, desde hace más de
dos décadas la demanda de quinoa se catapultó en el mundo occidental hambriento
de comida saludable y orgánica. "Se metió en el mercado gracias a sus
cualidades nutricionales", comenta Tania Santivañez, oficial de protección
vegetal de la FAO. En 2013, el alimento vivía años de "ensueño",
comenta Diego Peláez, presidente de la Cámara Boliviana de Exportadores de
Quinua (Cabolqui).
Fue justo en 2013 cuando se
celebró el Año Internacional de la Quinoa y Naciones Unidas clasificó a este
producto como un cultivo estratégico para la seguridad alimentaria. Desde entonces,
los precios se han disparado, explica Peláez. En 2009, un quintal (46 kilos) de
quinoa tenía un costo en el mercado de 30 dólares, afirma Díaz. "En
diciembre de 2013 superó los 300 dólares, multiplicándose por 10", indica
el experto de ResponAbility.
La FAO sostiene que al final de esta década
las exportaciones de quinoa alcanzarán las 100.000 toneladas, más del doble que
en 2013
Este fenómeno fue el gran
dinamizador para que los agricultores peruanos se volcaran con mayor fuerza a
la producción y exportación del alimento, comenta Alfonso Velásquez, presidente
de Sierra Exportadora, organismo público peruano que promueve las exportaciones
de la zona andina. En 2014, la producción peruana del grano alcanzó las 114.343
toneladas, un 119,3% que más que en 2013. En tanto, las exportaciones llegaron
a las 36.662 toneladas, generando ingresos récord de 143,3 millones de dólares,
según la Superintendencia de Aduanas de Perú. "Bolivia fue pionera en
llevar la quinoa a los mercados internacionales", reconoce Velásquez.
"Pero los peruanos somos ágiles y nos agrupamos alrededor de este producto
y desde el Gobierno se impulsó el desarrollo de una industria", espeta.
Por su parte, la producción de quinoa boliviana logró, en 2014, sólo un repunte
del 26,4%, hasta alcanzar a las 77.354 toneladas, un 67% menos que Perú.
Mientras, las ventas al exterior se redujeron un 15%. La bajada fue
consecuencia de una sobreoferta, incentivada por la competencia peruana, en
Estados Unidos (consumidor del 42% de las exportaciones del mundo), Canadá y
Europa (en particular, Francia y Alemania), los principales mercados
internacionales de la quinoa boliviana. Para entonces, la batalla comenzaba a
dar frutos en uno de los frentes. Perú —que hasta 2013 contribuía con un 26% a
las importaciones hacia EE UU— logró en 2014 una cuota del 47,2%. Bolivia
redujo su participación del 70% hasta el 48,5%, según información del Gobierno
peruano.
Peláez considera que la
diferencia en los precios jugó un papel clave en el desplome que ha sufrido Bolivia.
"En 2013, una tonelada valía casi lo mismo en los dos países... rondaba
los 4.200 dólares", comenta. Pero en 2014, la alta demanda en el mercado
provocó una subida en el coste del producto entre ambas naciones. En 2014, los
productores bolivianos —que se han hecho fama por cultivar un grano orgánico
único, denominado "quinoa real"—, subieron el precio un 50%
(superando los 6.600 dólares), mientras que el coste por tonelada de Perú —que
había masificado el cultivo
permitiendo el uso de
plaguicidas—, había despuntado un 28%, llegando a 5.500 dólares, según
Cabolqui.
El precio, sin embargo, bajó en
2015 debido a que EE UU, principal importador de quinoa, paralizó la compra del
producto, principalmente el peruano, al detectar residuos de pesticidas en
algunos embarques. En 2015, la tonelada se vendía en promedio un 35% más
barata. La expectativa del representante del gremio boliviano es que el precio
se mantenga estable durante 2016, a la espera de una competencia más férrea por
el mercado en los próximos años, pues más de 50 países han empezado a cultivar
el alimento. La FAO sostiene que al final de esta década las exportaciones de
quinoa alcanzarán las 100.000 toneladas, más del doble de lo que se
comercializó en 2013. "La quinoa se convertirá en una materia prima
clave", remata Peláez.
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