La ciencia de hacer amigos
The wall street journal- abril
de 2016
He tenido una serie de citas
últimamente.
Intercambié números de teléfono
con la persona sentada a mi lado en una degustación de vinos Cabernet
organizada por mi bar favorito y tomé un café con otra que conocí mientras
paseaba a mi perro. Retomé el contacto con personas que no había visto en años.
Estoy tratando de hacer nuevas
amistades.
Un número importante de estudios
muestran que las personas que disfrutan de amistades sólidas tienen vidas más
largas y saludables que las que no las tienen. La amistad disminuye la presión
arterial y el estrés, reduce el riesgo de caer en depresión y aumenta la longevidad,
en gran parte porque alguien está pendiente de nosotros.
Una investigación publicada en
febrero por la revista especializada British Journal of Psychology analizó
15.000 casos y encontró que las personas que tenían más interacciones sociales
con amigos cercanos reportaban ser más felices, a menos que fueran muy
inteligentes. Las personas con coeficientes intelectuales más altos eran menos
felices cuando pasaban más tiempo con amigos. En teoría, dicen los expertos,
estas personas se mantienen intelectualmente estimuladas sin necesidad de tener
mucha interacción social y a menudo siguen un objetivo a largo plazo.
A partir del momento en que
entramos en la adultez, nuestra cantidad de amigos comienza a disminuir en
forma constante. Los cambios de amistades suelen ocurrir en momentos de
transición de la vida, como graduarse de la universidad, tener hijos, perder un
empleo, divorciarse o sufrir la muerte de un cónyuge. Un estudio publicado en
2015 por Evolutionary Behavioral Sciences analizó 540 hombres y mujeres y
mostró que cuando ganamos una pareja perdemos en promedio dos amigos.
“Estamos permanentemente
desprendiéndonos de nuestros amigos”, dice Irene S. Levine, profesora de
psiquiatría clínica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York y
autora de Best Friends Forever: Surviving a Breakup with Your Best Friend (algo
así como “Mejores amigos para siempre: cómo sobrevivir a una ruptura con su
mejor amigo”). “Nos dirigimos en una dirección, nuestros amigos van en otra, y
no hay mucho más en común”, explica.
A medida que pasan los años se
vuelve más difícil hacer amigos: tenemos menos tiempo para dedicarles. Al mismo
tiempo, es más difícil encontrar personas con intereses y estilos semejantes a
los nuestros cuando ya no podemos contar con el grupo de compañeros de escuela
para facilitarnos la vida a hora de elegir amigos. Con sus rutinas constantes,
la escuela es además un ámbito que favorece de manera natural el desarrollo
paulatino de la intimidad entre las personas.
Con el tiempo también nos
volvemos más inhibidos. La mayoría de los niños no tiene problemas para
atravesar el patio para preguntarle a otro niño si quiere ser su amigo.
Imagínese hacer eso en una cafetería.
¿Cómo se hacen amigos en esta
etapa de la vida? Levine sugiere que el primer paso es superar el estigma de
que si no tiene suficientes amigos o está buscando hacer más, tiene un
problema. Los adultos, dice la experta, tienden a pensar que todo el mundo tiene
amigos y que nosotros somos los que los estamos buscando. “Nada podría estar
más lejos de la verdad”, asevera. En especial las mujeres se sienten juzgadas
si no tienen amigos, ya que se supone que la amistad es algo en lo que aquellas
sobresalen.
A los hombres les podría costar
más entablar una amistad. Las mujeres se sienten más cómodas haciendo contacto
con desconocidas, dice Geoffrey Greif, profesor de la Universidad de Maryland y
autor de Buddy System: Understanding Male Friendships (algo así como “Compinches:
Cómo entender las amistades masculinas”). Grief dice que a los hombres a menudo
les preocupa que si buscan acercarse a otro hombre esto pueda ser interpretado
como un avance sexual. En general, además, los varones “están menos dispuestos
a mostrarse vulnerables”, observa.
Si desea hacer nuevos amigos,
debe saber dónde apuntar. Al igual que cuando busca pareja, tiene que buscar
gente con la que tenga algo en común y que esté emocionalmente disponible.
Tara Massan ha hecho amigos
invitando a salir a otra voluntaria de un banco de alimentos, asistiendo a la
misma cafetería a la misma hora todos los y ubicándose en su clase de gimnasia
al lado de una mujer cuyas destrezas atléticas admiraba.
Hace algunos años, mientras
trabajaba como asistente legal, advirtió que una compañera de oficina venía a
trabajar todos los días en zapatillas. Massan mencionó que a ella también le
gustaba correr y le pidió consejos para una carrera de 10 kilómetros en la que
tenía que participar pronto. Al poco tiempo, las dos empezaron a charlar todos
los días sobre el tema y la compañera invitó a Massan a su grupo de corredores.
Ahora ambas se reúnen todas las semanas para ir a correr o ponerse al día.
“Si siente química con otra
persona, preséntese”, recomienda Massan, una profesora de violín de Blaine,
Minnesota, de 33 años. “Nunca se sabe qué tipo de amistad florecerá”.
Cuando está buscando hacer
amigos, no espere lograr demasiado en poco tiempo. Comience por conocer a las
personas. Nunca se sabe quién se convertirá en un amigo cercano.
Busque con amplitud. Cuando
ensancha sus horizontes, multiplica sus opciones.
Comparta algo personal. “Es como
un baile”, señala Levine. “Usted comparte algo, luego le da a la otra persona
la oportunidad de compartir” algo con usted, asevera. “Debe ser un despliegue
mutuo de información sobre el otro”.
Siga sus intereses. Involúcrese
con grupos o actividades que le gusten. De esa forma se encontrará con personas
de gustos similares y se volverá más interesante. Eche un vistazo a Meetup.com,
un sitio de grupos creados en torno a actividades o intereses específicos y que
siempre están buscando conectar gente nueva.
Sea constante. Participar
regularmente en una actividad permite conocer a alguien de manera natural, a lo
largo del tiempo. “Cuesta llevar [la amistad] al siguiente nivel si usted no se
ve con esa persona con regularidad”, dice Carlin Flora, autora de
“Friendfluence: The Surprising Ways Friends Make Us Who We Are” (algo así como
“Aminfluencia: Las sorprendentes maneras en que los amigos nos hacen ser
quienes somos”).
Considere la posibilidad de
reanudar una vieja amistad. Las circunstancias de las personas cambian y
alguien que estaba demasiado ocupado en el pasado puede ahora tener más tiempo.
Ofrezca su amistad cuando alguien
la necesite. Ofrezca dejarle una sopa al vecino enfermo o invite a tomar un
café a un compañero de trabajo estresado.
He hecho amigos charlando con
extraños en aviones, trabajando como voluntaria para una organización benéfica
que ayuda a veteranos de guerra y participando en regatas de veleros los
miércoles por la noche.
Recientemente, he decidido que no
tengo suficientes amigas en Miami, donde me mudé hace varios años. Un conocido
me informó que existía un grupo de Facebook llamado Scuba Girls para mujeres a
las que les gusta bucear, que es una de mis pasiones. Mandé un mensaje al grupo
presentándome y dije que estaba buscando amigos. A los 15 minutos tenía 11
respuestas. Tres eran de mujeres que ya conocía, que me saludaban.
Hice planes para juntarme con
varias de las mujeres que no conocía. Todas eran interesantes y divertidas y
estoy segura de que, con el tiempo, saldré a bucear con ellas.
Hubo un caso fue especial. Tan
pronto como nos vimos hicimos una buena conexión a partir del hecho de que las
dos tenemos el cabello rizado. Al final, nos quedamos charlando unas tres horas
sobre nuestros trabajos, libros favoritos, relaciones y el Medio Oeste de
EE.UU., donde ambas crecimos. A mitad de la conversación la interrumpí para
informarle que estaba en una “cita entre amigas”.
“¡Lo sé!”, respondió con
entusiasmo. “Va muy bien, ¿no te parece?”
5 pasos para comenzar una amistad
Encontrar un amigo se parece
mucho a las citas.
Los amigos conducen a nuevos
amigos; bienvenidos a estos amigos “puente”.
No se limite a conocer personas
que sean iguales que usted.
No hay que esperar mucho en poco
tiempo.
Sea abierta y comparta sobre
usted.
Haga el seguimiento. Una llamada
o una salida no son suficientes para cimentar una amistad. Es necesario
alimentar la relación con alguien con un buen potencial.
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