#PanamaPapers vs. Índice de
Percepción de la Corrupción
FORBES- 7 de Abril de 2016
Si bien los Panama Papers están
lejos de ser un ejercicio de transparencia y combate a la corrupción total y
absoluto, muestran que esa Hidra tiene mil cabezas.
Los Panama Papers, la filtración
de más de 11 millones de documentos que dejan ver cómo políticos y empresarios
amasan fortunas en paraísos fiscales, ha puesto de cabeza a más de uno.
El impacto mediático y político
sigue dando vueltas como una gran bola de nieve, pero hay algo que pocos, muy
pocos, se han detenido a observar: sí, es elocuente que aparezca México (¡qué
raro!), Rusia, empresarios árabes y políticos de América Latina, pero son más
llamativo los ausentes: Alemania, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca y Bolivia,
por citar algunos ejemplos.
Los Panama Papers exhiben a más
de 150 políticos de 50 países, según detalla el Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).
Para entender un poco este juego
de corrupción global, lo mejor es ver el lugar que ocupan los países
involucrados y los ausentes en los Panama Papers en el Índice de Percepción de
la Corrupción 2015 elaborado por Transparencia Internacional.
Empecemos por Bolivia. Más allá
de los hechos y deshechos de Evo Morales al frente del país andino, el índice
lo califica con 34 puntos. ¿Es mucho? ¿Es poco? De acuerdo con el índice de
2015, Bolivia está a la par de México. De hecho, México tiene 35 puntos.
El puntaje, en una primera
mirada, puede ser algo confuso, pero es como en la escuela: 100 es excelente
(en este caso con cero corrupción) y va descendiendo hasta prácticamente cero,
que en el caso de América Latina el país más reprobado es Venezuela, con 17 puntos.
Por cierto, según información del periódico español El País, la palabra
“Venezuela” aparece en 241,000 documentos de los Panama Papers.
Pero siguiendo con el Índice de
Percepción de la Corrupción, como ya se mencionó México tiene 35 puntos, es
decir, para los mexicanos nuestro país está más que reprobado en corrupción.
Estados Unidos, por ejemplo,
tiene una puntuación de 76 en percepción de la corrupción; “de panzazo”,
diríamos en México. Canadá es el mejor evaluado del continente americano, con
83 puntos.
Ahora vayamos al viejo
continente: Alemania es calificado por sus ciudadanos con un 81, muy por abajo
de Dinamarca, al que sus generosos ciudadanos le han conferido 91. Otro caso es
Islandia –donde a raíz de los Panama Papers renunció el primer ministro
Sigmundur Gunnlaugsson–, que tiene una calificación de 79.
Corea del Norte, del que
recibimos noticias sólo cuando su líder supremo Kim Jong-un amenaza vía
internet a Estados Unidos, es el reprobado por excelencia de la región
Asia-Pacífico, con 8 puntos en la percepción de corrupción. Curiosamente no
aparece, hasta este día, en los Panama Papers.
Por último, Rusia, hacia el que
se han dirigido muchos misiles mediáticos por los Panama Papers, no sale bien
librado en el Índice de Percepción de la Corrupción, al obtener 29 puntos.
Mi conclusión: si bien los Panama
Papers están lejos de ser un ejercicio de transparencia y combate a la
corrupción total y absoluto, queda claro que no es cosa menor y va más allá de
un simple hecho “cultural” de un solo país (EPN dixit en septiembre de 2014
ante empresarios, y en mayo de 2015 en el Foro Económico Mundial sobre América
Latina), y casos como los Panama Papers muestran la interrelación global de un
fenómeno. ¿Alguien vencerá a esta gran Hidra de mil cabezas?
Miguel Colunga-Periodista
digital, bloguero, creador de contenidos y bebedor de café. Fotógrafo
ocasional. Webnauta y tuitero. Consumidor de medios y contador de historias.
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