La ciudad que invierte en los
pobres
FORBES- 30 de Abril de 2016
Ayer era tierra de nadie, donde
se paseaban narcos y sicarios. Hoy, en cerros marginales de Medellín se invierte
en espacio público. Apenas ven un hueco sin construir, instalan un centrito
comunitario o un parque de bolsillo.
¿Escaleras eléctricas en un
barrio donde antes paseaban narcotraficantes y sicarios? ¿Un teleférico que
lleva a miles de personas al día entre los cerros más marginales? ¿Grandes
bibliotecas públicas en los barrios populares? En muchos lugares sería un
sueño, pero no en Medellín.
Las escaleras eléctricas son el
principal atractivo de la Comuna 13, un barrio popular que aún tiene casas con
techos de láminas y angostas calles, que en los años ochenta fue tierra de
nadie, y en el que los crímenes eran parte del paisaje de todos los días.
Tras una consulta ciudadana, la
gente decidió que quería ese proyecto. Cualquier otra administración hubiera
pensado que era una locura, pero en la ciudad sudamericana invirtieron 10,000
millones de pesos colombianos (59 millones de pesos mexicanos) en la obra, que
fue inaugurada en diciembre de 2011.
El resultado: 12,000 personas ya
no tienen que subir 350 escalones de concreto, indican datos de Terminales de
Transporte de Medellín SA, la sociedad de economía mixta de carácter municipal
que lo opera. Ahora es frecuente ver a hombres con costales de cemento o
mujeres con bolsas de mandado desplazándose sobre la estructura metálica,
cobijados por una llamativa techumbre anaranjada. Pero quizá lo más importante
es que la gente se apropió del lugar y lo cuida, claro, con la ayuda de gente
originaria del barrio, que incluso funge como guía de turistas.
Pasajeros por aire
Desde julio de 2004 opera la
línea K del Metrocable, un sistema de transporte tipo teleférico que conecta al
Metro con los barrios ubicados en los cerros, con lo que muchas personas
redujeron hasta en tres horas su tiempo de traslado. El primer proyecto, ubicado
en el nororiente de la ciudad, tuvo un costo de 68,000 millones de pesos
colombianos (401.3 millones de pesos mexicanos) provenientes de la alcaldía
(55%) y el Metro (45%).
En sus primeros 10 años de
operación transportó a cerca de 60 millones de pasajeros, quienes han ahorrado
aproximadamente 84,533 millones de pesos colombianos (498,9 millones de pesos
MX) en ese tiempo, de acuerdo con cifras del Metro de Medellín.
3ok1Pero el proyecto no sólo
incluyó el medio de transporte. Fue acompañado con reestructuras en el espacio
público y de programas sociales que, de acuerdo con un estudio de Previva y la
Universidad de Columbia, citado por el Metro de Medellín, redujo la tasa de
homicidios de 188 por cada 100,000 habitantes en 2003 a sólo 30 en el año 2008,
en las zonas de influencia de la línea K.
El modelo se sigue replicando y
cada vez es más frecuente ver sus canastillas ‘saltar’ de un cerro a otro.
El conocimiento para todos
La ciudad también cuenta con un
proyecto de Parques Bibliotecas, que consiste en la construcción de centros
culturales, muchos en zonas de escasos recursos, donde además de estudiar, la
gente realiza actividades recreativas.
4El caso más representativo es el
Parque Biblioteca España Santo Domingo, inaugurado en marzo de 2007 por los
entonces reyes de España, Juan Carlos y Sofía. Este proyecto requirió de una
inversión de 15,152 millones de pesos colombianos (89.4 millones de pesos
mexicanos), pero en agosto del año pasado fue cerrado porque la fachada tenía
daños. Algunas fuentes evalúan el costo de la reparación entre 9,000 y 13,000
millones de pesos colombianos (53.1 millones y 76.7 millones de pesos
mexicanos).
Pero uno de los casos que más
llama la atención es el del Centro Cultural Moravia, diseñado por Rogelio
Salmona (1929-2007), el arquitecto colombiano más destacado de los últimos
años. El espacio requirió una inversión de 8,900 millones de pesos (52.5
millones de pesos mexicanos), de acuerdo con Noticiascaracol.com.
Además de su arquitectura, el
proyecto destaca porque a sus espaldas y costados tiene un paisaje de grafitis,
puestos ambulantes, angostas calles con marañas de cables, casas sin acabados y
tendederos sobre las azoteas. Dicen que entre semana el lugar es un hervidero.
Pese a los tropiezos, la
inversión en espacio público se ve por todas partes, desde las terminales del
Metro, que en muchos casos –a diferencia de lo que ocurre en países como
México– suelen mejorar los alrededores. Parecería que en cuanto hay un hueco
sin construir, por muy pequeño que sea, se busca la manera de instalar un
centrito comunitario o aunque sea uno de los llamados parques de bolsillo.
Las inversiones van acompañadas
de campañas cívicas, como el logo de la ciudad: “Medellín la más educada”.
Quizá por todo esto los medellinenses aseguran, sin dar pie a discusión, que su
ciudad “es la más bonita de toda Colombia”.
Hugo Salvatierra-Editor Adjunto
de Forbes México. Periodista, lector y paseante; cinéfilo por naturaleza, pero
siempre olvida los nombres de las películas… de los actores, ni hablar.
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