¿Qué nos dice que los japoneses
estén huyendo hacia el efectivo?
FORBES- 8 de Abril de 2016
Lo primero que nos dice es que la
estupidez de las medidas intervencionistas de las autoridades financieras y monetarias
tiene consecuencias que no se pueden controlar. Veamos…
En esta columna damos un
seguimiento al avance que tiene la “guerra” contra el uso de dinero en efectivo
que se libra en el mundo. Con el pretexto de la modernidad y los avances
tecnológicos, los planificadores centrales en que se han convertido las
autoridades monetarias buscan expandir sus controles e imponer poco a poco el
uso exclusivo del dinero digital.
Lo hacen con la soberbia creencia
de que son capaces de saber qué es lo que necesita una economía para mantenerse
por la vía del crecimiento, y para ello utilizan las herramientas legales a su
alcance a fin de manipular al mercado: tasas de interés, operaciones de mercado
abierto, etc.
En este contexto, el efectivo
constituye una limitante muy importante para una política que comienza a
propagarse en los países desarrollados: los tipos de interés negativos.
Bajo la misma lógica (ilógica) de
expandir el consumo para “estimular” el crecimiento económico, hemos llegado a
la locura total que significa matar el ahorro por medio de tasas negativas.
Pero al ser el ahorro la piedra angular de la acumulación de capital,
destruirlo sólo puede traer consecuencias perniciosas.
Ante la incertidumbre que esto
crea en las personas y el riesgo real de pronto ser penalizados por tener su
dinero en el banco, la demanda de billetes ha comenzado a dispararse en países
como Suiza y Japón. En el artículo “La guerra contra el efectivo disparará al
oro y la plata” abundamos al respecto.
Aquí le actualizo. El portal de
Japan Times (JT) informó ayer que ese país emitirá este año 180 millones de
billetes adicionales de 10,000 yenes –los de más alta denominación–, respecto a
los que se pusieron en circulación en 2015.
Los japoneses cada vez los
acumulan más. Esto sucede en el marco de la tasa de interés negativa que el
Banco de Japón (BoJ, en inglés) comenzó a aplicar en febrero a las reservas
adicionales de los bancos comerciales depositadas en él.
Hideo Kumano, economista en jefe
del Dai-ichi Life Research Institute –citado por JT–, estima que el total de
efectivo escondido en casa habría crecido en más de 14% el último año, para
ubicarse en alrededor de 40 millones de millones de yenes. El experto lo
atribuye –aparte de a los tipos negativos– al deseo de evitar los controles
gubernamentales, luego de la introducción del sistema de número común de
identificación para la seguridad social y el pago de impuestos.
Cifras del BoJ muestran que los
promedios diarios de divisa en circulación aumentaron 6.7% respecto al año
anterior, a 90.3 millones de millones de yenes al cierre de febrero, el mayor
crecimiento en 13 años.
¿Qué lección podemos aprender de
los japoneses? Que la estupidez de las medidas intervencionistas de las
autoridades financieras y monetarias tiene consecuencias que no se pueden controlar.
Las personas reaccionan y se comportan como no lo harían en condiciones de
libre mercado, al verse forzadas por decisiones como la de deprimir
artificialmente las tasas de interés.
La huida hacia el efectivo
debemos verla como un botón de muestra de que los inversores siempre buscarán
activos refugio para defenderse de la manipulación de los mercados.
Algunos preferirán el efectivo en
divisa local, otros los bienes raíces, unos más los bonos “seguros” y acciones,
otros el oro y la plata físicos, los dólares, los francos suizos, en fin, lo
que juzguen conveniente a sus intereses.
¿Cuál es el resultado? Mayor
especulación e inflación en activos, algo que dista mucho de impulsar una
economía productiva. Por si fuera poco, dicha inflación termina en burbujas que
–sin falla– explotan con devastadores efectos deflacionarios.
Los japoneses, pues, sólo están buscando
amparo en un mundo financiero vuelto loco, y todos deberíamos hacer lo mismo.
Guillermo Barba-Economista de la
Escuela Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera
Global. Experto en mercados de oro y plata y comentarista de TV en Proyecto 40
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