La caída en desgracia de la
petrolera Pacific
The wall
street journal -miércoles, 20 de abril de 2016
BOGOTÁ, Colombia—La petrolera
privada más grande de América Latina dijo que se acogerá a la protección
judicial por bancarrota luego de llegar a un acuerdo de reestructuración
tentativo que deja a los accionistas con centavos sobre cada dólar que poseían.
El pacto podría coronar un giro
aleccionador de eventos para Pacific Exploration & Production Corp.
(anteriormente Pacific Rubiales), que hasta hace poco estaba ubicada a la
vanguardia del auge petrolero de Sudamérica. Durante su cénit, a comienzos de
la década, su capitalización de mercado ascendía a US$8.000 millones, empleaba
a 30.000 personas y tenía tanto efectivo que llevó al cantante Marc Anthony a
una fiesta corporativa.
Pacific se ha convertido en una
gran descalabro en medio de la depresión global de las materias primas, algo
que miembros antiguos y actuales de la junta directiva, así como empleados,
dicen fue exacerbado por una mala gestión, un gasto descontrolado y malas
decisiones de inversión.
“Pacific fue una historia de
éxito pero no tomó las decisiones correctas”, dijo Nathan Piper, analista de RBC
Capital Markets. “No tendría que estar en la situación en la que se encuentra
hoy”.
El vocero de la empresa colombo
canadiense, Tom Becker, dijo que el equipo de gestión tomó decisiones con base
en la mejor información disponible en el momento.
La reestructuración pactada el
lunes con el fondo de cobertura canadiense The Catalyst Capital Group Inc.
inyectaría US$500 millones y recortaría US$5.000 millones de la deuda de la
empresa, a costa de prácticamente dejar sin nada a los accionistas. El acuerdo necesita
ser aprobado por dos tercios de los acreedores.
Fundada por ejecutivos del sector
petrolero y minero de Venezuela que habían huido del gobierno socialista de
Hugo Chávez, la pequeña firma creció hasta llegar a ser la segunda mayor
empresa de Colombia, después de la petrolera de control estatal Ecopetrol SA.
También ayudó a convertir al país en el tercer productor de crudo del
continente.
En 2012, la revista colombiana
Dinero puso al equipo gerencial en la portada con el titular “La magia de
Pacific”.
Los ejecutivos de la petrolera,
Serafino Iacono y Ronald Pantin, llevaban una vida muy visible. Volaban en jets
privados y construyeron casas de campo de lujo. Pacific patrocinó la selección
nacional de fútbol y un campeonato de golf PGA anual. En 2013, el Congreso
colombiano le otorgó a Iacono la prestigiosa “Orden de la democracia en el
grado de Gran Caballero” por sus actividades empresariales.
El dinero entraba y salía. La
empresa realizó casi una decena de adquisiciones, diversificándose en gas natural
e infraestructura, entre ellas una participación de 35% en el Oleoducto de los
Llanos Orientales y una de 41,6% en el nuevo puerto de la ciudad de Cartagena
de US$600 millones, que la compañía dijo la ayudaría a crecer y reducir costos
de operaciones.
Pero analistas y empleados dicen
que la racha de compras de la empresa, especialmente la adquisición en 2014 en
efectivo de la exploradora de crudo Petrominerales Ltd. por US$909 millones,
acumuló una deuda insostenible de US$5.000 millones.
“Teníamos un excedente gigantesco
justo cuando las cosas se pusieron mal”, dijo un ex ejecutivo, quien agregó que
los miembros de la junta obtuvieron más préstamos para pagar por Petrominerales
en lugar de pagar de forma más prudente con acciones.
Aun así, los inversionistas
estaban dispuestos a apostar por la empresa. El conglomerado mexicano Grupo
Industrial Alfa SAB elevó en 2014 una pequeña participación a 19% por US$1.000
millones.
Analistas también dicen que
Pacific sobreestimó las reservas, inflando la demanda por su deuda y acciones
mucho después de que el precio del crudo había caído y la producción se había
vuelto menos rentable.
Becker, el vocero de Pacific,
dijo que la empresa contrató analistas de reservas independientes ajustándose a
las leyes de valores.
La compañía con la tarea de
calcular las reservas de Pacific, la canadiense Petrotech Engineering Ltd.,
dijo en 2013 que Pacific tenía más de 30 millones de barriles de reservas
comprobadas en su bloque CPE-6, en los Llanos Orientales de Colombia, incluso
mientras el dueño de la otra mitad del bloque, Talisman Energy Inc., de Canadá,
dijo que sus propios cálculos de reservas para CPE-6 daban cero.
En una entrevista, el fundador de
Petrotech, John Yu, dijo que basó sus cálculos en varios factores permitidos
bajo las leyes canadienses, incluyendo un estimado del precio futuro del
petróleo que era más alto que lo que resultó en realidad.
Personas dentro y fuera de la
empresa dicen que los miembros de la junta de Pacific basaron su presupuesto de
2015 en un barril de petróleo a US$80 cuando el mercado de futuros ya estaba
poniendo en la senda de descensos adicionales. Becker asegura que a fines de
2014, la gerencia empezó a reducir inmediatamente costos y presupuestos para
reflejar la nueva realidad del precio del crudo.
A medida que los problemas de
Pacific se acumulaban a comienzos de 2015, un grupo de inversionistas
venezolanos jóvenes vio una oportunidad para quedarse con la empresa a un
precio barato y conseguir así un vehículo para expandirse en el masivo sector
de hidrocarburos de su país.
El grupo acumuló una
participación de 20% en la empresa por US$290 millones. Esos inversionistas,
representados en la firma O’Hara Administration Co., son liderados por el
contratista del sector eléctrico Alejandro Betancourt, cuya empresa, Derwick
Associates, ha sido investigada por las autoridades estadounidenses por
soborno.
Un portavoz de Derwick indicó que
la investigación fue suspendida después de que el Departamento de Justicia de
EE.UU. revisó sus cuentas bancarias. El Departamento de Justicia declinó
comentar sobre el estatus de la investigación.
Apenas días después de que O’Hara
elevara su participación, la mexicana Alfa junto con su socio estadounidense
Harbour Energy Ltd. ofrecieron comprar Pacific por 6,50 dólares canadienses
(US$5,1) por acción con la idea de usar la empresa en las nuevas licitaciones
petroleras de México. Pacific también cotiza en Toronto. Pero los nuevos
accionistas venezolanos bloquearon la oferta, con la esperanza de quedarse
ellos con el control de la petrolera.
La oferta de Alfa por Pacífico
era “un milagro” en medio de los bajos precios mundiales del petróleo, dijo Ian
MacQueen, analista de Paradigm Capital. “También fue [increíble] que la oferta
fuera rechazada”.
Cuando el acuerdo fracasó, las
acciones de Pacific se desplomaron 45% más, a 2,85 dólares canadienses en la
bolsa de valores de Toronto. A medida que los precios del crudo siguieron
hundiéndose, también lo hizo el de sus acciones y el grupo O’Hara perdió 70% de
su inversión inicial.
Ahora, O’Hara y el resto de los
accionistas de Pacific podrían enfrentar una pérdida total si el acuerdo de
reestructuración es aprobado. La alta gerencia, sin embargo, podrá mantener
hasta 10% de las acciones de la empresa reestructurada bajo el plan de
incentivo ofrecido por Catalyst.
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