10 excéntricas lecciones de liderazgo desde
House of Cards
Forbes - viernes, 2 de enero de 2015
¿Qué tan buenos son los consejos de uno de los
personajes más maquiavélicos, de una de las series más exitosas en EU?
Consultamos a dos coaches expertos en emprendimiento y liderazgo para que nos
dieran una perspectiva al respecto.
Este viernes 14 de febrero se estrena la muy
esperada segunda temporada de House of Cards, serie exclusiva de Netflix,
estelarizada por Kevin Spacey, que ha ganado tres premios Emmy y lleva a
cuestas cuatro nominaciones a los Globos de Oro 2014.
La hazaña exitosa de House of Cards no recae
sólo en que es una serie dramática bien producida, confeccionada como un nuevo
esquema de transmisión en línea, sino por lo bien concebidos que están los
personajes principales, siendo el que interpreta Spacey el más genial de todos.
Más de un emprendedor, dueño de empresa o político
se ha declarado fiel seguidor de los consejos de Francis Underwood, congresista
estadounidense en busca de la dirección de la Casa Blanca a como dé lugar. No
obstante, tenerlo como rol model puede parecer pernicioso para algunos.
Las máximas estratégicas, maquiavélicas y, en
muchas ocasiones, carentes de ética y moral, de Underwood han sido tomadas como
un buen consejo para llegar a los propósitos de éxito empresarial y liderazgo.
Para contrarrestar los consejos que nos da
Francis, quien ya vimos que no descansará hasta llegar a ser presidente de EU,
consultamos a dos expertos en emprendimiento y liderazgo para que rectificaran
o desmintieran las malévolas máximas de Underwood. Alejandro Meza, coach
especializado en emprendimiento estratégico, y Jean-Paul Chevalier, coach para
alta colaboración y liderazgo, nos ayudan a tener un panorama más certero.
1. La competencia es un ave tan rara en estos
lares, que siempre la aprecio con gusto cuando logro verla.
Alejandro Meza (AM): Tener una perspectiva así
abre más puertas de las que cierra. Con un leve toque de presunción y hasta
sarcasmo, esta frase remarca la seguridad personal del individuo que posee gran
confianza en conseguir sus objetivos.
Jean-Paul Chevalier (JP): La competencia, ya
sea externa o interna, no se vive en blanco y negro. No se trata de “yo gano y
tú pierdes”, tiene muchos más colores y, al final, el líder consciente ve en la
competencia la oportunidad de “Todos Ganamos”.
2. Siempre está bien que te deban favores.
JP: Cuando un favor es entendido como una
moneda de cambio y conlleva energía de control, no sirve al líder consciente.
AM: Generar apoyo a otros siempre resulta
benéfico para todos, aunque en el pedir está el dar. Esas “ayudaditas
anteriores” de tu parte, te pueden servir de escalón, es real y aplica en todos
los ámbitos, pues tienes “puntos a favor”. Cuidado con la forma de pedir; no te
conviertas en un “cobrafavores”, pues al poco tiempo te tacharán de
chantajista.
3. Empezar de cero suena a “cero a la
izquierda”, me gusta empezar de nuevo.
AM: Buena perspectiva, nunca se comienza de
cero. Sólo empiezan de cero quienes no han aprendido nada en el camino. Empezar
de cero es una perspectiva debilitante que implica no reconocer lo que tienes,
el aprendizaje previo y tu trayectoria.
JP: ¡Extraordinaria cita! Empezar de cero borra
automáticamente las enseñanzas de las experiencias pasadas. Quien pretende
ignorar el pasado está condenado a repetirlo.
4. El éxito es una mezcla de preparación y
suerte.
JP: La suerte no existe de forma libre para el
líder consciente. Cuando se vive en un estado muy despierto en que todo es “una
oportunidad para”, y se suma la constante preparación (además de tener un norte
claro, un propósito y una estrategia escrita con lápiz) simplemente te colocas
en una posición en la que puedes ver mejor, conectar mejor y aprovechar
cualquier ventana que se abra.
AM: La palabra preparación incluye el prefijo
pre (antes de), y ese “antes de” no siempre resulta. ¿Por qué crees que hay
cientos de personas preparadas que están desempleadas?
La técnica, la disciplina, la organización, las
habilidades personales, sociales y hasta la astucia, se relacionan más con el
éxito actualmente, que la preparación, por ello hay cada vez más empresarios
que emplean a personas mejor preparadas que ellos.
En cuanto a la suerte, me gusta pensar en dos
tipos: la fantástica, algo así como “ganarte la lotería”, y la suerte provocada
“levantarte de tu asiento” y buscar estar en los lugares correctos en el
momento correcto.
5. Para algunas personas, el orgullo es su
punto fuerte y también su debilidad; si consigues parecer humilde delante de
ellos, harán cualquier cosa que les pidas.
JP: Casi ninguna palabra tiene una connotación
negativa por sí sola (orgullo y humildad). Todo cambia según la intención,
energía o sentimiento que alberga la palabra. El líder consciente reconoce que
si no se presenta y no funciona desde un lugar muy natural a él, la gente,
tarde o temprano, lo notará. Y cuando suceda, perderá toda credibilidad.
La cita transmite una escénica maquiavélica.
¿Cuánta energía se debe dedicar para manipular y engañar?
AM: La humildad es reconocer el valor personal
y de terceros, pero en la justa medida, fortalezas y debilidades por igual. Las
personas con orgullo son aquellas que sobrevaloran sus logros y aciertos, sin
generar un balance con sus desaciertos y debilidades, por lo que pierden piso.
Este aspecto no necesariamente te apoyará. Existen empresarios y cabezas
organizacionales con orgullo excesivo,
que al ver personas que se relacionan con humildad, por miopía mental, las consideran débiles o con falta de
carácter, lo que les lleva a no negociar o tratar con ellas, menospreciándolas
por lo aparente.
6. Hay muchas cosas sagradas a las que les
tengo respeto, las reglas no están entre ellas.
AM: Un líder crea sus reglas y sabe seguirlas,
y reconoce que los objetivos muchas veces pueden verse obstaculizados por
reglas impuestas.
Esto es una constante organizacional. Reglas y
vistos buenos llevan a gerentes y directivos a
saltarse las reglas. Saber decir qué no y qué sí, es una importante
labor. La adaptación y negociación de reglas “para poner el balón en tu cancha”
puede ser de gran ayuda, pero sí habrá que respetarlas para mantener en ciertos
espacios un balance y no detonar enemigos en el camino.
JP: La reglas son marcos de referencia escritas
para un momento en particular. Sin embargo, las condiciones cambian constantemente
y un líder consciente revisa las reglas (así como suposiciones y fundamentos),
para evitar que se conviertan en lastres que impidan mover las velas y
aprovechar los vientos que soplen en un determinado momento.
7. El poder es como los bienes raíces: importa
la ubicación, la ubicación, la ubicación… Cuanto más cerca estés de la fuente
más valdrá tu propiedad.
JP: El poder desde el ego no tiene lugar en la
cabeza de un líder consciente. Es un juego que no le interesa jugar.
8. El dinero puede ser una gran mansión en
Sarasota que empieza a derrumbarse en 10 años. El poder es una sólida
construcción de piedra que perdura por siglos.
AM: Los problemas muchas veces no se resuelven
con dinero, y en ocasiones el círculo de influencia es importante. El poder
juega de otra manera.
JP: Los “líderes” que funcionan con el motor
del poder, motivan usando el miedo. Y el miedo no es una fuente de energía
sostenible. Siempre llega el día en que la gente se cansa de sentirlo.
9. Si quieres poder y liderazgo, a veces tienes
que actuar como un sinvergüenza.
JP: Desde la visión del líder consciente, el
poder y el liderazgo no caben en el mismo espacio.
AM: El problema de muchos estriba en la
valoración personal. Las personas que consiguen sus objetivos en ocasiones son
claras, tajantes y hasta pueden llegar a ser bruscas en su trato porque tienen
claro lo que tienen que hacer y cómo hacerlo, pero eso dista mucho de ser un
“sinvergüenza”.
10. Así es como se devora una ballena, mordisco
a mordisco.
AM: Esta estrategia se aplica en distintos
ámbitos para generar ganancias macro, a mediano y largo plazo, como el aumento
a la gasolina. Las personas que más consiguen trabajan todos los días en
pequeñas ‘micrometas’. Una mordida a la
vez.
JP: Cada mordida debilita y hace sangrar. No
masticar un bocado más grande que tu boca.
Si quitamos la connotación que lleva en la
serie, hablamos tal vez de la capacidad de un líder para “romper” en pedazos
digeribles para su equipo un plan estratégico muy bien diseñado.
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