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miércoles, 28 de marzo de 2018

dimensiones de la cultura


El modelo de seis dimensiones de la cultura



FORBES- 29 de marzo de 2018
Geert Hofstede propuso seis cuestiones básicas que la sociedad debe cumplir para organizarse y las denomina las dimensiones de la cultura. Tema que nos lleva a reflexionar lo que reflejamos.

Ahora son las supuestas noticias falsas, antes, la sombra de la corrupción, aunque también lo son los escándalos, siempre hay un nuevo escándalo. Y la vieja pregunta de siempre flota en el ambiente: ¿por qué nos cuesta tanto asumir responsabilidades? Y, luego pensamos: “Esto en otro país no pasa. En otro lugar le hubiera costado el pellejo”. Juzgamos. Es tan sencillo elevar el dedo enjuiciador para señalar al otro. Desde luego, no se nos ocurre hacerlo en primera persona. Eso jamás.

Me llama la atención la propuesta que hace Víctor Lapuente Giné. Y, si aprovechando que la Semana Santa invita a la introspección, examinemos el alma profesional. ¿Somos los mexicanos especialmente irresponsables? ¿Será que nos tomamos la vida de la forma más campechana posible y luego no asumimos las consecuencias? ¿Qué tan apegados estamos a nuestra familia, amigos, cotidianidad? Es difícil tener una respuesta contundente, pero Lapuente propone un modelo que nos pueda dar algo de luz al respecto. Los estudios que comparan culturas, como los de Geert Hofstede, nos ofrecen algunas pistas interesantes. El modelo de seis dimensiones de la cultura se refiere a seis dimensiones básicas que la sociedad debe cumplir para organizarse.



Las seis dimensiones son temas que nos llevan a reflexionar lo que reflejamos como sociedad y no sólo ello, lo que nosotros como individuos pensamos sobre estos aspectos y en última instancia, como impactamos el entorno a partir de nuestra perspectiva sobre ellos. Es decir, meditar nuestra posición sobre estas dimensiones nos lleva a entendernos como personas y también a ver cómo nos relacionamos a nivel profesional, particular, familiar, con amigos, con la sociedad. Nos puede dar luz para entendernos y a nuestros semejantes. Las seis dimensiones del modelo de Geert Hofstede son:

Individualismo. El individualismo es la medida en que las personas se sienten independientes, en lugar de ser interdependientes como miembros de un todo más grande.


Distancia de poder. Es la medida en que los miembros menos poderosos de las organizaciones e instituciones, como la familia, aceptan y esperan que el poder se distribuya de manera desigual.
Masculinidad/Feminidad. La masculinidad es la medida en que el uso de la fuerza se refrenda socialmente.


La evasión de la incertidumbre. Se relaciona con la tolerancia de la sociedad a la incertidumbre y la ambigüedad.


Orientación a largo plazo. En una cultura orientada a largo tiempo, la noción básica sobre el mundo es que está en constante cambio, y siempre es necesario prepararse para el futuro. En una cultura orientada a corto tiempo, el mundo es esencialmente como fue creado, de modo que el pasado proporciona una brújula moral y adherirse a él es moralmente bueno.


En una cultura indulgente, es bueno ser libre. Hacer lo que tus impulsos quieren que hagas, es bueno. Los amigos son importantes y la vida tiene sentido. En una cultura restringida, la sensación es que la vida es dura, y el deber, no la libertad, es el estado normal del ser.


El modelo está planteado para analizar naciones y así lo hace Geert Hofstede. El modelo de seis dimensiones está diagramado en seis mapamundis que dan cuenta, en forma muy sencilla, dónde se ubica cada país. México tiene los siguientes resultados:

Individualismo. México se encuentra a media tabla. Con una metáfora de la física, las personas en una sociedad individualista son más como átomos que vuelan en un gas mientras que aquellos en sociedades colectivistas son más como átomos fijados en un cristal. Igual que nosotros están los países del norte de África, Rusia, España y Francia.


Distancia de poder. En México nos encontramos en los niveles más altos de la tabla. Es decir, esperamos que el poder esté distribuido en forma desigual. Otros países que se encuentran al mismo nivel son Rusia, Emiratos Árabes, Perú, Venezuela y Colombia.


Masculinidad/Feminidad. Una vez más, en esta dimensión, México califican en el nivel más alto de la tabla. Es decir, en una sociedad masculina, se supone que los hombres son duros. Se supone que los hombres son de Marte, mujeres de Venus. Ganar es importante para ambos géneros. La cantidad es importante y lo grande es hermoso. En una sociedad femenina, los géneros están emocionalmente más cerca. Competir no está tan abiertamente respaldado, y hay simpatía por los desvalidos. Estamos al mismo nivel de países como Perú, Colombia, Venezuela, Chile, China y Rusia.


Orientación a largo plazo. México tiene una calificación de media tabla. Nos gusta disfrutar el presenta y estamos pensando cada vez más en nuestro futuro. Nos parecemos a países como a Brasil, Venezuela y al Medio Oriente.


Indulgencia. México se califica en el rango más alto. Para nosotros la vida en comunidad es muy importante: la familia, los amigos tienen una relevancia notable.


El modelo de seis dimensiones tiene gran validez y se puede poner práctica en forma fácil. Predice los fenómenos del mundo real a nivel de la nación o región, en algunos casos y también la podemos aplicar a nuestra propia organización y a nuestra persona. Podemos echarnos un clavado a nosotros mismos y vernos al interior. Será sorprendente ver lo que podemos descubrir ahí dentro.

A partir de este modelo podemos ver cómo somos en realidad y cómo en el discurso. Podemos ver la forma en que estos elementos impactan nuestra vida profesional y como modelan las organizaciones en las que nos desempeñamos y con las que interactuamos. Más allá de noticias falsas, escándalos y ruido en el ambiente, estamos nosotros como individuos y darnos un momento para reflexionar y fijar nuestra postura nos puede ayudar a fijar un rumbo y a entendernos y a interpretar nuestro entorno.

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