¿Por qué a México no le interesa la Copa
Libertadores?
Forbes - viernes, 15 de mayo de 2015
Los premios en la Copa
Libertadores y la oportunidad de vender jugadores —cuyas cartas tienen un valor
acumulado de casi 1,000 mdd— la convierten en tabla de salvación financiera
para muchos equipos en Sudamérica. ¿Por qué, entonces, los equipos mexicanos le
hacen el feo?
Pablo Escobar nació en Paraguay
pero se naturalizó boliviano en 2008, juega con el equipo The Strongest del
país andino y el 11 de febrero pasado anotó un doblete que permitió a su club
superar al Morelia, de México, y clasificar a la fase de grupos de la Copa
Libertadores.
Gracias a que The Strongest
clasificó a la fase de grupos, el conjunto boliviano tiene asegurados 1.1
millones de dólares (mdd) en premios, de acuerdo con datos oficiales de la
Confederación Sudamericana de Futbol, lo que equivale a 73% de su presupuesto
anual.
La Copa Libertadores no es
únicamente el torneo de clubes más importante e histórico de América; es,
además, un medio de subsistencia para las franquicias de la región, a
excepción de los equipos de Brasil y México, que obtienen muchos más recursos
por concepto de publicidad y derechos de TV, que lo que entregan en premios los
organizadores. En promedio, un club con solidez financiera de la Liga MX tiene
21 veces más presupuesto que el The Strongest.
“En Sudamérica los clubes
apuestan todo a la Libertadores y, por ello, realizan inversiones a fin de
reforzarse. El torneo es un tema de orgullo, por lo que este año clubes como el
Colo-Colo (de Chile) gastó mucho para traer buenos jugadores”, comenta
Sebastián González, alías Chamagol, ex seleccionado nacional de Chile y quien
militó en el futbol mexicano con Atlante y Tigres.
El actual campeón de la Copa
Libertadores, San Lorenzo de Almagro, es un ejemplo de las mejoras que puede
tener una institución tras ganar el torneo de clubes más importante del
Continente. Para el ciclo 2014-2015, el presupuesto de este club para operar
anualmente es de 10.7 mdd, de acuerdo con documentos oficiales disponibles en
su sitio web. Ese monto es más de 47 veces lo que disponen las instituciones
más modestas en Argentina, como el Temperley. El éxito tiene sus réditos.
Para la zona sur del Continente,
“(La Libertadores) es un tema de orgullo, de dignidad, los aficionados y los
clubes se desviven por este torneo”, dice Juan Pablo Romero, especialista del
diario El País de Uruguay. “Destacar (en el torneo) significa la posibilidad de
emigrar a ligas más competitivas donde hay mejores salarios como México, Brasil
o Europa”, señala González.
Para los futbolistas, ser figura
en el torneo es una posibilidad de un mejor futuro, mientras que para los
clubes ganar el torneo significa resolver por un tiempo sus necesidades
financieras. No es cosa menor si se toma en cuenta que, según la consultora de
datos MXsports, más de 80% de los equipos en América Latina vive con números
rojos.
Venta de piernas, el otro premio
El dinero no es un asunto
resuelto en el futbol latinoamericano. Con la excepción de los brasileños y
mexicanos, todos los demás equipos viven al día para poder pagar salarios o
liquidar algunas deudas. “Por eso para clubes peruanos, bolivianos,
ecuatorianos… en realidad para toda Sudamérica, avanzar en las rondas de la
Copa Libertadores es muy importante para sus finanzas, porque además es el
torneo que más premios financieros aporta a los equipos participantes”, dice
Chamagol González.
Además del campeón San Lorenzo,
son pocas las instituciones en la versión de este año del certamen que logran
superar el doble dígito en su presupuesto anual. De acuerdo con lo investigado
por esta publicación en los informes anuales, en ese selecto grupo está el
Emelec (de Ecuador) con 10 mdd, Tigres y Atlas (México) entre 33 y 25 mdd,
respectivamente, y Boca Juniors (Argentina) con 16 mdd; fuera de estos clubes,
las cifras decrecen considerablemente, hasta llegar a equipos como el del
veterano Pablo Escobar.
La realidad en el futbol
sudamericano obliga a los clubes a buscar participar con ahínco en la Copa
Libertadores, no sólo por el orgullo y la tradición que representa en la región
esta justa deportiva, sino por el dinero que puede obtenerse al avanzar rondas
y también por vender a los mejores futbolistas a mercados más atractivos. En
eso radica el otro negocio: el traspaso de sus estrellas.
El balompié del Cono Sur también
se puede medir en el mercado de fichajes. Para la presente edición del torneo,
los clubes participantes se gastaron 70.5 mdd, una cifra abismalmente inferior
a lo que desembolsaron los 20 equipos de la Premier League de Inglaterra (1,200
mdd).
Pero América Latina es
generalmente cantera de exportación. En las pasadas ventanas de fichaje de
verano e invierno, los mercados de México, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y
Argentina lograron ingresos del orden de los 527 mdd por venta de jugadores, muchos
de ellos elegidos por sus actuaciones en las competencias internacionales como
la Copa Libertadores y la Sudamericana, según datos de la consultora alemana
Transfermarkt.
Uno de los casos de éxito fue el
ecuatoriano Joffre Guerrón (ahora en los Tigres de México), quien fue
traspasado de la Liga Deportiva Universitaria de Quito al Getafe de España por
4.3 mdd.
El futbolista fue considerado en
1998, el año de su fichaje al balompié español, como el mejor jugador de la
Copa Libertadores. El conjunto ecuatoriano, a la postre campeón del torneo,
logró obtener con la venta de Guerrón y del título un total de 10 mdd, monto
suficiente para cubrir 100% de sus requerimientos para la próxima temporada y
dejar algo en la caja.
Otro ejemplo reciente es el de Ignacio
Piatti, un futbolista clave para que San Lorenzo, de Argentina, llegara a la
final el año pasado. Este hecho orilló a que la mls, la liga del balompié
estadounidense, lo pusiera en la mira. Montreal Impact ofreció a Piatti un
contrato de cuatro temporadas por 2.5 mdd al año, según la Asociación de
Jugadores de Estados Unidos (con el conjunto sudamericano en un lapso similar
su salario había sido de 386,000 dólares o, lo que es lo mismo, 6.4 veces
menor).
El equipo de la liga
norteamericana no le permitió a Piatti jugar los dos partidos por el
campeonato porque le exigió cumplir su contrato.
El desdén mexicano
Los conjuntos mexicanos han
llegado dos veces a la final de la Copa Libertadores: en 2001 Cruz Azul perdió
ante Boca Juniors, de Argentina, y en 2010 las Chivas cayeron ante el
Internacional de Porto Alegre, de Brasil. Pese a ello, en Sudamérica la
percepción respecto de los clubes mexicanos no es precisamente favorable.
“Juegan más por intereses
comerciales que deportivos; se nota el desprecio”, dice el especialista en
futbol internacional Pablo Aro Geraldes.
Mientras que para una
institución peruana, ecuatoriana o boliviana ganar la Copa Libertadores (5.1
mdd en premios) puede ser más del 110% de su presupuesto anual, para un
conjunto de la Liga MX la cifra apenas equivale al 20%, dice Mxsports. “La
gente que pone la plata y los patrocinadores ven a México como un ente
redituable financieramente. Pero sí, lamentablemente, que estén o no (en el
torneo) nada cambia a nivel deportivo”, considera Juan Pablo Romero.
Los directivos de los clubes
mexicanos, así como los directores técnicos, han dicho que su prioridad es la
liga local, antes que el torneo continental, por varias razones: la afición
está más identificada con el campeonato nacional, los equipos hacen viajes de
más de 3,000 kilómetros para ir a jugar (lo que orilla a que en muchas
ocasiones no lleven su plantel titular completo) y los beneficios económicos no
son representativos.
Según datos publicados por El
Economista y obtenidos de Rogelio Roa, quien fungió como director de Marketing
de Jaguares de Chiapas en 2011, la Copa Libertadores no fue un negocio ese año.
“Tuvimos que poner dinero”, asegura.
“Para los clubes mexicanos es más
fácil no poner atención (a la Libertadores) porque tienen la posibilidad de ir
por la Concachampions (la Copa de Concacaf, zona a la que pertenece México) que
les da el boleto al Mundial de Clubes”, estima Chamagol González. “Quizá el
día que ganen una Libertadores entenderán la importancia”.
El valor en la cartera de
jugadores de todos los clubes que participan en la edición en curso de la
Copa Libertadores llega a casi 1,000 mdd, según Transfermark. Son 32 equipos y
736 futbolistas que buscan mejores opciones de ganar dinero.
Pablo Escobar es ahora mismo uno
de los mejores futbolistas de toda la Copa. En seis partidos anotó cuatro goles
y dio cinco asistencias (hasta el cierre de la edición), además de que, a sus
35 años —edad a la que la mayoría de los futbolistas ya están en el retiro o inician
como entrenadores—, él sabe que no tiene opción de un mejor contrato que el
actual, que le provee un salario de 15,000 dólares mensuales. No es el paraíso
—algunas estrellas como Pablo Osvaldo (del Boca Juniors), uno de los 10 más
valiosos de la Libertadores, ingresa al mes 166,666 dólares—, pero es lo que
el último torneo de clubes más importante de América le dejó y que, obvio, no
piensa desaprovechar.
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