China busca calmar a sus socios
latinoamericanos con nuevas inversiones
The Wall Street Journal. - mayo de 2025
El primer ministro de China, Li
Keqiang, se dispone a anunciar nuevas medidas de asistencia financiera a
Sudamérica esta semana, como parte de la campaña de Beijing para apaciguar a
algunos de los países más golpeados por la menor demanda de materias primas del
país asiático.
Se espera que el martes Li
analice con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, los planes para construir
un gigantesco ferrocarril interoceánico, al igual que adquisiciones de empresas
y el desembolso de miles de millones de dólares para la renovación de la
infraestructura, a medida que la mayor economía latinoamericana se prepara para
los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro del próximo año.
Li también visitará Colombia,
Perú y Chile buscando tranquilizar a sus socios comerciales con la premisa de
que la desaceleración de la economía china no afectará su compromiso con la
región. Sobre la mesa están posibles acuerdos por los cuales China compraría
productos terminados en lugar de simplemente commodities. Tampoco hay que
olvidar que los bancos chinos han tomado riesgos que pocos inversionistas
globales asumirían para convertirse en la principal fuente de financiación para
América Latina.
“China está poniendo dinero en
empresas y activos que están infravalorados”, dice Sergio Amaral, un diplomático
brasileño y ex ministro de Comercio. “No es sólo una oportunidad política, sino
una buena oportunidad de negocios”.
El enfriamiento de la economía de
China, un importante motor del crecimiento mundial, ha generado un exceso
global de mercancías que dejó mal parados a exportadores de soya, petróleo,
mineral de hierro y cobre. La economía china creció 7% en el primer trimestre,
su tasa más baja trimestral desde 2009.
Li busca generar una demanda
mundial para los fabricantes de trenes de su país y de conseguir oportunidades
en el extranjero para los fabricantes chinos de mayores recursos.
“Hay mucho más por venir” en
cuanto a créditos e inversiones para la región, predijo Margaret Myers, una
experta en China y América Latina de Diálogo Interamericano, un centro de
estudios de Washington. “Estamos viendo cifras aun mayores... Hay más
compromisos de todo tipo”.
En Brasil, donde China ha
sustituido a Estados Unidos como principal socio comercial, Li firmará pactos
de investigación conjunta sobre la factibilidad para la construcción de un
enlace ferroviario que cruzaría la Cordillera de los Andes para unir el
cinturón agrícola de Brasil con la costa de Perú en el Pacífico. Se trata de un
proyecto de larga data que nunca superó la fase de planificación, pero que de
concretarse reduciría los costos de transporte de las exportaciones de Brasil a
China. En Nicaragua, y en coincidencia con la ampliación del Canal de Panamá,
una empresa china tiene como objetivo la construcción de un canal interoceánico
d 277 kilómetros de largo por el cual podrían cruzar grandes buques.
También se espera que la
delegación encabezada por Li anuncie planes para invertir hasta US$53.000
millones en proyectos de infraestructura en Brasil, una inyección muy necesaria
para un gobierno que enfrenta un delicado acto de equilibrismo. Después de usar
los ingresos extraordinarios provenientes de las exportaciones de materias
primas para sacar a millones de la pobreza e impulsar el consumo interno, el
gobierno de Rousseff está revirtiendo esas políticas de estímulo para
equilibrar sus finanzas.
Con una contracción que se cree
que alcanzará cerca de 1% este año, el gobierno brasileño está recortando
fondos para el Banco Nacional de Desarrollo, BNDES, una fuente tradicional de
financiación barata para iniciativas de infraestructura.
“Tenemos los brazos absolutamente
abiertos a la inversión china”, dijo Roberto Dumas, un experto en economía
china de la institución de enseñanza superior e investigación Insper de São
Paulo.
Rousseff ha dicho que pronto
anunciará un paquete de proyectos de infraestructura que su gobierno llamará a
licitación.
“Brasil ahora puede utilizar todo
el conocimiento y la experiencia de China en infraestructura, incluyendo
carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos”, dijo en una reciente
entrevista con un medio chino.
El año pasado, los préstamos
chinos a América Latina llegaron a US$22.000 millones, superando los préstamo
combinado de instituciones de larga data, como el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo, según estimaciones del Diálogo Interamericano.
Muchos de estos créditos, que
carecen de los condicionamientos de disciplina fiscal a menudo asociados con
prestamistas occidentales, fueron anunciados durante el viaje el presidente Xi
Jinping a Brasil y otros países de América Latina en julio de 2014.
El Banco de Desarrollo de China
abrió el mes pasado una línea de crédito de US$3.500 millones para Petróleo
Brasileiro SA, la petrolera estatal inmersa en una investigación de corrupción
generalizada que tiene paralizados a los proveedores y grandes partes de la
economía brasileña.
Entre los máximos receptores de
los fondos chinos figuran países con altos niveles de percepción de riesgo.
Venezuela ha recibido US$56.300 millones desde 2007, o alrededor de 47% de la
financiación total de China en la región, según Diálogo Interamericano. Con una
seria escasez de dólares y una prolongada disputa con acreedores
estadounidenses, el gobierno argentino acudió recientemente al financiamiento
chino para reforzar sus agotadas reservas de divisas.
Después de una incursión inicial
en las industrias de extracción, las empresas chinas de control estatal también
han invertido en bancos, manufacturas y agricultura en toda la región. Pero los
críticos dicen que muchos acuerdos anunciados nunca han despegado, y que a veces
los préstamos terminan alimentando la corrupción. Un proyecto de US$7.500
millones en Venezuela con China Railway Group se encuentra incompleto y
mayormente inactivo. Algunas de las inversiones de China en Venezuela se han
perdido en medio de escándalos de corrupción y acusaciones de mala gestión
gubernamental.
Las empresas chinas también han
tropezado con la burocracia y los conflictos laborales. Una operación minera
que Shougang Hierro Perú Saa compró en ese país en los años 90 ha estado
plagada de huelgas casi todos los años. En Brasil, donde los autos chinos son
cada vez más populares, la automotriz Chery se ha enfrentado con los sindicatos
en su planta en el estado de São Paulo justo después de comenzar su producción
en febrero.
Altos funcionarios chinos dicen
que el país pretende diversificar el comercio con América del Sur mediante la
importación de productos de mayor valor agregado de los sectores manufacturero
y de aviación.
En Colombia, Li buscará impulsar
el desarrollo de infraestructura y la cooperación industrial. También firmará
acuerdos de canje de divisas con Chile, y buscará formas de profundizar los
acuerdos de libre comercio que China tiene con Chile y Perú.
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