Sepp Blatter, un loco del poder
Marca - jueves, 28 de mayo de 2015
"Yo soy como una cabra de las montañas
suizas. Yo avanzo, avanzo, avanzo y nada me puede detener. Yo continúo".
Estas palabras, pronunciadas por Sepp Blatter y publicadas en el periódico
suizo Neue Zürcher Zeitung, definen a la perfección su personalidad y su forma
de enfrentar las adversidades, que en las últimas horas han alcanzado su máxima
expresión.
La justicia estadounidense ha detenido en
tierras suizas, su país, a algunos de sus hombres de confianza a 48 horas de
las elecciones a la presidencia de la FIFA. El misil puntó directamente a su
corazón, pero que nadie espere que el presidente dé un paso atrás.
"Retroceder, ni para tomar impulso". Nunca lo ha hecho en su vida.
Ni cuando en sus tiempos de futbolista amateur
compensado -era delantero- se pensaba mejor de lo que realmente era; ni cuando
comenzó a trabajar como relaciones públicas en la oficina de turismo de su
cantón; ni cuando ejerció de secretario general de la Federación de Hockey
sobre hielo suiza. Ni en su etapa en la empresa relojera Longines, que le abrió
las puertas del COI y resultó un puente decisivo para entrar en la FIFA,
primero como director de proyectos, antes de ser 17 años secretario general y
otros tantos presidente.
Sepp siempre fue Blatter. Desde jovencito.
Siempre le gustó el poder. Mandar. Ser el epicentro de todas las situaciones en
las que estaba presente. Los que han trabajado con él o le conocen
personalmente aseguran que siempre fue un ser solitario. Con pocos amigos.
Guido Tognoni, ejecutivo de la FIFA que trabajó
codo con codo con él durante años, le compara con el mago Houdini por su
facilidad de desaparecer de todas las situaciones complicadas. Ha sido durísimo
con la figura de Blatter en recientes declaraciones al periódico francés
L'Équipe.
"Blatter no tiene verdaderos amigos, salvo
su hija y la FIFA. Cuando los hombres que están a su alrededor se hacen
fuertes, él los mata, los elimina. Su pasión es el poder. Manipula todo con tal
de mantener el poder", revela.
Políglota hasta el punto de dominar seis
idiomas -alemán, inglés, francés, español con acento mexicano, italiano y
portugués con deje brasileiro-, se siente también cómodo con el poder de la
palabra. En las distancias cortas o en foros amplios se muestra embaucador,
dicharachero, directo. Le gusta figurar. Ser reconocido. A su paso saluda a
quien le tiende la mano, o simplemente le mira. Es de los que defiende que lo
importante en la vida es que se hable de uno, aunque sea bien. En esta tesitura
es buen encajador.
Se considera un gran actor, como demostró, por
ejemplo, en la Oxford Union Sociaty, cuando imitó cómicamente al comandante
Cristiano Ronaldo y confesó estar más cerca de Robin Hood que de un sheriff
malvado de Nottingham. "Si no fuera el presidente de la FIFA vendería
alfombras con un micrófono", comenta quien le conoce bien. Le encanta ser
protagonista. Estar en el centro de la escena. Necesita reconocimiento,
escuchar que es el mejor.
Capaz de todo
Sus enemigos, como Michel Platini, aseguran que
es capaz de todo, mentiras incluidas, con tal de conseguir sus objetivos.
"Nos dijo mirándonos a los ojos hace cuatro años que le votáramos, que
sería su último mandato, y ahora busca un quinto. Por eso le he retirado mi
apoyo, aunque yo no voto".
Creyente y de profundas raíces religiosas,
siempre lleva una pequeña cruz colgada de su cuello. Cada vez que regresa a su
Viège natal visita la tumba de sus padres y reconoce que habla con ellos:
"Lo hago porque me da tranquilidad".
Con ese sesgo piadoso lo retrata su hija
Corinne, 53 años y la niña de sus ojos, que trabajó como su secretaria en la
primera batalla electoral por la presidencia de la FIFA en 1998: "Mi padre
es un hombre generoso, a quien le gusta hacer bien a los que le rodean".
Todos los años organiza un torneo de fútbol en
Ulrichen, cerca de su pueblo, y a media mañana las actividades se suspenden
para una celebración religiosa. En la sede de la FIFA también ha habilitado una
habitación para el rezo de todas las religiones.
Casado en tres ocasiones y soltero en la
actualidad , siempre ha tenido fama de gustarle estar rodeado de bellas
mujeres. Pasión similar a la que tiene por los coches de lujo.
Maquiavélico en la adversidad, encaja con
desprecio todas las acusaciones de corrupción que le apuntan directamente desde
hace mucho tiempo. De momento no se ha visto involucrado directamente en
ninguna, pero sí muchos de los que le rodean.
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