Sudamérica queda debilitada por escándalo FIFA
Associated Press - viernes, 29 de mayo de
2015
La credibilidad de la dirigencia
del fútbol sudamericano quedó por el piso cuando el Departamento de Justicia
reveló la madrugada del miércoles que muchos de los dirigentes implicados en
una investigación sobre corrupción en la FIFA hacían parte de la Conmebol.
Las escandalosas acusaciones que
incluyen millonarios sobornos por la cesión de derechos desataron un efecto
dominó en la región, desde las federaciones que defienden sus gestiones y
anuncian auditorías, hasta gobiernos que durante años se hicieron de la vista
larga y ahora anuncian investigaciones a jerarcas y empresarios del fútbol.
Aun así, persisten dudas sobre si
estos anuncios van a producir cambios inmediatos en la gerencia del deporte rey
en Sudamérica, donde al mando siguen muchos de los líderes directamente
mencionados en las indagaciones y que se declararon enfermos o iniciaron
batallas legales que podrían durar meses para evitar sus extradiciones a
Estados Unidos.
"Se trata de un deporte que
ha tenido malversaciones durante mucho tiempo, y en las que hay muchos
involucrados", dijo Christopher Gaffney, autor del libro "Temples of
the Earthbound Gods" (Templos de los Dioses Terrestres). "Cuando
empiecen a tirar de los hilos, todo podría venirse abajo".
Uno de los doce entramados de
corrupción que investiga un grupo de fiscales estadounidenses implica a una
empresa llamada Datisa que en 2013 acordó pagar sobornos por 110 millones de
dólares a la plana mayor de la Conmebol y a los presidentes de las 10
federaciones sudamericanas de fútbol para adquirir los derechos televisivos y
mercadeo de la Copa América.
Finalmente, según la
investigación, sólo se entregaron 40 millones, y la acusación no aclara si
todos los presidentes recibieron el dinero o sabían de ese pacto ilegal.
El presidente del fútbol de
Chile, Sergio Jadue, admitió que la federación chilena recibió dinero en 2013
relacionado con la Copa América, pero aseguró que todo fue legal.
"En diciembre de 2013
recibimos por concepto de anticipo de contrato de Copa América un millón y
medio de dólares", dijo Jadue al diario chileno La Tercera desde Zúrich,
donde estaba para participar en el congreso de la FIFA. "Fue recibido
desde la Conmebol y pedimos que se depositara directamente a la cuenta de la
federación".
Esa cifra coincide con la
cantidad que, según la pesquisa estadounidense, Datisa habría acordado pagar a
cada líder de las 10 federaciones como soborno por los contratos de la Copa
América.
La federación boliviana también
confirmó que recibió 1,5 millones de dólares ese año, pero su secretario
general Alberto Tico Lozada declaró que el dinero "no entró como
soborno".
La investigación destaca que los
dirigentes que pidieron o recibirían los sobornos de parte de Datisa eran el
uruguayo Eugenio Figueredo, el venezolano Rafael Esquivel, el paraguayo Nicolás
Leoz y el brasileño José Maria Marin. Figueredo, Esquivel y Marin fueron
arrestados el miércoles en Zúrich y fueron suspendidos por la FIFA. Las
autoridades estadounidenses pidieron la extradición de Leoz, ex mandamás de la
Conmebol que vive en Paraguay y que, tan pronto se anunció el caso, fue
internado en un hospital de su propiedad por hipertensión.
"Siempre que se destapa una
olla, más allá de la conmoción inicial, para el futuro es algo positivo",
dijo Mariano Berges, un ex juez que ayudó a fundar el grupo "Salvemos al
Fútbol" en Buenos Aires.
El líder del fútbol uruguayo
entre 2009 y marzo pasado, Sebastián Bauzá, dijo que no recibió "ni
directa ni indirectamente suma alguna o bienes de cualquier naturaleza
provenientes de alguna empresa o persona, para lograr favores o contratos o como
consecuencia de la firma de los mismos".
La federación peruana anunció que
empezó una auditoría a Manuel Burga, ex presidente del organismo durante el
período de la pesquisa.
"Si es culpable, tendrá que
pagar", dijo el sucesor de Burga, Edwin Oviedo, al diario Depor.
"Todo lo que se hace mal, se paga en esta vida".
Y la Asociación del Fútbol
Argentino indicó que "tanto los ingresos contractuales como los
adicionales por la participación de AFA en las Copas América", se
encuentran asentados y debidamente justificados en los estados contables de esa
asociación.
"AFA continuará adoptando
las medidas necesarias y conducentes para el total esclarecimiento de las
denuncias efectuadas, haciendo conocer que estará a disposición de las
autoridades judiciales que lo requieran", señaló la entidad.
El presidente de la AFA en 2013
era Julio Grondona, fallecido el año pasado. En la acusación estadounidense se
menciona que el presidente de la Conmebol, en ese entonces Leoz, además de los
líderes de las federaciones de Brasil y Argentina, Marin y Grondona, habrían
recibido pagos mayores que el resto de los presidentes de federaciones.
Hasta su muerte en julio,
Grondona era la mano derecha del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y su
deceso fue un duro golpe para las influencias de Sudamérica en la FIFA. La
región rompió con una larga tradición de respaldar en bloque a Blatter en las
elecciones del viernes, y al menos Argentina, Chile y Uruguay votaron por el
contrincante del dirigente suizo, príncipe Alí bin al-Hussein. Blatter fue
relegido a un quinto período al mando.
"Ocurrió algo que para
nosotros sigue siendo un shock. Cada uno tenemos que poner la cara en sus
lugares", dijo tras la votación en Suiza el presidente de la Conmebol,
Juan Angel Napout, quiene reemplazó a Figueredo en el cargo. "Son
circunstancias excepcionales".
Resta por ver si esa postura, y
la caída en desgracia de Leoz y su sucesor Figueredo, ambos de la vieja guardia
del fútbol y con sólidos lazos con Blatter, debilitan la posición de la región
en las esferas de poder. Por ahora no asoman líderes jóvenes en la región
libres de toda sospecha, ni con el peso internacional de esos jerarcas.
Mientras, las autoridades en varios
países sudamericanos se hicieron eco de la pesquisa estadounidense y empezaron
a investigar por su cuenta los negocios de los dirigentes y empresarios
involucrados en el fútbol, un deporte que por décadas ha estado salpicado por
denuncias de corrupción en Latinoamérica, incluyendo el mandato de 24 años del
brasileño Joao Havelange como presidente de la FIFA hasta 1998, cuando fue
sucedido por Blatter.
En Buenos Aires, el juez Marcelo
Martinez de Giorgi ordenó la detención de los tres empresarios argentinos de
marketing deportivo y televisión implicados en el escándalo, tras un pedido de
extradición por parte de la justicia estadounidense. Alejandro Burzaco,
presidente de Torneos y Competencias S.A, y Mariano y Hugo Jinkis, dueños de
Full Play, están acusados en Estados Unidos por sobornos, lavado de dinero y
crimen organizado.
El fisco argentino dijo que los
denunció a todos por "evasión tributaria, asociación ilícita fiscal y
lavado de dinero". Los Jinkins siguen prófugos, mientras que se desconoce
el paradero de Burzaco.
La fiscalía colombiana pidió a
las autoridades estadounidenses y suizas información respecto de que si en las
pesquisas por corrupción "figuran ciudadanos colombianos". Luis
Bedoya, hombre fuerte del fútbol colombiano y vicepresidente Conmebol, no está
mencionado por nombre en la investigación estadounidense.
En Brasil, las autoridades
allanaron el miércoles las oficinas de una compañía de mercadeo deportivo en
Río de Janeiro ligada a la conspiración.
Uno de los socios de la empresa,
Kleber Leite, confirmó que el allanamiento está relacionado al caso de
corrupción de la FIFA. El empresario dijo que la búsqueda tiene que ver con un
contrato con la Confederación Brasileña de Fútbol para obtener los derechos de
la Copa de Brasil que firmaron junto con una de las compañías investigadas por
las autoridades estadounidenses, Traffic Sports.
El dueño de Traffic Sports, el
brasileño José Hawilla, ya se declaró culpable en el entramado y acordó
entregar más de 151 millones de dólares.
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