El derrumbe de los partidos tradicionales
españoles: caída al vacío o mera recomposición?
INFOnews - mayo de 2015
Las
elecciones celebradas el domingo en España arrojaron un resultado que fue leído
casi por la totalidad de los medios de comunicación como el fin del
bipartidismo en España. Esto se explica por un lado en la importante pérdida de
votos que tuvieron –en relación con los comicios de 2011– los dos principales
partidos españoles: el gobernante Partido Popular (PP) y el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE), que sumados consiguieron el 52% de los sufragios, contra
el 65% de hace cuatro años. Pero también por el crecimiento de dos fuerzas
pequeñas aunque pujantes, que se ganaron su espacio entre el electorado del
país ibérico: Ciudadanos (una fuerza de centro, liberal, que se consagró como
la tercera más votada) y Podemos (un espacio de centroizquierda que surgió al
calor del movimiento de los "indignados" y que sorprendió en
Barcelona y Madrid, retrató Tiempo Argentino.
El sistema bipartidista español rige desde la
llamada "Restauración borbónica", que tuvo lugar entre los años 1875
y 1923, cuando la política española se organizó en torno a dos partidos: el
liberal y el conservador. "Entre esos años, con algunas diferencias y
algunos gabinetes de unidad nacional, se alternaron conservadores (más
clericales) y liberales (ligeramente más laicistas), que coincidían en respetar
la Constitución de 1876 y en mantener algunas políticas relativamente
similares, dejando afuera a los socialistas, republicanos y anarquistas",
asegura el profesor de Historia de España de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), Mariano Rodríguez Otero.
"Luego, tras la muerte del dictador
Francisco Franco, en el período denominado Transición Española, momento en que
España pasó a regirse por una Constitución que instauraba un Estado social y
democrático de derecho, a más de uno le hizo recordar un sistema parecido:
inicialmente con la Unión de Centro Democrático (UCD), que lideraba Adolfo Suárez,
y el PSOE, y luego con el partido Alianza Popular que abrió camino para la
conformación del PP. Aunque en ese período existió también una importante
influencia de los partidos nacionalistas, vascos y catalanes", agrega
Rodríguez Otero.
Para el profesor de Historia, en España rige
una concepción política y una dinámica que favorece la supremacía de los dos
partidos más importantes, que en muchos casos tiene que ver con la lógica del
"voto útil". Explica: "En España existe un núcleo duro de la
sociedad de origen franquista que nunca despareció. Eso generó históricamente
que muchos a la hora de votar, en su afán de detener el avance conservador del
PP, no optasen por una alternativa pequeña, ya que creían que ese voto se
podría terminar diluyendo, y por eso elegían al PSOE, el cual era visto como la
única alternativa posible." Eso parecería haber cambiado luego de las
últimas elecciones, aunque el tiempo dirá si esta es una situación momentánea y
pasajera, o si corrobora el comienzo de un vuelco político en ese país europeo.
Cambio de configuración.
El escenario que quedó configurado en España
desde el domingo pasado está caracterizado por el quiebre de la hegemonía del
PP, que ya no cuenta con lo que fue el mayor poder institucional obtenido jamás
por un partido español en democracia, al perder en la gran mayoría de los
gobiernos de las capitales. En cuanto al poder territorial, es cierto que se
impuso en nueve de las 13 regiones autonómicas que fueron a las urnas. Sin
embargo, no logró revalidar ninguna mayoría absoluta, lo cual deja abierta la
posibilidad para gobiernos opositores que surjan gracias a alianzas.
Esta situación preocupa mucho a la cúpula del
partido de gobierno que, pese a haber sido la fuerza más votada, con alrededor
del 27% de los votos, parece sumergirse en una crisis interna, en un año donde
se celebrarán elecciones generales. Esto quedó de manifiesto luego de que el
presidente español Mariano Rajoy celebrara ser la primera minoría y ratificara
que buscará su reelección en noviembre, lo que tuvo que relativizar luego de
que importantes dirigentes del PP, cuyas candidaturas se vieron afectadas por
el mal desempeño general del partido de gobierno, reclamaran
"cambios" y "renovación". Algunos incluso anunciaron que se
alejarán de ese espacio de derecha.
Es el caso del presidente del PP en la
Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, quien informó que no se presentará a la
reelección para su cargo luego de los resultados del domingo, que le pusieron
un freno a 20 años de gobiernos populares en esa región. Lo mismo hará la
presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y el líder en las Islas Baleares,
José Ramón Bauzá.
Además, el gobierno español cosechó también
críticas del presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien tras
instar al presidente a preguntarse por su idoneidad como candidato,
responsabilizó al ministro de Energía y Turismo, José Manuel Soria, por la
derrota.
Nuevo escenario.
Para graficar en qué situación quedó el PP en
varias regiones sirve analizar lo que pasó en la Alcaldía de Madrid donde, si
bien la candidata del PP y presidenta de ese espacio en la capital española,
Esperanza Aguirre, fue –por estrecho margen– la candidata más votada, no se
descarta que la nueva alcaldesa sea Manuela Carmena, la aspirante de Ahora
Madrid, coalición de centroizquierda apoyada por Podemos, en el caso de que la
ex jueza de 71 años acepte pactar con el candidato socialista, Antonio Miguel Carmona,
quien quedó tercero.
Esta posibilidad ya fue rechazada por el líder
de Podemos, Pablo Iglesias. "Podemos no entrará a formar parte de ningún
gobierno presidido por un candidato del Partido Socialista", aseguró el
profesor universitario, pero en política nada se puede predecir.
En la capital catalana, la candidata de
Barcelona en Común, también apoyada por Podemos, Ada Colau, realizó una gran
elección al resultar la dirigente más votada y quedar a las puertas de gobernar
en esa ciudad, luego de desbancar al alcalde Xavier Trias, de la nacionalista
Convergencia i Unió (CiU). Este resultado fue un duro golpe para el soberanismo
catalán, sobre todo en vistas de las elecciones autonómico-plebiscitarias de
septiembre pasado. Pero al mismo tiempo es un desafío para los sectores que
apoyaron a Colau, conocida como luchadora social contra los desalojos.
Para el politólogo Juan Federico Von Zeschau,
la sangría de votos que tuvieron los dos principales partidos –el PP perdió 2,5
millones de votos en cuatro años y el PSOE 700 mil– se explica por "una
cuestión de soberanía política y económica (...) Rajoy llevó adelante el
trabajo que había dejado inconcluso el ex presidente socialista José Manuel
Rodríguez Zapatero, que tuvo que ver con ajustes en políticas sociales, suba de
impuestos y abaratamiento de los despidos. El resultado fue obvio: se
profundizó la recesión y se sostuvo un desempleo altísimo, que actualmente se
sitúa en torno al 23,8"”, asegura el magister en Administración y
Políticas Públicas en la Universidad de Alcalá de Henares (España).
Esta situación, concluye Von Zeschau, favoreció
el crecimiento de nuevos partidos, que "representan una suerte de escudo
ante la ola de recortes y ajustes que se impulsan desde organismos
supranacionales como el FMI, la Comisión Europea, o el Banco Central
Europeo". Pero también preanuncian nuevos tiempos para España.
ESCENARIO
LA SITUACIÓN ECONÓMICA
• La cifra total de desocupados trepó en lo que
va del año al 23,0% del total de personas en edad laboral. El 21,7% son hombres
y el 24,4% son mujeres.
• Entre los menores de 25 años el total
asciende al 50,1%, lo que implica que son tantos los que tienen algún tipo de
ocupación como los que no tienen ninguna. El 51,0% son varones y el 49,0%,
mujeres.
• Entre los mayores de 25, el promedio es de
21,0%. El desagregado indica que el 19,6% de los hombres de ese sector etáreo
están sin empleo, mientras que entre las mujeres el número es del 22,6 por
ciento.
• Según un informe de la OCDE, uno de cada
cuatro jóvenes españoles ni estudia ni trabaja.
• Un estudio del Instituto Nacional de
Estadística (INE) de España publicado esta semana señala que el 29% de la
población está "en riesgo de pobreza o exclusión social".
• El 45% no puede ir de vacaciones fuera de
casa al menos una semana al año.
• El 42% no puede afrontar gastos imprevistos
(de 650 euros).
• El 10% sufre retrasos en los pagos
relacionados con la vivienda principal (alquiler, hipoteca, luz, agua).
• El 16% tiene serias dificultades para llegar
a fin de mes.
• El total de personas inscriptas en el Padrón
Continuo en España al 1º de enero de 2015 fue de 46.600.949 habitantes, según
el Avance de la Estadística del Padrón Continuo. Esto es, 170.392 personas
menos que el 1º de enero de 2014.
• En 2014, el número neto de españoles
inscritos se incrementó un 0,3%, 134.231 personas, mientras que la cifra de
extranjeros descendió un 6,1%, o sea, 304.623 personas.
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