¿Quién invierte mejor: los hombres o las
mujeres?
The Wall Street Journal. - domingo, 17 de
mayo de 2015
A la hora de invertir, los hombres a
veces hacen las cosas de cierta forma y las mujeres de otra. Ambos podrían
aprender del sexo opuesto.
Las generalizaciones amplias, por
supuesto, son inherentemente arriesgadas y nadie sugeriría que el género
impulsa el éxito en la inversión.
De todos modos, las instituciones
financieras y los académicos que han estudiado los respectivos hábitos de
inversión de hombres y mujeres concuerdan en que los varones generalmente
tienen más confianza para invertir, mientras que las mujeres apuntan más a
lograr sus metas y compran y venden menos.
El objetivo de ese tipo de
estudios no es coronar a un sexo u otro como el más apto para la inversión,
sino entender mejor dónde radican las fortalezas de cada uno.
“Deberíamos centrarnos en los
comportamiento que les permiten a los individuos hacer lo que más les
conviene”, dice Michael Liersch, director de finanzas conductuales de Merrill
Lynch Wealth Management, una filial de Bank of America Corp., quien es autor de
un informe sobre las mujeres y la inversión.
Datos provenientes de varios
estudios detectan diferencias claras no sólo en los hábitos de inversión de los
hombres y mujeres, sino también en la forma en que planifican su jubilación.
Las mujeres, por ejemplo, son más
propensas a elegir los fondos que ajustan los activos del portafolio conforme
los plazos especificados por el inversionista en cuentas de retiro auspiciadas
por los empleadores. Los hombres, en cambio, suelen preferir otras opciones,
incluidos fondos de renta variable. La exposición de ambos sexos a las acciones
es similar, en promedio: 74% para los varones y 73% para las mujeres en 2014,
según la firma de fondos de inversión Vanguard Group.
Los hombres también suelen ser
más propensos al corretaje, lo que puede ser una desventaja. En 2014, según
Vanguard, 11% de los hombres realizaron una transacción entre fondos de
inversión en sus cuentas, comparado con 7% de las mujeres. Al realizar
operaciones con menos frecuencia, las mujeres están menos expuestas a operar en
el momento equivocado, explica Jean Young, analista senior de investigación de
Vanguard.
Distintos horizontes
Los estudios muestran que las
mujeres también podrían tener mucho que enseñar en otras áreas. Son más
propensas que los hombres a participar en planes de retiro auspiciados por los
empleadores (73% a fines del año pasado, comparado con 66% entre los hombres en
los planes de Vanguard) y ahorrar un mayor porcentaje de sus ingresos (7%
frente a 6,8% para los hombres, según Vanguard).
“Las mujeres tienen un horizonte
temporal más largo, tienen una meta en mente y están más dispuestas a buscar
asesoramiento profesional”, dice Rosanne Rogé, una planificadora financiera del
estado de Nueva York. “Los hombres quieren administrar un poco de dinero por
cuenta propia”.
Más allá de sus destrezas como
inversionistas, a menudo las mujeres terminan con una jubilación menor por una
simple razón: ganan menos. “Al final, lo que más importa es el salario”, dice
Young. “Los hombres ahorran más porque ganan más”.
A pesar de la opinión generalizada
de que la aversión al riesgo —así como a las acciones— limita lo que pueden
ganar las mujeres en sus inversiones, estudios muestran que con el tiempo sus
retornos son similares a los de los varones.
Juego de confianza
Y luego está la paradoja: puesto
que las mujeres creen con tanto ahínco en el valor del ahorro, ¿por qué también
hay evidencia de que no parecen confiar en sí mismas de la misma forma cuando
se trata de invertir?
Expertos financieros afirman que
esta es una diferencia principal entre hombres y mujeres en los asuntos
financieros. El informe de Merrill que elaboró Liersch, basado en datos de
11.500 evaluaciones de personalidad de inversión entre clientes de Merrill,
descubrió que 55% de las mujeres estaban de acuerdo o muy de acuerdo con la
frase: “Conozco menos que el inversionista promedio sobre mercados financieros
e inversión en general”, comparado con apenas 27% de los varones.
La renuencia a invertir de forma
más enérgica es más evidente cuando las mujeres tienen dinero para invertir
fuera de un plan de jubilación auspiciado por el empleador, sostiene Kristen
Robinson, vicepresidenta senior de la empresa de fondos de inversión de
Fidelity Investments. “Lo colocan en una cuenta de ahorro”, observa.
Un estudio realizado en 2013 por
Fidelity entre parejas que estaban en una relación de largo plazo halló que las
mujeres tienden a tener una tolerancia mucho más baja al riesgo que los hombres
y apenas 4% estaba dispuesta a invertir un monto importante para lograr
retornos potencialmente más altos, aunque implicara la pérdida de parte o la
totalidad del capital inicial, comparado con 15% en el caso de los hombres.
Otros estudios hallaron
conclusiones parecidas. Una encuesta realizada por BlackRock Inc. encontró que
las mujeres tienen una mayor parte de sus portafolios en efectivo y que pocas
están dispuestas a aumentar el riesgo en busca de mayores retornos. Las
investigaciones de Merrill, en tanto, concluyeron que más de la mitad de las
mujeres consultadas temían perder el capital y más de un tercio expresaron
preocupación de no tener acceso al efectivo cuando lo necesitaban.
Es más probable, en todo caso,
que las mujeres busquen asesoría profesional, lo que puede ser una ventaja.
“Quieren entender el propósito de una estrategia y cómo las va a ayudar a
alcanzar sus metas”, dice Liersch. “Son las preguntas que todos los
inversionistas se tendrían que estar haciendo”.
¿Quién prefiere hacer las cosas
por su cuenta?
Cuando Fidelity analizó datos de
13 millones de participantes en planes de retiro corporativo, descubrió que 42%
de las mujeres usaban cuentas administradas profesionalmente, comparado con 36%
de los hombres, mientras el otro 64% eran hombres que prefieren hacer las cosas
por sí mismos.
Otro estudio de Fidelity muestra
que 92% de las mujeres quieren aprender más sobre planificación financiera y
83% quiere involucrarse más en sus finanzas dentro del próximo año.
Al aprender de los mejores
hábitos de cada uno, los inversionistas de ambos sexos se podrían beneficiar.
“Puedes tener un exceso de confianza”, dice Liersch. “Más allá de lo que opine,
un diálogo puede ayudar a conseguir mejores resultados”.
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