Nueve errores que debe evitar a la hora de
invertir
The Wall Street Journal. - mayo de 2025
En momentos en que los mercados han tocado o se
encuentran cerca de máximos históricos, uno podría sentir que invertir es más
fácil que nunca. Durante tiempos como estos, es crucial prestar atención a lo
que uno debe evitar hacer.
¿Cómo se convierte uno en un mejor
inversionista? Aprenda los principios fundamentales. Estudie a los maestros.
Busque consejos de calidad. Sin embargo, algunas de las operaciones más
importantes de la inversión son los actos que uno no realiza, los pronósticos
que uno no lee, los consejos que ignora y los sentimientos que rechaza.
A continuación, nueve errores que debe evitar:
Sentir demasiada certeza. Pensar que uno “sabe”
lo que va a pasar con una acción, o el mercado, lo colocará en la vía rápida
hacia el arrepentimiento. No hay certezas en los mercados, solamente
probabilidades. Es mucho mejor confiar en alguien que dice que hay una
probabilidad de 60% de que un mercado aumente este año que en alguien que lo
garantiza.
El cementerio de las malas decisiones de
inversión está lleno de gente que no dejó un margen para el error en sus
pronósticos.
Extrapolar el pasado reciente al futuro. La
gente tiene un deseo incontrolable de pronosticar, y a la mente le encanta
seguir el camino de la menor resistencia. El pronóstico más fácil, y a menudo
más común, es dar por hecho que el futuro se asemejará al pasado reciente.
Después de que las acciones suben —como ha
ocurrido recientemente— los inversionistas suponen que seguirán creciendo.
Después de que las acciones caen —como ocurrió en 2008, después de que Lehman
Brothers se declaró en bancarrota— extrapolan y proyectan mayores descensos.
Esto podría funcionar durante un tiempo, pero
los puntos de inflexión del mercado tienden a ocurrir cuando la convicción de
que un mercado alcista o bajista continuará se encuentra en su punto máximo.
Aunque los pronósticos se trazan en líneas rectas, la historia avanza en ciclos
y saltos repentinos.
Personas que venden productos financieros por
comisión. Como dice el dicho, “Nunca le preguntes a un peluquero si necesitas
un corte de pelo”. La respuesta es sumamente predecible. Asimismo, nunca le
pregunte a un corredor que trabaja por comisión si comprar o vender un producto
financiero es una buena idea.
El interés personal es una de las fuerzas más
poderosas en el mundo y puede influenciar a personas que normalmente serían
buenas y honestas a colocar su billetera antes de la suya. La asesoría financiera
exclusivamente por tarifa fija (y por tanto, sin comisión) es la mejor opción
en la mayoría de los asuntos financieros.
Sentirse más inteligente tras un alza del
mercado. Todos adoran un mercado alcista. Se puede ganar dinero sin mucho
esfuerzo. Pero ese sentimiento puede ser peligroso, ya que aumenta su confianza
más que su habilidad.
Si ha tenido un gran desempeño como
inversionista en los últimos cinco años, deje su ego a un lado. Casi a todo
mundo le ha ido bien. La verdadera prueba de la destreza del inversionista es
la manera como reacciona a momentos de pánico y tensión.
Sentirse como víctima tras una caída del
mercado. Después de toda caída grande del mercado vienen las acusaciones. La
gente le echa la culpa a Wall Street, a los operadores de alta frecuencia, a
los políticos y a los corredores bursátiles. Lo cierto es que todas las
personas que tienen acciones se han inscrito en un juego con una historia de
repetidos colapsos, desplomes, retiradas y mercados bajistas. Es a norma.
Entre más víctima se sienta tras una caída en
el mercado, será menos propenso a aprender cuán inevitables y normales son
estas caídas. Aprenda más y quéjese menos, y tendrá mejores resultados a largo
plazo.
Impaciencia. La inversión requiere, más que
nada, paciencia y disciplina. Pero a menudo atrae a los impacientes e
impulsivos.
Los mercados tienden a producir retornos
sólidos a largo plazo, pero el deseo de hacer avanzar a esos retornos y ganar
más dinero en el momento, hoy mismo, ha causado más miseria y remordimiento que
quizás ninguna otra cosa en este negocio. Extender su horizonte temporal es una
de las mejores cosas que alguien puede hacer para mejorar sus resultados de
inversión.
Dejar que sus perspectivas políticas guíen sus
decisiones de inversión. No permita que sus perspectivas políticas influencien
sus decisiones de inversión. Por supuesto, deje que sus valores orienten sus
selecciones, invirtiendo, por ejemplo, en energía ecológica, o evitando a
empresas tabacaleras. Pero tome en cuenta que los mercados al final de cuentas
son impulsados por las ganancias corporativas de largo plazo, mientras que la
política al final de cuentas es impulsada por el ciclo electoral de dos años.
Preocuparse de cosas que no puede controlar. No
tiene control sobre lo que la Reserva Federal hará en el futuro, quién ganará
las próximas elecciones, o si una empresa cumplirá con sus expectativas de
ganancias, las decisiones de producción petrolera de la OPEP o el informe
laboral del próximo mes.
Por otro lado, si tiene control sobre sus
propias expectativas, distribución de activos, reacciones a la volatilidad del
mercado, y la gente que elige escuchar para recibir consejos financieros.
Utilice el tiempo y energía que dedica a la primera para mejorar la segunda.
Negarse a cambiar de opinión cuando los hechos
cambian. Entre los expertos financieros, se otorgan puntos por seguridad y
consistencia. La gente adora a los expertos que golpean la mesa y predicen el
futuro sin titubear ni un poco. En efecto, en 2013, dos estudiantes de estudios
avanzados en economía de la Universidad del Estado de Washington mostraron que
la seguridad superaba a la precisión al evaluar la popularidad de las
predicciones de expertos.
Aunque la consistencia y la seguridad son
entretenidas, la humildad y la mente abierta ofrecen mejores consejos. El
analista que no teme decir “no sé” y “he actualizado mis pronósticos ahora que
la información ha cambiado” quizás nunca sea popular, pero es al que debería
escuchar.
Morgan Housel es columnista de la empresa de
servicios financieros Motley Fool.
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