Para qué sirven los hombres, por fin
descubierto por la ciencia
El
Confidencial - mayo de 2015
Como se suele decir, la realidad
supera la ficción. Si en Hijos de los Hombres (2007) Alfonso Cuarón planteaba
un futuro caótico en el que la raza humana estaba al borde de la extinción
porque por alguna razón desconocida los hombres habían perdido la capacidad de
procrear (claro, que, en este caso las mujeres también se habían vuelto
estériles), ahora parece que no, que los varones no están ahí única y
exclusivamente para que se haga posible la supervivencia de las especies.
Durante décadas, feministas de
medio planeta han debatido sobre la necesidad de que existan los hombres cuando
son las mujeres quienes tienen hijos y, dada la evolución médica en términos de
reproducción artificial, su labor como aportadores de semen y fecundadores
podría estar en entre dicho.
De hecho, en términos evolutivos
podría tener sentido que en el futuro fuésemos una población asexual totalmente
femenina que dé a luz y críe hijas que puedan reproducirse en lugar de hijos
que no pueden. “Los biólogos siempre han estado intrigados sobre por qué los
hombres han sobrevivido teniendo en cuenta que su única contribución a la
reproducción es el esperma”, explicaSarah Knapton en The Telegraph. Parece que
por fin, los científicos creen haber llegado al fondo de por qué todavía
existen los hombres, y por qué hace falta más de uno.
La selección sexual
“Casi todas las especies
multicelulares de la tierra utilizan el sexo para reproducirse, pero su
existencia no es fácil de explicar ya que practicarlo conlleva importantes
riesgos cuando en realidad sólo uno de los sexos es fundamental para la
supervivencia: las mujeres que podrán tener nueva descendencia”, explica el
autor principal del estudio Matt Gage, profesor de la Facultad de Ciencias
Biológicas de la Universidad de East Anglia.
“¿Por qué cualquier especie iba a
desperdiciar todo ese esfuerzo en los hijos si una población asexual en la que
sólo hubiese mujeres sería mucho más eficaz para reproducir un mayor número de
crías?”, se preguntaron los investigadores.
Charles Darwin fue el primero en
sugerir la idea de la selección sexual basada en que los machos compiten por la
reproducción y las hembras eligen con cuáles de ellos querrán o no tener crías.
De ahí que en el reino animal a menudo los machos se presentan con colores más
llamativos que las hembras y llevan a cabo complejos y elaborados rituales para
cortejarlas.
Pero desde entonces hasta ahora
nadie se había preocupado de estudiar el papel que desempeñan en las sociedades.
Pero parece que los investigadores de la Universidad de East Anglia han llegado
a la conclusión de que su presencia tiene un valor mucho más importante que la
mera contribución espermática: ayuda a mantenerlas saludables y en orden.
“Nuestra investigación ha
demostrado que la competencia que se da entre los machos para conseguir
reproducirse con las hembras proporciona un beneficio importantísimo aportando
una variación genética saludable para las siguientes generaciones”, resume
Gage.
Sociedades que progresan
adecuadamente
Para averiguar si la selección
sexual era o no importante para las poblaciones, los científicos observaron
como evolucionaba una colonia de escarabajos de la harina (Tenebrio molitor)
durante más de 10 años en condiciones controladas en el laboratorio.
Establecieron grupos en los que
la relación de machos y hembras era desigual. En algunos 90 escarabajos macho
tuvieron que competir por el afecto de tan sólo 10 hembras mientras que en
otros las mujeres superaban en número a los varones.
Tras pasar siete años –o, lo que
es lo mismo para estos insectos, 50 generaciones después– los investigadores encontraron que los
hombres que habían competido al máximo para conseguir reproducirse con las
hembras estaban más en forma y eran más resistentes a las enfermedades. Por el
contrario, aquellos grupos en los que no se había dado selección sexual (en los
que los machos superaban en número a sus convecinas) se extinguieron después de
10 generaciones.
“Estos resultados muestran que la
selección sexual es importante para la salud de la población y la
persistencia”, comenta el padre de la investigación quien defiende que la
diversidad sexual ayuda a acabar con los efectos negativos de las sociedades y
hace que los varones se conviertan en una parte fundamental para mantener una
variación genética positiva para las generaciones futuras.
El hecho de tener que competir
con sus rivales para conseguir ser los vencedores en la batalla por conquistar
a las hembras, hace que traten de organizarse mejor, aportar y ayudar más al
grupo y mantenerse más sanos y fuertes. “Si quieren triunfar, tienen que tratar
de ser buenos en la mayoría de las facetas de la vida, por lo que podría
decirse que la selección sexual proporciona un filtro importante y eficaz para
mantener y mejorar la salud genética de la población”, concluye Gage.
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