Tips para que interpretes los bunkers como un
golfista profesional
FORBES- 15 de Junio de 2016
En el arte del diseño de golf
todo tiene una funcionalidad dirigida a enriquecer el juego, y para un golfista
apasionado es un deleite saber interpretarla.
¿Cómo puede un golfista hacer que
su “lectura del campo” sea la más fidedigna, y esto en qué lo beneficia? ¿Qué
papel juegan las trampas en el golf? Como mencionamos en la entrega anterior,
es primordial para el desarrollo de un jugador saber “leer” un campo de golf,
pues conforme mejore su interpretación abrirá la posibilidad de perfeccionar el
score y disfrutar intensamente su diseño, o, en su defecto, notará un mal
trabajo de diseño.
De las ocho clases de trampas que
hay en el golf (carry, collection, definition, directional, face, pot, saving y
waste), en esta ocasión explicaré los últimos cinco tipos.
Directional bunker: Todas las
trampas son para orientar; sin embargo, el directional bunker –también conocido
como target bunker– es un hazard utilizado en los hoyos bien diseñados,
específicamente para orientar perfectamente al golfista. Esta trampa
regularmente no está en juego porque se encuentra fuera del alcance del
jugador, pero para quien sabe descifrar el hoyo, tiene las propiedades de
mostrar claramente el camino a seguir.
Face bunker: Es llamado así
porque muestra su cara, destellando desde lo complejo del green y semejando una
ola. Es la trampa de moda desde finales de los años ochenta y la más comúnmente
conocida en los campos diseñados por celebridades en nuestro país, no obstante
el trabajo laborioso de mantenimiento que demanda.
Pot bunker: Es reconocido por su
sello absolutamente escocés y se encuentra en casi todos los campos de estilo
“links”; sin embargo, estos hazards son cada vez más admirados y recreados en
nuestro continente. Son trampas de dimensiones circulares y su grado de
penalidad depende de la profundidad.
Saving bunker o safety bunker: Es
aquel que protege a una pelota no certera de caer en el abismo, al agua, o que
simplemente evita que ruede por el talud. Regularmente hay que dar gracias por
caer en una de estas trampas, pues están diseñadas para amparar la continuación
del juego, proporcionándole a la bola un segundo aire.
Waste bunker: Es una trampa
larga, regularmente plana y de bajo costo, porque no requiere mantenimiento
diario. Se caracteriza por tener una textura firme y vegetación endémica a sus
alrededores. Puede llegar a rebasar los 50 metros de longitud, protegiendo una
porción grande del campo, y es una trampa muy noble porque la arena debe estar
bien confinada, facilitando la salida de la pelota.
Como hemos dicho en ocasiones
anteriores, en el arte del diseño de golf todo tiene una funcionalidad dirigida
a enriquecer el juego, y saber interpretar esto es un deleite que sólo los
apasionados por este fascinante deporte pueden disfrutar.
Te invito a ser uno de ellos.
Agustín Pizá-Arquitecto
apasionado de la naturaleza y el deporte. Maestro en diseño de campos de golf.
Único arquitecto latinoamericano miembro del Instituto Europeo de Arquitectos
de Golf.
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