Cómo tratar a todos los tipos de
empleados conflictivos
Emprendedores - junio
de 2016
Según el modelo del diagrama de
los cuatro cuadrados, que propone Daniel Oliveira, socio-director de MRC
Training, podríamos diferenciar 12 personalidades problemáticas según su mayor
o menor motivación hacia los resultados y afectividad. Veamos quiénes son y cómo
tratarles.
Panzer.
Es como una apisonadora, lo
destroza todo a su paso, ataca, insulta. Este tipo y los dos siguientes tienen
el foco en los resultados y son activos comunicativamente.
Consejo: planta cara, manteniendo
la calma, pero dejándole claro que no te amedrentas. “No puedes quitarle la
razón ni quedarte con la palabra porque se crispan más, pero debes
enfrentarte”, insiste Oliveira.
Francotirador I.
Ataca cuando menos lo esperas,
utiliza el sarcasmo, va a hacer daño ridiculizando o haciendo hincapié en el
error ajeno.
Consejo: nunca hagas como si no
lo hubieras oído. Relaciona su comentario con lo que estás tratando y hazle
preguntas cerradas: “¿Has acabado?”.
Sabelotodo.
Sabe y pierde los papeles con los
que saben menos, no aguanta que lleven los temas con alfileres.
Consejo: hay que ir muy
preparado. Cuando te plantee una crítica, conviértele en tu tutor: “La próxima
vez que tenga un problema de contabilidad ¿me podrías ayudar?”.
Negativo.
Esta categoría inaugura los tres
tipos de foco en resultados y comunicación pasiva. Son los más tóxicos porque
todo es negatividad en ellos y contaminan la organización.
Consejo: hazle preguntas del tipo
de “necesito que me digas dónde no funciona”. Y cuando quieras involucrarle,
éntrale con el no: “¿Tú no quieres participar, no? ¿Cómo que no? Pues
participa”.
Quejica.
Se queja por todo, nada está
bien.
Consejo: no le des la solución.
¿A ti que se te ocurre? ¿Y qué harías para solucionarlo? Felicítale e
involúcrale en tareas complejas.
Invisible I.
Es el que no dice nada y son
capaces de callar aun viendo que los demás se van a pegar el batacazo.
Consejo: debes hacerle preguntas
para que exponga su punto de vista, para que se sienta escuchado. Trata de
reconocerle sus aportaciones.
Listillo.
Es el enteradillo que cree que
sabe pero no sabe. Inaugura la trilogía de los que tienen el foco en lo
afectivo y son comunicativamente activos.
Consejo: hazle preguntas sobre el
tema, pídele información y no seas agresivo.
Granada.
Monta en cólera por tonterías,
considera que no se les valora nada.
Consejo: rompe con el estallido
de ira buscando la pausa o incluso con alguna nota de humor. Apacígualo
tratando de reconocer sus méritos y valorando sus esfuerzos.
Francotirador II.
No quiere hace daño como tal, en
realidad sólo busca hacer la gracia.
Consejo: hazle preguntas, bromas
y refuerza su actitud cuando no hace de francotirador.
Invisible II.
Inaugura el cuadrante de foco en
lo afectivo y comunicación pasiva. Busca mimetizarse con el ambiente, pero lo
hace por no molestar.
Consejo: apela a la necesidad del
equipo de que participe y refuérzale cuando se involucre.
El sí señor.
El que dice sí a todo pero nunca
lo cumple.
Consejo: establece con él planes
de acción, ponlos por escrito y fija plazos. Hazle un seguimiento intensivo.
El dubitativo.
Tiene miedo, es el escurridizo,
el que no se compromete.
Consejo: hazle preguntas para que
airee ese miedo y siempre con mensajes de refuerzo.
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