Diez avances tecnológicos que
veremos en los próximos diez años
Economíahoy - junio de 2016
Ordenadores capaces de entender
el lenguaje humano, análisis de datos para curar enfermedades, smartphones
modulares, robots muy sensibles o realidad virtual. Sólo es una parte de lo que
veremos dentro de diez años.
Siempre es difícil aventurarse a
pronosticar lo que sucederá de aquí a diez años. Más aún en un sector, el de la
tecnología, sujeto a cambios continuos, muchas veces caprichosos. De esas
experiencias fallidas aprendemos que la industria debe de ir en clara
consonancia con los intereses del público.
La llamada consumerización denota
precisamente eso: la autoridad del usuario final para decidir lo que se
terminará imponiendo. Vamos, otra forma de decir lo de siempre: que el cliente
lleva la razón.
En esta ocasión, sacamos la bola
de cristal para ir más allá de tendencias de productos concretos. No
discutiremos por tanto si las pantallas serán más o menos curvas o si los
wearables se llevarán o no -porque ya forman parte de nuestras vidas-. Hemos
querido ir más allá. El Internet de las Cosas (IoT) es ya una realidad
consolidada, que nos permitirá interactuar con multitud de dispositivos.
También está más que asentado el
Big Data, que, entre otras muchas aplicaciones, está permitiendo a los
científicos mejorar en la investigación de enfermedades y diseñar tratamientos
cada vez más personalizados. Sin llegar al hombre biónico, sí podemos hablar
con bastantes garantías de un diminuto chip que, implantado en la palma de la
mano, nos permita pagar en cualquier parte sin pasar por caja. O del smartphone
modular, que también se customiza a gusto del cliente según sus necesidades,
incorporándole por ejemplo un sensor para medir la glucosa en sangre...
Son algunas de las tendencias que
hemos destacado de otras muchas que también se discuten. Lo más importante,
aprovechar las nuevas y fascinantes oportunidades que la tecnología nos brinda.
1.-Implantes para pagar en
comercios sin hacer colas
Mientras teleoperadores, bancos y
fabricantes de móviles van lanzando sus plataformas para realizar pagos a
través del smartphone, la tecnología puede dar un salto aún más disruptivo: ¿y
si bastara con implantar un chip en la mano para así evitarnos cualquier cola
en el supermercado de turno? Es algo que pudimos comprobar en la última edición
de la feria IFA de Berlín. Allí, un trabajador de la empresa de seguridad de
Internet Kaspersky Lab mostró un microchip que se había implantado en la zona
comprendida entre el pulgar y el dedo índice.
El implante no sería mayor que un
grano de arroz y nos permitiría cargar los pagos a nuestra cuenta simplemente
pasando la mano sobre un lector. El dinero, las tarjetas de crédito e incluso
el pago por el móvil podrían quedar relegados si triunfara esta nueva
modalidad.
2. El 'machine learning' o cómo
los ordenadores aprenden a razonar
Los superordenadores cada vez
serán más capaces de entender el lenguaje natural. No se ceñirán a comandos
preestablecidos, sino que sabrán interpretar cualquier argumento y valorar cada
respuesta a partir de numerosas fuentes de información en múltiples formatos.
Es lo que demostró el IBM Watson
hace ya cinco años cuando desafió -y derrotó con descaro- a los concursantes de
un famoso concurso de televisión de preguntas de Estados Unidos, Jeopardy.
Empresas de muy distintos sectores están implementando ya la tecnología de este
ordenador, entre otras La Caixa, que le ha enseñado español a IBM Watson y que
lo utiliza como apoyo a sus comerciales a la hora de contratar determinados
productos. En caso de duda, Watson se conoce toda la legislación y normativas,
y dará la respuesta acertada.
3. Los wearables dirán cuándo
descansar y hasta qué comer
Ahora que nos hemos familiarizado
con los smartwatches y smartbands, que nos mantienen informados de todas las
notificaciones del móvil y de cómo hemos dormido o de cuánto hemos rendido en
el entrenamiento, hay que dar un paso más. Nuevas apps y sensores permitirán a
los relojes y pulseras inteligentes indicarnos cuándo conviene que descansemos
e incluso qué alimentos concretos deberíamos ingerir según las circunstancias
-tensión arterial, azúcar en sangre...
Esa monitorización, que nos puede
ayudar a mejorar nuestro estado de salud, plantea ya interrogantes sobre la
protección necesaria de esos datos sensibles. ¿Qué pasaría si una aseguradora
tuviera acceso a esa información que delata que no hacemos nada de ejercicio,
que tenemos la tensión por las nubes?
4. Los 'drones' lucharán contra
las epidemias en selvas tropicales por nosotros
Los drones empezaron como
juguetitos, pero en muy poco tiempo han encontrado aplicaciones muy diversas,
desde el cine o la televisión a la observación de cultivos, la cartografía,
etc.
Uno de las próximos objetivos,
sobre los que ya trabaja -entre otras compañías- la española Arborea
Intellbird, es el combate de enfermedades tropicales -dengue, zika...- a través
de estas aeronaves no tripuladas.
El programa consiste en atacar a
los mosquitos que transmiten estos males directamente en la zona y sin que el
hombre tenga que exponerse al contagio. Estos proyectos de momento sólo son
viables en zonas despobladas, a baja altura y sin tráfico aéreo, pero a medida
que se demuestren sus beneficios para la salud se extenderá. No obstante, si
los drones se vienen usando con naturalidad para matar a terroristas, por qué no
para mejorar la salud de todos.
5. Cualquier científico podrá
disponer de su propio satélite personal
Las economías de escala permiten
abaratar la tecnología hasta tal punto que igual que cualquier usuario puede
hacerse con un dron, también puede contar con su propio satélite personal. Por
unos 2.700 euros, es posible poner en órbita un CubeSat en la misma área donde
ahora se encuentra la Estación Espacial Internacional (ISS) o el Hubble. Más
allá de grandes corporaciones y Estados, las Universidades, los centros de
investigadores e incluso científicos aislados monitorizan ya la actividad de la
Tierra a través de 130 de estos minisatélites.
Todo permite pensar que el
desarrollo de estas tecnologias irá a más, que el número se multiplicará, si
bien es cierto que hay que tener muy presentes los riesgos que conlleva seguir
aumentando la basura espacial. Más aún cuando, como decíamos, estos cubos se
mueven muy cerca de la ISS.
6. Un dispositivo que obedecerá
todas nuestras órdenes de voz en la casa
El CEO de Google, Sundar Pichai,
ha anunciado días atrás un nuevo dispositivo -el Google Home- que obedecerá
cualquier orden de voz cuando estamos en casa: ya sea escribir un mensaje a un
amigo, hacer una reserva en un restaurante, pedir que bajen las persianas, que
empiece a sonar una determinada música... Según comentó, tras estudiar la
evolución en la venta de ordenadores de los últimos años, "de cara al
futuro, el próximo gran paso será que el propio concepto de dispositivo tenderá
a desvanecerse".
El principal buscador sigue así
los pasos de Amazon con su Echo, otro dispositivo que hace de asistente en el
hogar, que integra funcionalidades de entretenimiento bajo un único soporte.
Por el momento, habrá que esperar un tiempo para verlos, pues su
comercialización sólo está prevista en Estados Unidos.
7. La realidad virtual para ver
todos los contenidos como si fuéramos parte de ellos
Ya le dedicábamos el reportaje de
portada del número anterior de esta revista a la realidad virtual, pero no
podemos evitar volver a hablar de ella en este rápido repaso por las grandes
cosas que cambiarán nuestra vida. Este año llegarán algunos de los principales
dispositivos -HTC Vive, Playstation VR...- y todo apunta a que irá modificando
la manera en que consumimos contenidos de fotografía y vídeo.
Así, a medida que se lancen y
popularicen las cámaras que captan imágenes en 360 grados, podremos disfrutar
de cualquier contenido, incluso creado por nosotros mismos, como si
estuviéramos dentro de ellos. La industria y muy distintos sectores también
aprovecharán sus numerosas aplicaciones para videoconferencias, para mostrar el
acabado de un proyecto de decoración, una obra arquitectónica, hacer
simulaciones.
8. El 'Big Data' para llegar a la
medicina de precisión y los tratamientos a la carta
El descubrimiento del genoma
humano en el año 2000 abrió la puerta a un nuevo mundo de posibilidades para
conocer y explorar la naturaleza humana. Las llamadas ciencias ómicas
-epigenoma, transcriptoma, proteoma...- estudian precisamente cómo nuestro
cuerpo evoluciona, cómo se comporta ante enfermedades como el cáncer.
La compilación de datos de
pacientes de todo el mundo y su gestión en superservidores permiten a los
científicos avanzar en el conocimiento de esas patologías, mejorar los
diagnósticos y diseñar tratamientos que son cada vez más personalizados. Los
expertos lo llaman ya medicina de precisión y permitirá que cada paciente,
según la evolución de la enfermedad, sus características únicas, su historial...
contará con unas armas distintas a cualquier otro paciente para paliar los
efectos de esa patología.
9. El humano se dedicará a crear:
para lo repetitivo ya estarán los robots
Una de las principales empresas
dedicadas a la robótica industrial, Epson, con 55.000 máquinas de este tipo en
fábricas de electrónica, automoción, farmacia... acaba de anunciar un nuevo
sistema que modula automáticamente la presión al tomar cada objeto.
La compañía trabaja ya también en
un robot de doble brazo capaz de fabricar cualquier producto, "liberando a
los humanos de labores repetitivas -o potencialmente peligrosas- y disminuyendo
las barreras hacia la automatización", explican. La meta última es que los
robots también trabajen en los servicios sanitarios. Para Ernest Quingles, CEO
de Epson España, la idea es "alcanzar un mundo en el que humanos y robots
coexistan y donde estos liberen a los humanos de labores manuales y
repetitivas, permitiéndoles concentrarse en trabajos más creativos".
10. Los telefónos móviles podrán
desmontarse casi como los bloques de Lego
En el último Mobile World
Congress, LG ya sorprendió con su iniciativa de convertir al smartphone en un
dispositivo modular. Según el caso, se podrían sumar gadgets para proyectar
imágenes, tener mejor sonido, hacer fotos con más comodidad. En ese concepto de
móvil que se desmonta como los bloques de Lego también llevaba trabajando
Google con su proyecto Ara, que parece que finalmente verá la luz durante el
próximo año.
Distintos desarrolladores ya
trabajan en esa idea, que permitiría por ejemplo mayores opciones a la hora de
personalizar el dispositivo. Así, según cada caso, un usuario con diabetes
podría sumarle un sensor de glucosa para medir el azúcar en sangre, un fabricante
de automóviles podría incluir un módulo que permitiera usar el móvil como llave
del coche.
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