Qué podemos aprender de Camper y
Samsung
Cinco Días - junio
de 2016
¿Cómo convencería a un alto
ejecutivo escéptico de que debe adaptar su negocio a las últimas tendencias
tecnológicas? “La digitalización ya no es una opción. Quien no entienda eso
está perdido”. Con esta contundencia respondió el miércoles Celestino García,
vicepresidente de Samsung, a una de las preguntas de los asistentes a las
jornadas The New Normal. Historias detrás de la estrategia digital, organizadas
por KPMG y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
Llevar a cabo un proceso de esta
envergadura es complicado. Pero si se completa con éxito, los resultados se
dejarán notar. Así lo demostraron las empresas participantes en el evento.
Afortunadamente para el tejido
empresarial español, los directivos son perfectamente conscientes de la
necesidad de volcarse en el cambio de paradigma que supone entender y adaptar
los negocios a la tecnología de masas disponible. Para el 46% de los primeros
ejecutivos del país, la innovación es el reto más crítico dentro de sus propias
compañías, según un estudio de KPMG. Asimismo, más del 80% de ellos aseguran
que sus organizaciones estarán completamente digitalizadas en los próximos dos
años.
Lejos de ser una carga, este
proceso de transformación se debería leer como una oportunidad de desarrollo
para España. Así lo cree al menos Loreto Sanmartín, directora de la zona centro
de la APD. “Ha llegado la era de las micromultinacionales. Ya no hace falta ser
un gigante para tener presencia global. Van a cambiar la geografía empresarial
del mundo. En tanto que las pymes suponen más del 95% de las organizaciones,
estamos ante una gran oportunidad para el país”.
El mayor error sería considerar
la digitalización como un parche, o como una pata más entre las varias que
cuelgan de la empresa. “Se trata de un cambio total en la organización. Hace
falta visualizar qué queremos conseguir y por qué. Luego elegir, de entre todas
las alternativas del mercado, cuál se adapta mejor a nuestras necesidades.
Entonces es el momento de preparar la compañía, contar con todo detalle a los
equipos qué se espera de ellos”, resumió Guillermo Padilla, socio responsable
de consultoría de gestión de KPMG. Conviene crear equipos multidisciplinares
para que se empapen de la idea todos los departamentos, dijo. Y también tener
paciencia, porque un cambio tecnológico, de cultura y de procesos como es la
digitalización no se completa de la noche a la mañana.
También es importante tener la
flexibilidad suficiente para adaptarse a las necesidades que vayan surgiendo
durante el camino. A lo que Celestino García, vicepresidente de Samsung, añade
un matiz: no hay tiempo que perder. “Lo fundamental es tomar decisiones, aunque
sea equivocadas. Hay que saber leer el momento”.
En su compañía, por ejemplo, han
apostado fuerte por los coches conectados, una de las tecnologías que están al
caer. La firma coreana trabaja para posicionarse como una referencia en ese
nicho bajo la idea de que el software de los teléfonos inteligentes interactúen
de forma sencilla y automática con el del vehículo antes, durante y después de
entrar en él.
La compañía se está volcando
también en la realidad virtual. “Ya no nos conformamos con hacer smartphones:
también queremos amplificar su alcance”. La firma ha sacado al mercado varias
aplicaciones de esta tecnología, que se empiezan a utilizar en sectores como el
inmobiliario o el hotelero.
“El próximo Zuckerberg puede
estar en su plantilla, lo que hay que hacer es darle voz. Nosotros tenemos una
instrucción global que tratamos de seguir al pie de la letra: escucha a tus
júniors”, espetó García.
Ser artesano no es excusa
La firma mallorquina de calzado
Camper es un excelente ejemplo de que innovar en el terreno digital no está
reñido con dedicarse a un sector tradicional. “Fuimos pioneros en dar el salto
a internet. Tenemos presencia en la red desde 1997, y nuestra tienda online
funciona desde 2003. En solo dos años conseguimos llegar a un millón de euros
de facturación por ese canal, en un tiempo en el que la venta digital estaba en
pañales”, ilustró Llorenç Fluxá, responsable de nuevos negocios de la compañía
y director general de Campuzano, la marca de lujo del grupo.
La evolución de la tienda online
no se detuvo ahí. En 2006 ya vendían más por internet que en ninguno de sus 100
establecimientos. Con más de 15 millones de visitas al año y con envíos a más
de 50 países, el éxito del canal digital ha sido tan grande que, según reconoce
Fluxá, incluso se llegaron a plantear si convendría cerrar tiendas físicas si
el crecimiento seguía el actual ritmo. “La idea surgió en un brain storming,
pero creo que todavía estamos muy lejos de decidir dedicarnos solo a la web.
Nos va muy bien ahí, pero es importante tener tiendas físicas. No dejan de ser
una carta de presentación”, reflexionó.
El bisabuelo de Fluxá emigró de
joven a Reino Unido, ahorró y compró maquinaria para montar en 1870 la primera
fábrica mecanizada de calzado de España. Sus descendientes se ocuparon de ser
pioneros en el canal online. Ese es el espíritu necesario para que el negocio
no quede sepultado por la velocidad que imprimen los adelantos tecnológicos.
El mal ejemplo de Nokia
El memorándum que hizo circular
en 2011 entre sus trabajadores el consejero delegado de Nokia, Stephen Elop, ya
forma parte de la historia reciente de las organizaciones. El ejecutivo
reconocía que la compañía no había sido capaz de sacar un producto a la altura
del iPhone, cuya irrupción en el mercado en 2007 cambió para siempre el negocio
de la telefonía móvil.
No ha sido el único caso de
fracaso de adaptación a los nuevos tiempos. “BlackBerry o Blockbuster son otras
compañías que han desaparecido por no saber leer el momento de cambio”, ilustró
Elena Ibáñez, directora de servicios digitales de KPMG. “Es importante hacerse
preguntas distintas lo más a menudo posible”, añadió.
La experiencia del usuario, junto
a la adaptación a nuevas plataformas y la digitalización, son, en su opinión,
los tres principales retos estratégicos a los que se enfrentan los negocios. No
se puede descuidar ninguno de estos ejes, “aunque el usuario va a ser el que al
final indique si la transformación de la empresa funciona o no”.
La consultora ha constatado a
través de informes que ya son los consejeros delegados de las empresas quienes
empiezan a liderar la transición. Señal de que se empieza a tomar en serio.
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