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lunes, 13 de junio de 2016

Internet

4 aplicaciones del Internet de Todo que te sorprenderán


FORBES- 13 de Junio de 2016
¿Qué pasará cuando cada individuo, hogar y ciudad esté conectado a un dispositivo inteligente? Sí, hablamos del futuro, uno en el que internet esté en prácticamente todas partes.

Para los que piensan en la lejanía de este sueño futurista debemos decirles que ya ha comenzado. Hoy en día vivimos la revolución del Internet de las Cosas (IoT), que agrupa objetos diversos como teléfonos, relojes y televisores smart, sistemas de navegación de automóviles o dispositivos industriales inteligentes conectados a internet y que producen, reciben y analizan datos.

Se calcula que en 2015 existían 13.4 billones de dispositivos electrónicos conectados a internet, duplicando ya a la población mundial. Para 2020, Juniper Research estima que esa cifra se triplique hasta alcanzar 38 billones de unidades.

Intel ofrece un panorama aún más sorprendente, pues calcula que en menos de 10 años existirán 26 smart-objects por cada individuo en el planeta.

En la medida que este tipo de aplicaciones tecnológicas se vuelvan más pequeñas, baratas, potentes e incluso más sustentables en su consumo de energía, el potencial para un mundo totalmente interconectado parece realizable. A este “mundo” interconectado virtualmente se le conoce como el Internet de Todo (Internet of Everything).

Más allá del entretenimiento y la simplificación de muchísimas tareas cotidianas derivadas de aplicaciones y dispositivos inteligentes pertenecientes al Internet de las Cosas, el Internet de Todo ofrece un potencial incalculable que apenas podemos soñar. Veamos algunos de los campos de acción más prometedores.


Internet industrial
Imagina una fábrica donde cada máquina esté conectada a la red y pueda detectar anticipadamente el desgaste de una de sus piezas. Esto evitaría fallas y paros en la producción, e incluso podría prevenir accidentes. Esta máquina también podría notificar, vía remota, al proveedor la necesidad de un reemplazo en una fecha determinada…


Hoy en día, General Electric ya opera activos industriales con sensores que envían a la compañía un flujo de cerca de 50 millones de datos diarios y cuyo valor se estima en 1 billón de dólares. Sin duda, el futuro del internet a nivel industrial suena a película sci-fic.
Agregar comportamiento inteligente a máquinas y procesos productivos genera nuevas dinámicas competitivas dentro de un ecosistema económico-tecnológico. Tal como plantea Andrei Vashnov en su libro La Red de Todo, ¿de qué serán capaces los emprendedores y empresarios cuando tengan acceso a un inmenso océano de datos provenientes de consumidores individuales y hogares alrededor del mundo?


Distribución: imaginando un mundo sin desperdicios
La ONU calcula que en todo el mundo hay 842 millones de personas desnutridas. Sin embargo, la comida en buen estado desperdiciada en todo el mundo por deficientes sistemas de distribución y periodos de caducidad ridículos alcanza 1,300 millones de toneladas. Esto equivale a casi un tercio de toda la comida producida para consumo humano.
La reducción del desperdicio de alimentos gracias a aplicaciones inteligentes reduciría la enorme presión sobre los recursos naturales disponibles. También eliminaría la huella de carbono por la producción de comida desperdiciada, que equivale a 3,300 millones de toneladas de dióxido de carbono al año!


Servicios públicos: eficiencia al 100
Alcanzar un consumo óptimo de electricidad y agua potable, mejorar los sistemas de seguridad pública o el manejo de catástrofes son áreas de oportunidad para aplicar el Internet de Todo a nivel gobierno.


Tan sólo en materia de servicios públicos, las aplicaciones inteligentes proporcionarán importantes beneficios colectivos al llevar a una utilización más eficiente de los recursos.
Por ejemplo, en la CDMX el 35% del agua potable que se distribuye se pierde por fugas en las redes hidráulicas. Cuando sea posible intervenir los ductos con sistemas inteligentes, será posible detectar y evitar interminables pérdidas del vital líquido al conocer exactamente dónde se genera la fuga y poder repararla.


Transporte y vialidades inteligentes
El desarrollo de sistemas inteligentes de control de tránsito capaces de mejorar la relación entre infraestructura vial y el flujo de vehículos es una potencial solución a los embotellamientos en las ciudades a través de la red.
Aplicando sensores inteligentes que cuentan el número de vehículos en determinadas vialidades es posible controlar los semáforos para sincronizarlos de acuerdo con el flujo vehicular. Adiós a los policías que modifican semáforos de manera manual y no muy inteligente.


Los retos del Internet de Todo

El manejo de información de los usuarios de millones de dispositivos inteligentes implica riesgos de ciberseguridad. Evitar violaciones a la privacidad y proteger el manejo de información que pueda poner en riesgo a millones de personas es un tema central del futuro interconectado.

Un mundo donde grandes áreas de la vida cotidiana y de la vida pública se realicen a través del internet exigirá una coordinación e interacción continua entre agencias gubernamentales y privadas, ya que las políticas regulatorias son incapaces de adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos.

La brecha digital a gran escala entre los que poseen acceso a las nuevas tecnologías y aquellos que no lo tienen, es también un reto de gran relevancia.

Según el informe Visual Networking Index, de Cisco, en 2020 México tendrá 89 millones de usuarios de internet, frente a los 64 millones registrados en 2015. De acuerdo con esta estimación, en 5 años el 62% de la población mexicana estará conectada a internet y en nuestro país habrá 368.5 millones de dispositivos conectados a una red.

En México, el reducido acceso a infraestructura de banda ancha, así como la deficiente formación educativa en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, son obstáculos que frenan el potencial de esta revolución tecnológica.

La preparación del país hacia el futuro interconectado es una tarea que no puede demorarse por más tiempo.




Paola Vanessa Palma-Economista, graduada en Comercio Internacional y Políticas Públicas. Investigadora y consultora en temas de comercio exterior, competitividad, desregulación y políticas públicas.

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