ExxonMobil
mantiene su apuesta millonaria por McLaren
FORBES- 15 de Junio de 2016
Un viejo escándalo, crisis
económica y malos resultados acabaron con la fama de esta escudería, pero no la
aniquilaron. Gracias a que ExxonMobil se mantuvo a su lado, hoy está en vías de
resurgir.
Barcelona.- Nigel Stepney perdió
la vida en la carretera de Kent, en Londres, cuando su camioneta Volkswagen
colisionó con un camión de mercancías. No se pudo hacer nada para salvarle
aquella primavera de 2014. Ésa fue su segunda muerte.
La primera ocurrió siete años
antes, cuando entregó un documento de 780 páginas con información de Ferrari al
jefe de diseño de McLaren, Mike Coughlan.
Nigel estaba resentido con la
escudería italiana porque no le nombraron jefe en pista y los ‘beneficiados’
fueron los ingleses. Stepney era un mecánico catalogado como miembro del dream
team de Ferrari en la era en que Michael Schumacher dominaba la Fórmula Uno.
El espionaje se descubrió en
primera instancia porque la esposa de Coughlan, Trudy, fotocopió el documento
completo y lo guardó electrónicamente. El encargado de la fotocopiadora fue
quien llamó a Ferrari para reportarle el caso. Luego llegaron los careos,
correos electrónicos, cateos, juicios.
Nigel y Coughlan fueron
despedidos de Ferrari y McLaren. La imagen de la escudería inglesa quedó
destrozada y de paso le cobraron 100 mdd de multa y perdió al menos otros 40
mdd por lo que le correspondía en el Campeonato Mundial de Constructores de la
F1.
Más de 140 mdd perdidos no son
cualquier cosa en el Gran Circo. Un año después, en 2008, se viviría la crisis
económica más fuerte desde el crack de 1929 en el mundo. Se fueron escuderías
como Toyota y muchas más sufrieron para conseguir patrocinadores.
La última vez que McLaren ganó el
campeonato de constructores fue en 1998. Desde 2012 no han ganado una sola
carrera. La temporada pasada fue su peor año con 27 puntos (sólo superada por
la de 1980, cuando únicamente tuvo 11 unidades) e inclusive uno de sus pilotos,
Fernando Alonso, dudó sobre su continuidad en la escudería dados los malos
resultados.
En resumen, los últimos 20 años
no han sido sencillos para uno de los equipos más importantes y tradicionales
del automovilismo. Se han ido sponsors, no le pagan los más de 40 mdd que pide
por año para ser socio principal y tiene que conformarse con contratos menores
a 18 mdd.
En caravana
Pero McLaren no ha estado solo. A
su lado marcha una compañía que, pese a los escándalos, malos resultados,
polémicas y frustración, se mantiene desde hace 22 años. Esa compañía es
ExxonMobil.
¿Por qué? “Nosotros vamos más
allá de ganar o perder. Claro que nos interesa el triunfo, pero nuestra visión
es mucho más amplia”, dice Rogelio Spindola, gerente de marketing de ExxonMobil
México.
Previo al inicio de la temporada
2016, en Barcelona, se realizaron los últimos test antes del arranque en
Australia. El equipo venía de una de sus peores campañas de la historia, y en
la recta principal del circuito de Montmeló apareció el auto de McLaren, y
detrás –un poco lejos en realidad– se miraba el vehículo de Ferrari. Cuando
pasaron por el mismo sitio una vuelta después, los italianos ya los rebasan, y
en el tercer giro el monoplaza italiano ya tenía una buena distancia respecto
del McLaren. ¿Será otro año difícil?
Bruce Crawley, quien funge como
Mobil-McLaren Technical Team Lead, es uno de los responsables de que todo vaya
mejor para 2016. Asegura que la Fórmula 1 es un “laboratorio” que evoluciona
constante. Por ejemplo, en marzo pasado anunciaron un nuevo combustible para el
auto que les ayudará a mejorar hasta en dos dígitos el aumento en caballos de
fuerza.
Eso significa que ExxonMobil
invierte en un año no menos de 20 mdd para desarrollar tecnología en su
proyecto de F1. Crawley sonríe cuando Forbes le pregunta la cantidad exacta.
“Es de dos dígitos de millones”, responde.
―Pero los dos dígitos van entre 10
y 99 mdd…
―Lanza una carcajada y acota la
cifra.
―No es más de 50…
―El equipo de ExxonMobil que
trabaja para el proyecto de McLaren es de ocho personas.
“Es el núcleo científico e
intelectual”, señala Crawley. En la primera carrera de la temporada, en
Australia, los autos McLaren fueron 12 y 13. Un año antes, en la misma
competencia, terminaron 11, y uno no completó la carrera.
Dolores de cabeza
McLaren ha tenido varias
jaquecas. Además del caso de espionaje en 2007, llegó la problemática de
conseguir sponsors, sumado a la carencia de victorias y títulos.
David Coulthard –ex piloto de F1
y de McLaren entre 1996 y 2004, donde ganó 12 carreras– afirma que aunque la
escudería inglesa esté en una crisis de resultados, “no quiere decir que no se
haya tenido éxito en nada. Entendemos que el público quiere ver espectáculo,
queremos ver a nuestro equipo compitiendo, ahora es un momento difícil, pero lo
superarán”.
McLaren es tan perfeccionista que
obliga a sus pilotos a tener 8% de grasa corporal; es tan obsesiva que puede
pasar más de 10 horas practicando únicamente paradas de pits, y tan
imperialista que se autoproclama: “No hay nadie como nosotros”.
La isla británica, en su poblado
de Woking, acoge uno de los equipos con más glamour de la F1. En aquel sitio de
500 hectáreas trabajan 1,000 personas en el centro tecnológico de McLaren;
todos ellos tienen una filosofía que se determina en cinco puntos clave:
desarrollo del talento interno, inversión en el futuro, desarrollo diario,
desarrollo del equipo y la creación de redes de oportunidades. Por eso ver a
un poderoso tomando la cena en la mesa de todos es complicado de entender.
La última vez que uno de sus
pilotos se coronó campeón fue con Lewis Hamilton (actual monarca con Mercedes),
justo un año después del caso de espionaje. Luego, todo ha venido a peor en
términos de resultados. Por ejemplo, en 2015, según datos de la FOM (dueña de
la F1), tuvieron ingresos en premios por 104 mdd, pero para 2016 los malos
momentos deportivos cobraron factura y recibirán 82 mdd.
A eso hay que sumar que desde la
salida de Vodafone en 2013, McLaren no ha tenido un patrocinador principal.
¿El motivo? Nadie está dispuesto a pagar 40 mdd; a lo mucho dan 15… y si
quieren. Pero de los pocos que se mantienen en la tormenta es ExxonMobil, que
hace algunos meses anunció una renovación de contrato y ha estado con ellos
desde hace 22 años.
“¿Perdí el sueño por tener menos
patrocinadores?… No, claro que no. Somos una compañía fuerte financieramente y
estamos valuados en más de 1,000 mdd. Todos los negocios van desarrollándose”,
dijo Ron Dennis, presidente ejecutivo de McLaren, en diciembre pasado, cuando
se le cuestionaba sobre la situación financiera de la escudería.
Es posible que Dennis tenga
razón. McLaren es la tercera escudería que más presupuesto tiene al año, según
Business Book GP, de 530 mdd.
“Cuando compites quieres ganar sí
o sí, independientemente del dinero que tengas o no. Sin duda tener más
presupuesto es más fácil, pero creo que es más importante los socios que
tengas. Por ejemplo, nosotros contamos con Exxon, al que necesitamos y debemos
sacarle todo el provecho”, reflexiona Eric Boullier, director de carreras de
McLaren.
Entonces, si como dice el CEO del
equipo, las finanzas son saludables en McLaren, ¿por qué nadie ha querido
asociarse con ellos? ¿Tiene que ver con lo que ocurre en la economía mundial y
anunciarse en cualquier equipo de la F1 es ya muy caro?
La situación pasa por cómo
gastan su dinero las empresas, afirma Boulier. En términos de sponsors, hace 10
años las compañías estaban contentas con sólo estar, con mostrarse, agrega.
Ahora tienes que ser muy creativo. Además, la F1 es un deporte global y se
necesitan grandes compañías con estrategia global. La gente espera más a la
hora de gastar su dinero, indica.
Así define Boulier la
complicación de sumar aliados en la época moderna. En diciembre pasado
recibieron una buena noticia: Banco Santander decidió renovar con ellos hasta
2020. En épocas difíciles, esto es maravilloso.
Trabajo bajo presión
Jenson Button es uno de los dos
campeones mundiales que están en McLaren. Su compañero, Fernando Alonso,
también lo es. La victoria y el protagonismo –en algún momento– se volvió una
rutina. No lo es más, al menos no en McLaren. Además de su título en 2009, fue
subcampeón en 2011, tercero en 2004 y quinto en 2010 y 2012. No gana una
carrera desde hace cuatro años y en 2015 firmó su peor temporada desde 2008.
Jenson es amable. Todavía no
inicia la temporada y se le mira relajado en la sala donde atiende la
entrevista.
–¿Cómo manejas la presión de una
temporada mala, de ser campeón y que las cosas no se den?
–La F1 es un gran negocio,
masivo, y en cada carrera se juega mucho. Hay mucha presión porque sólo hay
dos pilotos para dar resultados, pero te acostumbras; si no lo haces, no creo
que sirvas para esto.
McLaren está entusiasmado para la
presente temporada. Es verdad que en un principio las cosas no han marchado
con triunfos, pero sí mejoraron sus registros, se sienten con mayor confianza y
en gran medida, dice Boullier, director de carreras del equipo, todo radica en
cómo gestionas los recursos humanos.
“Una de las mejores formas de
gestionar la frustración es el trabajo, involucrar a todas las personas que
están en la escudería para que cada una de ellas dé su mejor esfuerzo y
capacidad, sólo así se sale de los malos momentos.”
También Crawley es fan de la
filosofía del trabajo al máximo. Por ejemplo, el último carburante a Exxon les
llevó desde mediados del verano pasado fabricarlo, y hasta ahora pueden ponerlo
a prueba en la pista. “El periodo de pruebas, de trabajo, es muy largo,
extenuante. Hay veces que no resulta en las pruebas y hay que volver a
trabajar, y así nos vamos. Pero en promedio es entre cinco y nueve meses entre
que se descubre, se hacen los análisis y lo ponemos en práctica.”
El 16 de marzo de 2014 parecía
que todo iría bien para McLaren, después de una temporada irregular, en la que
uno de sus pilotos era el mexicano Sergio Pérez (quien salió al final de la
temporada). Ese día en Australia –en el inicio de la campaña–, Kevin Magnussen
y Jenson Button terminaron el Gran Premio en los sitios dos y tres. Pero luego
llegó de nuevo la sequía, y desde esa fecha los vanidosos ingleses no han
subido más al podio. ¿Dónde terminará esta reconstrucción?, ¿será exitosa?, ¿en
algún momento sus aliados más fieles como ExxonMobil dirán no va más? Ya lo
veremos.
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