El gigante de los pagos PayPal no
es un banco, pero hace sombra sobre varios
The
Wall Street Journal. - viernes, 3 de junio de 2016
Según varios indicadores, PayPal Holdings Inc. tiene más dinero de sus
clientes que todos los bancos estadounidenses con la salvedad de 20. ¿Qué nos
dice eso sobre el futuro de la banca?
A fines de marzo, los clientes de
PayPal acumulaban más de US$13.000 millones en cuentas de la compañía de
comercio en línea. Si se compara con el tipo más común de depósito, esa cifra
ubicaría a PayPal como uno de los mayores bancos estadounidenses, detrás de TD
Bank, la subsidiaria estadounidense del banco canadiense Toronto-Dominion Bank,
o de Capital One Financial Corp., según el proveedor de datos S&P Global
Market Intelligence.
La legislación estadounidense no
considera a PayPal un banco y esos fondos no son depósitos, sino dinero en
efectivo que no genera interés para los clientes y está listo para ser gastado.
La compañía de San José, California, no ofrece seguro de depósitos a quienes
estacionan el dinero en sus cuentas y carece de las facultades y los costos
regulatorios de un banco. Sus ingresos, además, se generan cuando el dinero se
mueve, no mientras se queda en sus cuentas.
No obstante, PayPal, que se
escindió de eBay Inc. el año pasado, ofrece muchos de los servicios que la
gente asocia con la banca. El papel protagónico que PayPal busca jugar en las
vidas financieras de sus usuarios demuestra lo rápido que ha evolucionado
nuestra visión de la banca y podría hacer que muchas de las mayores
instituciones financieras del mundo se replanteen su forma de relacionarse con
los clientes.
PayPal deja que sus usuarios
decidan si quieren destinar su dinero a comprar en la web o hacer una
transferencia. Además de vincular la cuenta a una tarjeta de crédito o débito o
una cuenta de banco, hay 66.000 negocios asociados a través de los cuales el
cliente puede ir y colocar fondos en sus cuentas de PayPal. La compañía ofrece
préstamos y tarjetas de créditos con bancos asociados, además de explorar
herramientas que podrían ayudar a los consumidores a gestionar sus presupuestos
o hacer inversiones. “No veo ninguna razón filosófica para que PayPal no sea un
banco. Puede ofrecer una cuenta, una aplicación de pagos y un crédito”, dijo
Frank Rohde, presidente ejecutivo de Nomis Solutions, una firma de tecnología
que ayuda a los grandes bancos a determinar los precios adecuados para sus
productos de consumo.
En la carrera por trasladar más servicios financieros a Internet o a los
dispositivos móviles, hay miles de millones de dólares en juego. En 2015, los
bancos obtuvieron en todo el mundo 46% de sus ganancias de particulares y pequeñas
empresas. Sin embargo, 17% de los US$1,2 billones de ingresos generado por esas
fuentes en Estados Unidos y Europa podrían ser vulnerables al avance de las
empresas de tecnología financiera para 2023, frente a 1% en 2015, estiman los
analistas de Citigroup Inc.
Dan Schulman, presidente
ejecutivo de PayPal, asegura que su empresa no tiene intención de sustituir a
los bancos y quiere proveer productos que aumenten los ingresos de las
entidades financieras. “Lo que pretendemos hacer es extender los servicios
financieros tradicionales para las personas”, manifestó, y agregó que el
mercado al que la empresa apunta son los más de 2.000 millones de consumidores
que no están bancarizados.
En última instancia, un posible
escenario para el futuro de los bancos tradicionales es que sirvan como cajas
fuertes de dinero reguladas y conectadas a una variedad de servicios de
tecnología financiera. Es algo semejante a lo ocurrido con otros sectores en
los últimos diez años, como el de telefonía móvil, en los que los proveedores
tradicionales perdieron su capacidad para fijar precios conforme prosperaban
los fabricantes de teléfonos inteligentes como Apple Inc.
“Apple no tuvo que transformarse
en un operador de telecomunicaciones para lanzar el iPhone”, señala Bill Ready,
director global de producto e ingeniería de PayPal. “Un banco es el operador
detrás de un sinnúmero de servicios que proveemos y cuando aportamos valor a
nuestros clientes, también incrementamos el volumen de los bancos”.
Venmo, una filial de PayPal que
tiene una aplicación que la generación del milenio utiliza para transferir
fondos, es tal vez el ejemplo más notorio de cómo la tecnología puede
acercarnos a una sociedad que no usa efectivo y depende menos de la banca.
Venmo permite transferir montos
pequeños de dinero mediante la aplicación y publicar cada transacción en un
foro público. Aunque se necesita una cuenta bancaria, tarjeta de crédito o de
débito para depositar en la cuenta, una vez que los fondos están en Venmo
permanecen allí hasta que el cliente los quiera gastar.
Trelawny Davis, una empleada de
marketing digital de 24 años, usa Venmo una vez a la semana. Cuenta que a veces
deja que los fondos se acumulen en lugar de transferirlos de inmediato de
vuelta a su cuenta de Bank of America Corp. que usa para sus pagos. “Estoy
empezando a dejar mi dinero ahí por un período un poco más largo
intencionalmente. Es una forma de tener un ahorro”, señala. Agrega que estaría
dispuesta a usar otras herramientas de ahorro de Venmo.
No todos acogen con beneplácito
las nuevas tendencias. Los bancos critican a menudo a las empresas de
tecnología financiera y las acusan de hacer muchas actividades propias de la
banca si ser tan seguras puesto que no están sujetas a la estricta regulación
de los bancos, que incluye visitas regulares de la Reserva Federal de EE.UU.
Pocas firmas de tecnología
financiera ofrecen depósitos garantizados por el gobierno federal, una
distinción importante para los clientes que dan prioridad a la seguridad de su
dinero. Esto podría constituir un obstáculo para que una mayor cantidad de personas
empiece a utilizar cuentas de entidades no bancarias para algunos fines.
“Si una cadena minorista cae en
bancarrota y usted pierde US$13 en una billetera digital, no es el fin del
mundo”, asevera Haskell Garfinkel, codirector de la práctica de empresas de
tecnología financiera de la consultora PricewaterhouseCoopers. Pero añadió que
muchas personas desearían la “seguridad y solidez” de un depósito regulado para
la mayor parte de su dinero.
Los reguladores comienzan a
escudriñar a las firmas de tecnología financiera. Agencias como la Oficina del
Contralor de la Moneda y la Corporación de Seguros de Depósitos de EE.UU. (OCC
y FDIC, por sus siglas en inglés), han analizado marcos regulatorios para esas
empresas. La Fed y el Departamento del Tesoro también han estudiado el tema.
Aparte de PayPal, un grupo de
startups bien financiadas que ofrecen servicios semejantes a los de los bancos
incluye a Stripe Inc., Square Inc., Social Finance Inc. y TransferWise. Esto
sugiere que el rostro de las finanzas del futuro no tiene que ser
necesariamente el de un banco. Gracias a las “billeteras móviles” que se pueden
usar para guardar dinero y realizar pagos, en ocasiones con los celulares, hay
toda una serie de nuevos protagonistas, de Alphabet Inc., la matriz de Google,
a Starbucks Corp.
Los fondos que los usuarios
cargaron en las tarjetas y la aplicación de Starbucks ascendieron a los
US$1.200 millones en el primer trimestre, un alza de 22% desde el tercer
trimestre del año pasado, según la compañía.
Al guardar el efectivo de sus
clientes, PayPal genera interés de instrumentos líquidos de corto plazo como
pagarés del Tesoro de EE.UU. y no comparte sus ingresos con las redes de
tarjetas de crédito o débito. La empresa no desglosa sus ingresos por concepto
de intereses en las cuentas de sus clientes, pero indica que el dato es parte
de una clasificación más amplia de ingresos que subió 22% el año pasado a
US$1.120 millones.
En promedio, los saldos en las
cuentas de Paypal son modestos. Los US$13.000 millones de sus clientes en todo
el mundo, un aumento de 23% desde 2014, se reparte entre cerca de 184 millones
de cuentas activas, es decir un promedio de unos US$70 por cuenta. Los bancos,
en cambio, tratan de captar menos cuentas, pero con más fondos.
PayPal genera buena parte de sus
ganancias de los comercios, que van desde una persona que vende en eBay hasta
cadenas gigantescas como Home Depot Inc. Los minoristas aceptan pagos mediante
la red de PayPal o a través de servicios como Venmo.
Fuera de EE.UU., la convergencia
entre la banca y las empresas de tecnología financiera se está produciendo con
mayor rapidez. Xoom, el servicio de transferencias internacionales que PayPal
adquirió el año pasado, permite que los usuarios usen sus cuentas para pagar
las cuentas de luz, agua y telefonía móvil, entre otros servicios. “En lugar de
preguntar ¿nos convertimos en un banco?, preguntamos ¿nos convertimos en el
epicentro de la vida financiera?”, dice John Kunze, vicepresidente de Xoom.
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