El niño que podría vivir 142 años
Infobae - sábado, 21 de febrero de 2015
Se viven tiempos extraordinarios: las personas
son cada vez más longevas. Y en gran parte es gracias al avance de la ciencia,
algo que para una generación atrás habría sonado a ciencia ficción,
Según un completo informe publicado en la
revista Time, un estadounidense nacido hoy tiene una vida útil promedio de 20
años más que uno nacido en 1925. Y por primera vez en la historia de los
Estados Unidos, el número de personas mayores de 60 años supera a los menores
de 15.
Extender la vida es un logro notable. Mientras
se esperan cada vez más años por delante, la idea de una vida longeva también
puede desencadenar una gran ansiedad. Ese malestar tiene que ver con la rapidez
con que se ha remodelado la estructura de edad de la población mundial. En
menos de un siglo, se agregaron más años de esperanza de vida que en todos los
años a través de todos los milenios antes de la evolución. Las sociedades
longevas aparecieron tan de repente que la cultura, que contiene a la ciencia y
la tecnología junto con las prácticas de comportamiento y las normas sociales,
no las ha alcanzado.
El reto hoy es la conversión de un mundo
construido por y para los jóvenes, hacia otro que apoya y participa a las
poblaciones que viven hasta 100 años y más.
Podría decirse que lo más preocupante es la
forma en que las personas mayores carecen de las cualidades de las personas más
jóvenes a la hora de explotar un nuevo recurso.
Ciencia y tecnología son las razones más claras
para comprender el aumento de la expectativa de vida, porque si se mira hacia
el futuro, la ciencia y la medicina tendrán una rol importante sobre la manera
de cómo se extenderá la vida. Pero para tener una idea de hacia dónde vamos, la
posibilidad de una vida longeva sirve también para detenerse a pensar en cómo
se ha llegado hasta aquí.
Los economistas Robert Fogel y Dora Costa
describen un fenómeno llamado "tecnofisio-evolución"; se trata de los
cambios biológicos en gran parte debidos a las tecnologías que aseguraban un
suministro de alimentos estable. Con la electricidad y la refrigeración se ha
mejorado la seguridad de los alimentos; la pasteurización y la purificación del
agua que contribuyó aún más a la salud; la eliminación sistemática de los
residuos que reduce en gran medida la propagación de enfermedades contagiosas.
Y a través de la ciencia médica que condujo a reducciones dramáticas de muertes
prematuras gracias a los programas de inmunizaciones (vacunas) que
efectivamente acabaron con virus y enfermedades letales en gran parte del mundo
desarrollado.
Aunque la sociedad sigue siendo poco diferente
genéticamente de sus antepasados -hace 10 mil años- la capacidad de trabajo
de los órganos vitales ha mejorado mucho.
Por otro lado, la expectativa de vida cada vez
mayor sumado al hecho de que las parejas tienen menos cantidad de hijos,
iniciaron un proceso mundial mediante el cual la pirámide de población con
muchas personas en la base y una pequeña proporción de adultos mayores en la
parte superior se está transformando en un rectángulo. Lo que quiere decir es
que, por primera vez en la historia, la mayoría de los bebés que nacen en el
mundo desarrollado tienen la oportunidad de envejecer.
El avance de la longevidad es un reto. Los
seres humanos son criaturas de la cultura. La cultura que rige hoy, dice cuándo
obtener una educación, casarse, tener hijos, comprarse una casa, trabajar y
jubilarse; y toda esta lista no coincide con la duración de la vida hoy. La
cultura actual ofrece mucho en poco tiempo.
El potencial de los avances científicos es
impresionante. Los biólogos están empezando a entender, a nivel molecular, los
procesos por los que el envejecimiento aumenta el riesgo de toda una serie de
enfermedades y, sobre todo, de cómo frenar e incluso revertir algunos de estos.
La propia naturaleza de las enfermedades crónicas degenerativas se revela, lo
que allana el camino para terapias y curas que apenas se imaginaron hace una
generación.
Se puede aplicar la ciencia para que tanto los
niños más pequeños y los ancianos vivan vidas felices y saludables. Los
ejemplos incluyen los autos que frenan antes del impacto, hogares inteligentes
que mejoran la seguridad de los ocupantes, dispositivos móviles que influyen en
el comportamiento y productos financieros que permiten a la gente costear
efectivamente una larga vida.
También se podría negociar la jubilación para
los nuevos modelos de 'trabajadores longevos', por lo que los padres pasarían
más tiempo con sus hijos pequeños. Que los años sabáticos se conviertan en una
práctica más común. ¿Se podría imaginar períodos de ocio de los trabajadores
antes de llegar a la vejez?
Treinta años o más adicionales de vida también
significa que se puede mejorar la forma de vivir. En la medida en que se pueda
construir un mundo en donde las personas llegan a la vejez mentalmente fuertes,
en buen estado físico y con seguridad económica, los problemas de
envejecimiento ya no serán un problema.
Los genes ¿El secreto de la longevidad?
Si hubiera un récord Guinness dedicado a los
roedores de alto rendimiento, el ratón UT2598 merecería una mención. Es que el
promedio de vida de un ratón es 2.3 años y este roedor tiene la oportunidad de
batir el récord de vida aproximadamente en 4.
El ratón UT2598 está en su jaula de la Universidad
de Texas Health Science Center, en San Antonio. Y lo que retarda su
envejecimiento es un compuesto llamado rapamicina, que además evita el daño de
ciertas células. También se comprobó que su hígado y la función del corazón
funcionan como como si fueran mucho más joven. Presenta menos evidencia de
tumores en los órganos, por lo que podría evitar los efectos del cáncer por un
buen tiempo. Si se lo compara con otros ratones de su edad, el contraste es
inconfundible.
Los experimentos con el ratón UT2598 y
rapamicina son sólo un ejemplo del tipo de investigación sobre longevidad y
genética que se está produciendo en la actualidad en el mundo. El rapamicina,
se da actualmente a pacientes humanos trasplantados para evitar el rechazo de
los órganos después de una cirugía. Pero ahora los científicos también están
probando la droga en combinación con la genética en la carrera por encontrar
una manera de extender la vida.
Los pacientes humanos que tomaron rapamicina
luego por ejemplo de un trasplante de riñón, mostraron un poco más de
probabilidades de desarrollar diabetes y cataratas. Aún requiere de más
estudios antes de una aplicación amplia de la droga. Los investigadores
cultores de la genética antiaging tienen la esperanza de que van a ser capaces
de llegar a las dosis adecuadas para inclinar la balanza a favor de la
longevidad y reducir al mínimo los riesgos potenciales.
Para otros investigadores, la clave de la
longevidad puede estar en los genes. Los telómeros son los cronometradores de
la vida de una célula. Cada vez que una célula se divide, copia ADN a sus
cromosomas y como un nudo atado en el extremo de un hilo, los telómeros dan la
señal al final del proceso de copia. Con cada división celular, estos pequeños
garabatos que son los segmentos finales de ADN en los extremos de los
cromosomas, se acortan-eventualmente y desaparecen por completo. Son el blanco
de una gran cantidad de nuevas investigaciones antienvejecimiento también.
El poder de la sangre joven
Se trata de explotar literalmente el poder de
la sangre joven. ¿Cómo? Depende de una técnica innovadora. En pruebas con
ratones jóvenes y viejos Amy Wagers del
En el Instituto de Células Madre de Harvard
(HSCI) se habla con fuerza del "poder de la sangre joven". Lo que
parece ser uno de los ingredientes secretos aquí es la proteína GD11, que abunda en la sangre de animales jóvenes,
pero es más escasa en los mayores. Lo que se está estudiando en animales y en
personas es si la gente más longeva tiene un mayor nivel de GD11 o al revés; si
las personas con baja GD11 podrían ser más vulnerables a las enfermedades
relacionadas con la edad, como problemas del corazón, deterioro cognitivo y
atrofia muscular.
En la Universidad de California, San Francisco,
la neurobióloga Dena Dubal investiga una hormona llamada Klotho. El aumento de
los niveles de Klotho en ratones ayuda a los animales a vivir un 30% más, y 1
de cada 5 personas también ha mostrado buenos resultados. En promedio, las
personas viven un extra de entre tres a cuatro años más.
La manipulación de Klotho, la proteína GD11,
los telómeros o cualquiera de los genes de la longevidad podrían implicar
algunas intervenciones invasivas y de alta tecnología, incluyendo la terapia
génica e incluso trasplantes de células.
Nadie está hablando de vivir para siempre. Pero
a medida que estos expertos avanzan en sus estudios, el envejecimiento es el
factor más determinante en las enfermedades que acortan la vida, como el
cáncer, problemas cardíacos, trastornos inmunológicos y condiciones cerebrales
degenerativos como el Alzheimer.
"El argumento de que uno puede retardar el
envejecimiento y las enfermedades del envejecimiento junto con él, solía ser la
fantasía, pero ahora lo vemos como una estrategia científica", dice
Richard Miller, director del Centro Glenn de lbiología del envejecimiento en la
Universidad de Michigan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario