Cómo reconocer a un adicto a la tecnología
Infobae - febrero de 2015
La sola idea de salir de casa sin el teléfono
nos hace chequear más de una vez antes de cerrar la puerta si el preciado
dispositivo viene con nosotros. Estar en un lugar sin buena conexión de
internet puede desatar el peor malhumor (máxime si se trata de un consultorio
médico o trámite en el que debemos esperar y no sabemos qué hacer con el tiempo
muerto).
Es que los chats grupales, las redes sociales o
las apps propias del equipo nos mantienen "entretenidos". Al punto
que no imaginamos nuestra vida sin ellos.
Y si bien la adicción a internet o a los
dispositivos digitales no está contemplada en la última versión del Manual de
Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales, existen estudios en
varios países que reflejan una preocupación global. Según los resultados
obtenidos recientemente por Cecilia Cheng y Ángel Yee-lam Li, del Departamento
de Psicología de la Universidad de Hong Kong, se estima que la prevalencia
mundial de la adicción a internet rondaría el 6%.
Aunque la Argentina no integra el grupo de 31
países analizados, según los registros del Centro de Estudios Especializados en
Trastornos de Ansiedad (CEETA), en el período noviembre-diciembre de 2014,
tuvieron un 15% más de consultas asociadas con el mal uso de los dispositivos
digitales que en 2013. En la Fundación Manantiales, la organización dedicada a
la investigación, prevención y asistencia integral de las adicciones, hubo un
aumento de consultas del 70% desde 2010 hasta este año.
Numerosos estudios muestran en alza el nivel de
"adicción" o uso compulsivo de los smartphones y sus apps en
preferencia. Se calcula en 176 millones los usuarios con este estilo de
conducta.
"Es importante aprender a utilizar la
tecnología correctamente para que sea ella quien esté a nuestro servicio y no
al revés"
Es cada vez más notable cómo aumentaron las
aplicaciones (apps) para los celulares, las tablets o laptops. Sin duda la gran
mayoría nos ofrecen soluciones para nuestra vida diaria y nuevas formas de
mantenernos comunicados en un mundo tan caótico como en el que vivimos.
"El problema se nos plantea cuando la
línea entre 'uso' y 'abuso' se torna delgada e imperceptible a tal punto que
más que soluciones nos trae serios problemas. Pareciera que cuanto más
liberados nos sentimos por poder llevarnos "todo" (trabajo, juegos,
contactos, redes sociales, etc.) dentro de un pequeño teléfono, más esclavos y
rehenes quedamos, sujetos a su uso. El uso de las mismas llegan a suponer hasta
un 86% del tiempo de ocupación", indicó la licenciada María Cecila
Palozzo, del staff de CEETA.
"Actualmente existe un diagnóstico popular
llamado "fomo" (fear of missing out) o "temor a quedar
desconectado" o "fuera de circulación" en las redes sociales,
que suele afectar más a prepúberes y a mujeres. Se asocia con trastornos de
ansiedad generalizada y fobia social -explicó la licenciada Gabriela Martínez
Castro, directora del CEETA-. Los adolescentes todavía no tienen una identidad
formada, sino una identidad de grupo. Son en la medida en que pertenecen a un
grupo como Facebook, Twitter, Instagram. A las mujeres también las afecta
porque son multitasking, tienen muchos roles: laboral, familiar, social,
académico".
En tanto, Palozzo destacó que "es
importante aprender a utilizar la tecnología correctamente para que sea ella
quien esté a nuestro servicio y no al revés. Un buen comienzo es conocer cuáles
son los síntomas típicos de un uso compulsivo, cuando se trata de una adicción,
y cuáles podrían ser sus consecuencias. Es importante destacar que no todas las
personas son susceptibles de generar una adicción, ya que para ello implican
una serie de factores, entre los cuales se destaca una predisposición o
vulnerabilidad".
Algunos síntomas de preocupación
Adiccion teconologia 1170 4 Shutterstock
● Cuando la ansiedad comienza a ser marcada,
definida, persistente, generando una necesidad urgente por tener que rechequear
el celular o la tablet, una y otra vez en cortos períodos de tiempo, o utilizar
una determinada app, como ser un juego.
● Cuando sentimos que el uso del smartphone o
la tablet, regla el funcionamiento de nuestra vida a tal punto de traernos
problemas a nivel laboral, socioafectivos como también sobre nuestra salud. Por
ejemplo restar horas al descanso sobre todo de noche por estar conectados, no
realizar actividad física por pensar que "no tenemos tiempo" para
ello, etc.
● Al sentir malestar intenso, angustia e
irritabilidad si no se logra conectar o acceder a la app deseada o se corta la
conexión.
● Problemas de salud como irritabilidad en los
ojos, problemas asociados a la mala postura como contracturas severas, dolor de
espalda, dolor de cabeza.
En ese sentido, Palozzo recomendó "tratar
de limitar el uso de los smartphones o tablets, prolongando el tiempo entre los
chequeos de los mismos, incluir una rutina de actividad física, proponernos
apagar los mismos a un horario determinado antes de irnos a dormir, son simples
actitudes que podemos empezar a cambiar para disponer mejor de la tecnología que
tan importante es en nuestra vida".
El tratamiento
"Cuando afecta la vida cotidiana, cuando
se dan síntomas físicos y psíquicos hay que consultar inmediatamente a un
especialista porque estos trastornos de ansiedad van evolucionando con el
tiempo y no se pueden resolver de otra forma que no sea con un tratamiento
adecuado, como la terapia cognitivo-conductual", indicó la especialista en
trastornos de ansiedad.
En el caso de los chicos, "es importante
que los padres les pongan límites a los chicos y que los incentiven a través de
otros recursos para que, movilizados por el aburrimiento, utilicen más su
creatividad", remarcó Martínez Castro.
"A través de nuestras técnicas de
psicoterapia cognitiva conductual, recomendamos empezar por apagar los
dispositivos por períodos cortos, que con el tiempo se van extendiendo, hasta
convertirse en momentos específicos, los de conexión", contó Martínez
Castro.
Según los especialistas, la clave es aprender a
controlarse, desprenderse de la tecnología de forma gradual, afrontar de forma
aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento
como pueden ser las crisis de pánico.
Para prevenir este problema, se recomienda a
los padres evitar que los hijos tengan conexión a la red desde su habitación y
establecer unos horarios para un uso correcto de las tecnologías.
Hay que separar momentos. La noche es para
dormir y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; del mismo modo que la
cena es para comer y no para estar con el móvil.
Las especialistas recomendaron que tan pronto
como se detecten algunos de estos síntomas, lo mejor es asistir a un psicólogo
para tratar el problema lo antes posible.
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