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jueves, 19 de febrero de 2015

tecnología

Cómo reconocer a un adicto a la tecnología


Infobae - ‎ ‎febrero‎ de ‎2015
La sola idea de salir de casa sin el teléfono nos hace chequear más de una vez antes de cerrar la puerta si el preciado dispositivo viene con nosotros. Estar en un lugar sin buena conexión de internet puede desatar el peor malhumor (máxime si se trata de un consultorio médico o trámite en el que debemos esperar y no sabemos qué hacer con el tiempo muerto).

Es que los chats grupales, las redes sociales o las apps propias del equipo nos mantienen "entretenidos". Al punto que no imaginamos nuestra vida sin ellos.

Y si bien la adicción a internet o a los dispositivos digitales no está contemplada en la última versión del Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales, existen estudios en varios países que reflejan una preocupación global. Según los resultados obtenidos recientemente por Cecilia Cheng y Ángel Yee-lam Li, del Departamento de Psicología de la Universidad de Hong Kong, se estima que la prevalencia mundial de la adicción a internet rondaría el 6%.

Aunque la Argentina no integra el grupo de 31 países analizados, según los registros del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), en el período noviembre-diciembre de 2014, tuvieron un 15% más de consultas asociadas con el mal uso de los dispositivos digitales que en 2013. En la Fundación Manantiales, la organización dedicada a la investigación, prevención y asistencia integral de las adicciones, hubo un aumento de consultas del 70% desde 2010 hasta este año.

Numerosos estudios muestran en alza el nivel de "adicción" o uso compulsivo de los smartphones y sus apps en preferencia. Se calcula en 176 millones los usuarios con este estilo de conducta.

"Es importante aprender a utilizar la tecnología correctamente para que sea ella quien esté a nuestro servicio y no al revés"

Es cada vez más notable cómo aumentaron las aplicaciones (apps) para los celulares, las tablets o laptops. Sin duda la gran mayoría nos ofrecen soluciones para nuestra vida diaria y nuevas formas de mantenernos comunicados en un mundo tan caótico como en el que vivimos.

"El problema se nos plantea cuando la línea entre 'uso' y 'abuso' se torna delgada e imperceptible a tal punto que más que soluciones nos trae serios problemas. Pareciera que cuanto más liberados nos sentimos por poder llevarnos "todo" (trabajo, juegos, contactos, redes sociales, etc.) dentro de un pequeño teléfono, más esclavos y rehenes quedamos, sujetos a su uso. El uso de las mismas llegan a suponer hasta un 86% del tiempo de ocupación", indicó la licenciada María Cecila Palozzo, del staff de CEETA.

"Actualmente existe un diagnóstico popular llamado "fomo" (fear of missing out) o "temor a quedar desconectado" o "fuera de circulación" en las redes sociales, que suele afectar más a prepúberes y a mujeres. Se asocia con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social -explicó la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA-. Los adolescentes todavía no tienen una identidad formada, sino una identidad de grupo. Son en la medida en que pertenecen a un grupo como Facebook, Twitter, Instagram. A las mujeres también las afecta porque son multitasking, tienen muchos roles: laboral, familiar, social, académico".

En tanto, Palozzo destacó que "es importante aprender a utilizar la tecnología correctamente para que sea ella quien esté a nuestro servicio y no al revés. Un buen comienzo es conocer cuáles son los síntomas típicos de un uso compulsivo, cuando se trata de una adicción, y cuáles podrían ser sus consecuencias. Es importante destacar que no todas las personas son susceptibles de generar una adicción, ya que para ello implican una serie de factores, entre los cuales se destaca una predisposición o vulnerabilidad".

Algunos síntomas de preocupación
Adiccion teconologia 1170 4 Shutterstock
● Cuando la ansiedad comienza a ser marcada, definida, persistente, generando una necesidad urgente por tener que rechequear el celular o la tablet, una y otra vez en cortos períodos de tiempo, o utilizar una determinada app, como ser un juego.

● Cuando sentimos que el uso del smartphone o la tablet, regla el funcionamiento de nuestra vida a tal punto de traernos problemas a nivel laboral, socioafectivos como también sobre nuestra salud. Por ejemplo restar horas al descanso sobre todo de noche por estar conectados, no realizar actividad física por pensar que "no tenemos tiempo" para ello, etc.

● Al sentir malestar intenso, angustia e irritabilidad si no se logra conectar o acceder a la app deseada o se corta la conexión.

● Problemas de salud como irritabilidad en los ojos, problemas asociados a la mala postura como contracturas severas, dolor de espalda, dolor de cabeza.

En ese sentido, Palozzo recomendó "tratar de limitar el uso de los smartphones o tablets, prolongando el tiempo entre los chequeos de los mismos, incluir una rutina de actividad física, proponernos apagar los mismos a un horario determinado antes de irnos a dormir, son simples actitudes que podemos empezar a cambiar para disponer mejor de la tecnología que tan importante es en nuestra vida".

El tratamiento

"Cuando afecta la vida cotidiana, cuando se dan síntomas físicos y psíquicos hay que consultar inmediatamente a un especialista porque estos trastornos de ansiedad van evolucionando con el tiempo y no se pueden resolver de otra forma que no sea con un tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo-conductual", indicó la especialista en trastornos de ansiedad.

En el caso de los chicos, "es importante que los padres les pongan límites a los chicos y que los incentiven a través de otros recursos para que, movilizados por el aburrimiento, utilicen más su creatividad", remarcó Martínez Castro.

"A través de nuestras técnicas de psicoterapia cognitiva conductual, recomendamos empezar por apagar los dispositivos por períodos cortos, que con el tiempo se van extendiendo, hasta convertirse en momentos específicos, los de conexión", contó Martínez Castro.

Según los especialistas, la clave es aprender a controlarse, desprenderse de la tecnología de forma gradual, afrontar de forma aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento como pueden ser las crisis de pánico.

Para prevenir este problema, se recomienda a los padres evitar que los hijos tengan conexión a la red desde su habitación y establecer unos horarios para un uso correcto de las tecnologías.

Hay que separar momentos. La noche es para dormir y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; del mismo modo que la cena es para comer y no para estar con el móvil.


Las especialistas recomendaron que tan pronto como se detecten algunos de estos síntomas, lo mejor es asistir a un psicólogo para tratar el problema lo antes posible.

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