Contraataque ruso dispararía precio de petróleo
y oro
Forbes - miércoles, 11 de febrero de 2015
El gobierno ruso vería como una abierta
declaración de guerra el que Washington decidiera armar al ejército ucraniano.
En este blog hemos reiterado la voz de alerta
de que el mundo está al borde de una guerra que podría volverse mundial, pues
de hecho, los conflictos regionales que ya se viven, parecen sólo la antesala
ideal. Por si hubiera alguna duda, el lunes pasado el portal de The Moscow
Times publicó una nota titulada Russia Would See U.S. Moves to Arm Ukraine as
Declaration of War (Rusia vería movimientos de Estados Unidos para armar
Ucrania como una declaración de guerra) que contiene un nuevo mensaje para
Occidente.
Analistas especializados en Defensa consultados
por el diario moscovita dijeron que el gobierno ruso vería como una abierta
declaración de guerra el que Washington decidiera armar al ejército ucraniano.
Como aquí le hemos dado cuenta, los rebeldes del Este de aquel país –con el
apoyo encubierto de Rusia, continúan fortaleciéndose y ganando posiciones
estratégicas. Ante esto, voces en la capital estadounidense han demandado que
se envíe apoyo total a Kiev con armas y equipamiento militar para mantener el
frente. Es un hecho que los americanos están dispuestos a pelear hasta el
último ucraniano, es decir, que seguirán usando a ese país para sus propósitos
de presionar a Moscú, pero que una vez que se vean perdidos, los abandonarán a
su suerte. Ya se vio una muestra con el saqueo que han hecho de las reservas de
oro ucranias a cambio de “respaldo” financiero.
Evgeny Buzhinsky, un ex teniente general ruso
dijo que en caso de que Estados Unidos enviara apoyo militar, Rusia lo
consideraría un participante activo en el conflicto. En el mismo sentido, un
miembro de la junta consultiva del Ministerio de Defensa reveló al diario –bajo
condición de anonimato– la advertencia de que la respuesta de Vladimir Putin no
se limitaría a Ucrania, sino que respondería “asimétricamente”. Dicho de otro
modo, se actuaría “contra Washington y sus aliados en otros frentes”.
Está claro que ante el avance rebelde, los
miembros de la OTAN están considerando todas las opciones. El objetivo, por la
vía política o armada, es detenerlos. Hasta ahora, el bando occidental y el
ruso se han limitado a apoyar –y negar dicho apoyo– al grupo que más les
conviene, por lo que luego de un respaldo abierto, solo faltaría esperar al
primer disparo para una conflagración de grandes dimensiones.
La fuente secreta del Times de Moscú mencionó
solo dos ejemplos de los múltiples frentes asimétricos que podrían abrirse:
ceder a las reiteradas peticiones chinas de tecnologías avanzadas de defensa,
para el desarrollo de armamento que pudiera inutilizar a las fuerzas navales
estadounidenses en Asia-Pacífico; y animar o respaldar que Irán iniciara un
ataque contra Arabia Saudita “que dispararía los precios del petróleo”. De eso
no hay ninguna duda.
Es obvio que Washington y sus subordinados de
la OTAN están jugando con fuego. En noviembre pasado dijimos que debían tener
cuidado en no meterse con Rusia, porque ese poderoso país –sobra decirlo, no es
Afganistán, ni Irak o Libia. Hasta ahora poco les ha importado y de plano,
Estados Unidos y Arabia conspiraron para deprimir los precios del crudo. No por
nada el príncipe Alwaleed bin Talal incluso declaró que nunca más volveríamos a
ver los 100 dólares por barril.
El objetivo americano es doble: “estimular” la
economía por la vía de abaratar el combustible y aumentar la presión financiera
sobre Moscú y Teherán, dos enemigos cuyos ingresos están sustentados en el
precio del petróleo. Por su parte, los árabes quieren aniquilar la industria de
petróleo “shale” americana, inviable a bajas cotizaciones. Asimismo, Arabia y
Qatar quieren que Putin doble las manos y deje de apoyar al régimen de Bashar
al-Assad en Siria, pues con su derrocamiento, se facilitaría el paso de un
oleoducto catarí en subsuelo sirio.
Pero como vemos, el presidente ruso lo último
que hará es ponerse de rodillas. Durante años se ha preparado y se sigue
preparando para un posible escenario bélico de grandes dimensiones. No por nada
en el plano financiero Rusia se ha convertido también en uno de los principales
compradores de oro –enemigo público número uno del dólar estadounidense, y sus
Fuerzas Nucleares Estratégicas son incluso ya más avanzadas que las americanas.
Llegado el punto de quiebre, que ojalá no se presente, no habría manipulación
que alcanzara para detener una escalada masiva de los precios del crudo y del
oro, el inmejorable refugio monetario. El contraataque ruso, ya está advertido.
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