Cursos intensivos de programación abren las
puertas a empleos en tecnología
The Wall Street Journal. - febrero de 2015
Hace unos meses, Edgar Córdova era un
estudiante universitario con una abultada y creciente deuda que intentaba
continuar con sus estudios mientras realizaba trabajos informales.
Hoy en día, el joven de 20 años trabaja para
uen desarrollador de software. “Por primera vez puedo comprar cosas que
necesito”, dice Córdova, hijo de un empleado de limpieza.
Lo que cambió su historia fue SeedPaths, un
curso intensivo de programación de ocho semanas para adultos de bajos recursos,
financiado con fondos del gobierno estadounidense. Los socios de la empresa de
Denver tienen una alianza con centros de trabajo regionales, que aprovechan la
ayuda de la ley federal, llamada Workforce Investment Act (WIA) (algo así como
Ley de Inversión en la fuerza laboral), para cubrir el costo de US$6.000.
Las compañías de tecnología, la industria del
cuidado de la salud y otros sectores están compitiendo ferozmente por personas
diestras en lenguajes de software utilizados para construir desde sitios web
hasta aplicaciones móviles. La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados
Unidos proyecta que la contratación de programadores, que ganaron un salario
anual medio de US$90.000 en 2012, crecerá a una tasa el doble de rápido que el
promedio de todas las ocupaciones hasta 2022.
Para suplir la demanda, están surgiendo
academias de programación que ofrecen capacitación que duran desde unas cuantas
semanas a varios meses por hasta US$20.000.
SeedPaths es la creación del empresario Jeff
Macco, quien sufrió en carne propia la escasez de desarrolladores de software
en una startup de tecnología que dirigió en 2012. “Era muy, muy difícil
encontrar empleados”, cuenta Macco.
El empresario decidió diseñar un curso
intensivo que pudiera atraer a gente joven de bajos recursos interesada en la
tecnología. Un reciente estudio de la Universidad de Pensilvania y el Instituto
Pell para el Estudio de Oportunidades en Educación Superior halló que más
estudiantes pobres están asistiendo a la universidad que antes pero que la
mayoría no logra graduarse, debido a barreras académicas y financieras.
Una vez que acepta a postulantes al curso,
SeedPaths los dirige a un centro donde se inscriben a través de la ley WIA,
promulgada en 1998 con el fin de ayudar a personas desempleadas o subempleadas,
así como a aquellas que cambian de carrera para adquirir aptitudes para
trabajar en sectores de alto crecimiento. El Departamento de Trabajo de EE.UU.
destinó casi US$2.600 millones a los programas de WIA en el año fiscal 2014.
Cada sesión de dos meses tiene en promedio 21
participantes que aprenden JavaScript, C# y otros lenguajes de computación. Después
de un día de ocho horas, los estudiantes tienen entre dos y tres horas de
tarea.
De los graduados de SeedPaths, 82% encuentra
empleo en un plazo de 90 días, desde trabajos por contrato hasta puestos de
tiempo completo. Además de los fondos federales, el programa intensivo de
programación es financiado por el brazo de búsqueda de empleados de SeedPaths,
que coloca a profesionales de tecnología de la información (TI) de primera
calidad en puestos de trabajo. Los estudiantes reciben almuerzo gratis, desarrollo
profesional y servicios de colocación laboral.
Córdova, quien se graduó de SeedPaths en
diciembre, obtuvo un internado en Techtonic Group LLC, un desarrollador de
software de Boulder que se especializa en aplicaciones de Internet y móviles
para empresas. En su segunda semana en el trabajo, realizaba controles de
calidad de una aplicación de un juego para una cadena de restaurantes,
simulando distintas maneras en las que una persona podría usar la aplicación y
buscando errores que podrían habérsele pasado al equipo desarrollador.
La fundadora de Techtonic, Heather Terenzio, se
conectó con SeedPaths hace un año y ahora emplea a cinco graduados. “Buscamos
chicos ambiciosos que quieren cambiar el curso de sus vidas”, dice.
Los trabajadores empiezan como aprendices y se
los empareja con desarrolladores experimentados para trabajar en proyectos para
clientes. Al principio reciben un pago de alrededor de US$12 la hora y pueden
ganar más cada mes, según las evaluaciones de sus capacidades de programación,
trabajo en equipo y aptitudes profesionales, señala Terenzio.
Algunos gurús informáticos son escépticos de
las academias de programación. Jason Polancich, presidente ejecutivo de
SurfWatch Labs, una compañía de inteligencia sobre ciberataques, afirma que es
“súper selectivo” a la hora de contratar. Aquellos que lo consiguen han tenido
exposición previa a la programación, mucha destreza en las matemáticas o un
título universitario.
“Dos meses no te preparan para identificar problemas
serios y superarlos”, dice. “Cuando sumerges a alguien en un ambiente de equipo
y no puede hacer su parte, es perturbador”.
Programadores principiantes ganan menos que
aquellos con títulos universitarios que ingresan al mercado laboral. Algunas de
las principales empresas de TI contactadas por SeedPaths no se han interesado
en los graduados de su programa porque usualmente carecen de un título
universitario. Además, los programas intensivos son tan nuevos que aún no han
demostrado que estén produciendo programadores exitosos.
“Contratar a alguien que acaba de salir del
colegio, de un curso de programación o de una universidad de cuatro años es una
inversión”, asevera Will Cole, director de productos de Stack Overflow Careers,
que emplea a 40 programadores de software. “No tenemos la infraestructura para
capacitar a nuevas personas sin mucha experiencia”.
Agrega, no obstante, que sí le gustan los
cursos intensivos porque “eliminan la mística de la programación”.
En el caso de Córdova, uno de cuatro hijos de
inmigrantes mexicanos, planea comprar su primer auto y espera alquilar pronto
su propio departamento. En unos años, quiere volver a la universidad. “Un
título te abre muchas más puertas”, dice.
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