Construir un ordenador, un juego de niños
Agence France-Presse (AFP) - viernes, 13 de
febrero de 2015
Es una caja naranja un poco más grande que una
de bombones. Está llena de cosas interesantes: dos cables, un teclado, una
pantalla... el niño Omar, 10 años, y la niña Faizah, 9, se disponen a armar un
ordenador en el Fab Lab de Londres.
Con un poco de nervios y mucho asombro, los
dos, que forman equipo, sacan de la caja una pantalla, un teclado, dos cables,
una minitarjeta madre integrada, una tarjeta SD, una clave de wifi, una caja
transparente, un altavoz y lo necesario para conectarlo todo a la corriente
eléctrica.
El primer paso, les dice la guía, es proteger
el "cerebro" de la computadora, la placa de circuitos impresos,
poniéndola en la caja transparente. Luego hay que darle "nuevos
poderes", añadiéndole la memoria, el altavoz, la pantalla, etc..
Sólo queda por "dar vida" a este
equipo mediante la conexión a la corriente eléctrica. "¡Funciona!",
exclama Omar viendo aparecer las primeras líneas en la pantalla, algo que
parece salido de la película "The Matrix".
"Cuando abrí la caja, pensé que iba a ser
muy difícil [...], pero al final terminamos en 5-10 minutos", explica con
orgullo el muchacho, vestido con el uniforme de su escuela, camisa blanca,
jersey azul y corbata.
Cuando la computadora les pregunta que elijan
un nombre para su equipo, los dos muchachos lo tienen claro:
"¡Campeones!".
- Ser creativos -
Este es el primer taller basado en Kano, un kit
de computadora barata (149 dólares, 99 euros), que se celebra en el nuevo Fab
Lab, una organización pública municipal para promover el desarrollo
tecnológico.
A lo largo del día, 60 niños construirán, por
parejas, su propio Kano.
"Es importante dar a los niños la
oportunidad de ser creativos con la tecnología", dijo Ande Gregson,
cofundador y director del Fab Lab.
"Consumen demasiada [tecnología] hoy.
Tienen PS3, Xbox, todas estas consolas de videojuegos con las que pueden jugar
sin tener una idea de cómo fueron creadas", lamenta.
"Tratamos de reparar en parte este hecho,
dándoles un espacio para ser creativos y quizás hacerles ver el mundo de una
manera diferente", dijo.
"En lugar de ser dirigidos por la
tecnología, es bueno estar al tanto de cómo funciona con el fin de ser
realmente capaz de utilizarla y desarrollarla, y no sólo ser un
consumidor", abunda Gregory Bamert, que trajo al taller a un hijo suyo,
Theo.
Theo recibió el kit de Kano en Navidad y desde
entonces "ha jugado bastante con él". Lo montó una primera vez
durante las fiestas y ahora está en Fab Lab para aprender cosas nuevas.
"Pensamos que iría un paso adelante en la
comprensión de cómo funciona y en entender conceptos básicos sobre
programación", agregó.
Una vez montado, el equipo permite aprender
paso a paso programación lúdica,de juegos (Minecraft, serpiente, Pong) y
aplicaciones (música, video).
- La programación como medio de expresión -
Faizah y Omar están encantados de aplicar lo
que aprendieron en el curso de programación desde el comienzo del año. Como
todos los niños de las escuelas británicas, tras la decisión del gobierno de
hacer obligatoria esta asignatura.
"Es un enorme progreso que en países como
el Reino Unido y Estonia, la programación y el pensamiento algorítmico entren
en el plan de estudios", juzgó Alex Klein, cofundador de la empresa
tecnológica Kano.
"Les decimos a los niños 'programad o sed
programados', que si no aprenden a programar, serán las máquinas los que les
programarán en el futuro. Pero en lugar de este mensaje basado en el miedo,
debemos decirles que la programación es como la música o la pintura, solo otra
manera de expresarse ", añade, explicando la filosofía detrás de la
creación de Kano.
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