La Antártida tiene la clave para el futuro de
la humanidad
Associated Press - viernes, 20 de febrero
de 2015
El pasado, presente y futuro del planeta se
juntan aquí, en la península norte de la Antártida, el más salvaje, desolado y
misterioso de los continentes.
Las claves para responder las preguntas más
básicas de la humanidad están encerradas en este congelador continental del
tamaño de Estados Unidos más la mitad de Canadá: ¿De dónde venimos? ¿Estamos
solos en el universo? ¿Cuál es el destino de nuestro planeta en calentamiento?
Los primeros exploradores llegaron a la
Antártida hace 194 años cazando riquezas del siglo XIX, como pieles y aceites
de ballena y foca, enrojeciendo las olas del océano con sangre. Desde entonces,
el primer continente formado ha demostrado ser un cofre de tesoros para los
científicos que intentan determinar todo, desde la creación del cosmos, hasta
qué tanto se elevarán las aguas con el calentamiento global.
"Es una ventana al universo y al
tiempo", dijo Kelly Falkner, jefa del programa polar para la Fundación
Nacional para las Ciencias de Estados Unidos.
Durante una docena de días en enero, en medio
del helado verano antártico, The Associated Press siguió a científicos de
diferentes ramas en busca de criaturas de forma alienígena, de pistas de
contaminación atrapadas en antiguo hielo, sobras del Big Bang, peculiaridades
biológicas que podrían guiar potencialmente a mejores tratamientos médicos, y
tal vez, lo principal, señales de un
derretimiento indetenible. La travesía en un barco de la marina chilena a lo
largo de las South Shetland Islands y la vulnerable Península Antártica, que
sale del continente como un meñique fracturado, fue de 1.340 kilómetros (833
millas), y le permitió al equipo de AP echar una mirada de primera mano a este
vital continente.
La Antártida conjura imágenes de silenciosas
montañas y blancas planicies, pero el más frío, seco y remoto de los
continentes no está dormido. Cerca del 98% de su superficie está cubierta de
hielo, el cual está en constante movimiento. Siendo un volcán activo, la
Deception Island es un crisol de condiciones extremas. Hay sitios donde el mar
hierve a 100 grados Celsius (212 Fahrenheit), mientras que otros lugares pueden
estar debajo de los 0 C (32 F). Y aunque el sol rara vez brilla en los oscuros
inviernos antárticos, parece que la noche nunca llega en los días de verano.
Aunque los turistas vienen a la Antártida por
su belleza y lejanía, para los científicos todo es trabajo. Lo que encuentren
podría afectar la vida de personas a miles a kilómetros de distancia. Si los
expertos están en lo correcto y la plataforma de hielo de la Antártida
Occidental se ha comenzado a derretir irreversiblemente, lo que ocurra aquí
determinará si ciudades como Miami, Nueva York, Nueva Orleans, Guangzhou,
Mumbai, Londres y Osaka tendrán que combatir de manera regular las inundaciones
causadas por el aumento en el nivel de los mares.
La Antártida "es grande y está cambiando,
y afecta al resto del planeta y no podemos darnos el lujo de hacer caso omiso a
lo que sucede ahí", dijo David Vaughan, director de ciencia del Centro de
Investigación de la Antártida de Gran Bretaña.
A menudo, los científicos encuentran algo
distinto a lo que estaban buscando. El año pasado, investigadores calcularon
que el hielo en el lado oeste del continente se estaba derritiendo más rápido
de lo previsto. El mes pasado, científicos que realizaban investigación
geológica vital en ese derretimiento, observaban 800 metros bajo ese hielo en
la más profunda de las oscuridades y encontraron una sorpresa: peces de 15
centímetros de largo, y criaturas similares a los camarones, que nadaban al
lado de sus cámaras.
Los geólogos están fascinados con los secretos
de la Antártida. En una reciente expedición científica comandada por el
Instituto Antártico Chileno, Richard Spikings, un geólogo investigador de la
Universidad de Ginebra, blandió un enorme martillo para recolectar muestras de
roca de las islas Shetland del Sur y la Península Antártica. Curiosos miembros
de una colonia de pingüinos en Leogoupil Cape observaban mientras golpeaba
pedazos de granito negro y diorita que se sobresalían del mar meridional. Hacia
el final del viaje de dos semanas, sus colegas comenzaron a llamarlo 'Thor' en
son de broma.
"Para comprender muchos aspectos en la
diversidad de animales y plantas, es importante entender cuándo se separaron
los continentes", dijo Spikings. "Así que también estamos aprendiendo
sobre la verdadera antigüedad de la Tierra y sobre cómo estaban configurados
los continentes hace 1.000 millones de años, hace 500 millones de años, hace
300 millones de años", comentó, y agregó que esa comprensión le ayudará a
entender el papel fundamental de la Antártida en el vaivén de los antiguos
supercontinentes. Con nombres como Rodinia, Gondwana y Pangea, los científicos
creen que eran enormes masas de tierra que formaron parte la historia del
planeta y que se unían periódicamente
mediante el movimiento de placas.
Debido a que no existe industria local,
cualquier rastro de contaminación atrapado en el hielo y nieve antiguos,
proviene de químicos que llegaron de lejos, como el plomo que era encontrado en
el hielo hasta que fue eliminado de la gasolina, o los niveles de radiación de
pruebas nucleares superficiales realizadas a miles de kilómetros y hace muchos
años por Estados Unidos y la Unión Soviética, comentó Vaughan.
El hielo indica cómo han variado los niveles de
dióxido de carbono -el gas que retiene el calor en la atmósfera- a lo largo de
cientos de miles de años.
Es también el lugar donde un agujero en la capa
de ozono, causado por refrigerantes y aerosoles hechos por el hombre, se
estaciona periódicamente por un par de meses y causa problemas. Surge cuando la
luz del sol vuelve a la Antártida en agosto, provocando una reacción química
que destruye las moléculas de ozono y causa un agujero que alcanza su máximo en
septiembre. Se cierra con el clima cálido de noviembre.
Explorar la Antártida es algo que el chileno
Alejo Contreras, de 53 años, comenzó a soñar durante su juventud, luego de leer
el diario de Robert Falcon Scott sobre su travesía al Polo Sur. Cuando
Contreras finalmente llegó al Polo Sur en 1988, dejó de afeitarse la barba, que
ahora le llega al pecho y va sin rumbo fijo, al igual que sus exploraciones.
La Antártica es "como el congelador del
planeta", dijo Contreras, quien ha comandado 14 expediciones al
continente. "Y ninguno de nosotros se atrevería a ensuciar el hielo".
Debido a la naturaleza prístina del extremo sur
del mundo, cuando un meteorito cae ahí permanece intacto. Así que los
investigadores encuentran más meteoritos, a menudo del cercano Marte,
incluyendo uno descubierto hace casi 20 años que hizo que los científicos
inicialmente pensaran, de manera incorrecta, que habían encontrado pruebas de
que alguna vez hubo vida en Marte.
Éste es un lugar con paisajes sacados de una
película de ciencia ficción. La NASA utiliza la lejanía del continente para
estudiar lo que la gente tendría que enfrentar si visitara Marte. El aire seco
también es perfecto para que los astrónomos espíen el espacio profundo y miren
al pasado.
Durante un viaje reciente a Deception Island,
Peter Convey, un ecologista del Centro de Investigación de la Antártida de Gran
Bretaña que ha visitado el continente durante 25 años, soportó fuerte lluvia,
temperaturas congelantes y vientos de más de 37 kilómetros por hora (20 nudos)
para recolectar muestras de musgos esponjosos de color verde y café que crecen
en la ceniza de las montañas de roca negra de la isla volcánica. Buscaba claves
en su genética para determinar qué tanto había evolucionado la especie en la
Antártida, aislada de otros continentes.
"He tenido suerte y he ido a la mitad del
continente, así que he estado aislado del ser humano más cercano por 400 o 500
kilómetros (250-300 millas)", dijo Convey. En su lejanía hay raras formas
de vida, elevando la esperanza de que pudo haber vida en otros ambientes
extremos como Marte, o que incluso la hay en la actualidad, escondida bajo el
hielo de la luna de Júpiter, Europa.
"Este es uno de los lugares más extremos
en los que uno podría esperar encontrar
vida. Y la hay", señaló Ross Powell, un científico de la Universidad
Northern Illinois, quien en enero utilizaba un submarino a control remoto bajo
el hielo, en una parte distinta del continente, para descifrar el
derretimiento, cuando vio peces y crustáceos nadando ahí.
Unos 4.000 científicos llegan a la Antártida
para investigaciones en el verano y cerca de 1.000 se quedan para el crudo
invierno. También hay cerca de 1.000 personas ajenas a la ciencia, cocineros,
choferes, mecánicos, conserjes y el sacerdote de la Iglesia Ortodoxa más al sur
del mundo, ubicada en la cima de una rocosa colina en la estación rusa
Bellinghausen.
Pero la iglesia en la colina es una excepción,
un tenue rayo de luz del mundo que existe al norte. Para los científicos, lo
que hace este lugar especial es lo que hay debajo, que provee una ventana al
pasado y futuro de la humanidad.
"La Antártida, en muchos sentidos, es como
otro planeta", dijo José Retamales, director del Instituto Antártico
Chileno, a bordo del barco de la marina que navega por Deception y otras South
Shetland. "Es un mundo completamente diferente".
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