Mundial de Brasil, evento excluyente para
Latinoamérica en 2014
Agence France-Presse (AFP) - viernes, 19 de
diciembre de 2014
En una región donde el fútbol genera fanatismos
sin límites, el Mundial Brasil-2014 se convirtió en el evento excluyente a
nivel deportivo en América Latina, donde resaltaron el papelón del anfitrión,
la amenaza permanente de gloria de Argentina y las irrupciones de Colombia y
Costa Rica a escala global.
Un sabor agridulce, más agrio que dulce, le
quedó a Latinoamérica el Mundial porque perdió su invicto tras seis citas
máximas en la región y vivió las frustraciones de sus potencias.
Brasil recibió una paliza histórica en
semifinales ante Alemania por 7-1 y volvió a sumergirse en una desilusión
generalizada solo comparable al Maracanazo uruguayo, 64 años antes.
El entrenador Luiz Felipe Scolari debió haber
recordado este episodio antes de cometer el error histórico de sentirse campeón
incluso antes de comenzar el Mundial.
Tristeza nao tem fim
En 1950, Brasil se comió la liebre antes de
cazarla y se quedó sin nada ante Uruguay y, del mismo modo, Scolari intentó
bañar de orgullo a sus dirigidos con la premisa de que los partidos serían
apenas un trámite hasta coronarse en casa, y así le fue.
Felipao fracasó además porque intentó cambiarle
el ADN a la historia brasileña mutando a un perimido 'catenaccio' defensivo,
que ya ni siquiera utiliza Italia y porque le colocó la corona anticipada a un
equipo en el que solo descollaba Neymar.
Pero a diferencia de lo que se esperaba, Brasil
sucumbió en el plano deportivo pero sobresalió en la organización de una cita
complicada, con 12 sedes en un territorio que es como un continente.
La FIFA desconfió hasta último minuto y Brasil
se encargó de responder manejando sus tiempos, que no son los europeos sino los
típicamente sudamericanos: cuando las papas queman, la maquinaria despierta.
No habrá ninguna igual
A Argentina, la otra potencia sudamericana,
nuevamente se le atragantó el grito de campeón cuando parecía que Lionel Messi
y sus muchachos dejarían atrás 21 años de sequía a nivel de selección mayor.
Estaba todo listo para la mayor hazaña en la
historia del fútbol argentino y que sería irrepetible: que Messi levante la
Copa en el mismísimo Maracaná, el cuartel central del archienemigo histórico.
Pero Messi deambuló sin rumbo por el campo del
Maracaná en la final y para colmo se perdió un gol que no suele fallar,
mientras que su compinche en la ofensiva, Gonzalo Higuaín, marró otro casi inconcebible
en un goleador de su talla.
Y Alemania, que venía con el envión de la
humillante goleada ante Brasil, no perdona estos deslices.
Desde que ganó la Copa América Ecuador-1993, la
albiceleste perdió las tres finales que jugó: la Copa América Perú-2004 y la de
Venezuela-2007, en ambos casos ante su archirrival Brasil, además del último
Mundial frente a Alemania por 1-0.
A Suárez se le fue la boca y a la FIFA, la mano
Uruguay, más temido por Brasil que Argentina
por el síndrome del Maracanazo, se quedó sin nada por un tarascón de su figura
Luis Suárez al defensa italiano Giorgio Chiellini.
Suárez, un goleador implacable, estaba
levantando vuelo en el Mundial pero se le fue la boca... y a la FIFA se le fue
mano.
Tomándose en serio el apodo del 'Pistolero', la
FIFA lo trató como un delincuente serial y lo condenó a un durísima sanción que
le impedirá jugar la Copa América Chile-2015, donde estarán otras estrellas
mundiales como Messi, Neymar, el chileno Alexis Sánchez y el colombiano James
Rodríguez.
El volante cafetero, fichado por el poderoso
Real Madrid, fue la figura emergente de América Latina en el Mundial, en el que
su selección llegó por primera vez a cuartos de final orientada por el
argentino José Pekerman, el entrenador con más partidos invicto en Mundiales,
un total de diez, sumados los del Mundial-2006 como orientador de Argentina,
eliminada por penales por Alemania.
Colombia y Costa Rica, asombran
Si la actuación de Colombia sorprendió por su
solidez, el desempeño de Costa Rica fue un verdadero asombro porque en la fase
inicial liquidó a Uruguay e Italia y empató con Inglaterra, tres campeones
mundiales, cuando al inicio de la Copa las apuestas eran para saber cuál sería
la goleada más abultada que recibiría.
El colombiano Jorge Luis Pinto, un riguroso
conductor, llevó al fútbol centroamericano al escalón más alto en su historia
y, aunque ya renunció, la selección costarricense puede dar pelea a México y
Estados Unidos en el liderazgo de la Concacaf.
La selección argentina no termina de redondear
un título, pese a que llegó alto en Brasil, pero sus clubes dijeron presente en
los torneos internacionales.
El título de River Plate en la Sudamericana y
el de San Lorenzo en la Libertadores, mostraron una supremacía argentina a
nivel de clubes en la región en 2014.
A San Lorenzo aún le queda este fin de año el
estímulo del Mundial de Clubes aunque en la final deberá enfrentarse con el
poderoso Real Madrid y ni siquiera un milagro del papa Francisco, su hincha más
famoso, podría torcer la marcha de la implacable máquina merengue de Cristiano
Ronaldo.
Racismo: señales de alarma
Los hechos fuera de las competiciones
deportivas son generalmente malas noticias en América Latina: el racismo
irrumpió en varios estadios de la región y encendió las alarmas de cara a la
Copa América Chile-2015, entre junio y julio próximos.
Las autoridades de la Conmebol prometieron mano
dura contra las expresiones xenófobas y racistas, después de una sucesión de
episodios que culminaron con agravios en Chile al venezolano Emilio Rentería,
jugador del San Marcos de Arica.
En febrero, el gobierno brasileño intervino
ante un insulto racista contra el volante Tinga durante un partido de la Copa
Libertadores entre Real Garcilaso de Perú y Cruzeiro de Brasil.
Ronaldinho, del Querétaro mexicano y uno de los
futbolistas brasileños más conocidos de los últimos 20 años, fue calificado de
"simio" por un político mexicano.
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