La Navidad de los ricos y del lujo: esto es lo
que van a regalar (y lo que los distingue)
El Confidencial - lunes, 15 de diciembre
de 2014
Navidad es época de regalos, pero los Reyes
Magos no llegan por igual a todo el mundo. Fuera de los anuncios de televisión
y de los escaparates de los grandes almacenes, fuera de los centros comerciales
populosos y de los outlets, existe un mercado exclusivo en el que las clases
altas buscan esos objetos de valor que les ayudan a distinguirse del resto de
capas sociales, que es la esencia del lujo, según explica Jean Marc Colanesi,
profesor de ESIC y experto en el sector de los productos exclusivos.
Hablamos, no obstante, de un mercado en proceso
de cambio. La llegada de nuevos ricos procedentes de los países emergentes, ya
sea de Asia o de la Europa exsoviética, está transformando el sector por su
demanda de productos más centrados en la satisfacción del ego. Como explica
Colanesi, siendo esencial en este sector el narcisismo, los millonarios recién
llegados tienen una actitud menos discreta que sus predecesores. “Cuando hablas
de Ferrari con un francés o un italiano, saben a lo que te refieres. Los del
norte de Europa o de Asia ven un coche rojo que les hace los más guapos de los
sitios a los que van. Cuanto más nos alejamos del núcleo del lujo, que ha
nacido en Francia, los productos van perdiendo el halo de cultura y de
distinción, y se convierten en puro narcisismo. Tú has comprado un barco de
cien, pues yo he de tener uno de ciento diez. Eso es lo que hacen que pidan a
firmas de automóviles de lujo que su coche mida 40 centímetros más que los que
suelen fabricar”.
Pero, en sentido opuesto, el lujo también trata
de alejarse de la mera ostentación por nuevos caminos. Según Susana Campuzano,
directora del Programa Superior de Lujo de IE Business School, ya que el
consumo tiende a democratizarse, la gente busca más las experiencias que los
objetos. “Hoy lo que resulta de verdad elitista es acceder a sitios exclusivos,
como la fiesta de un gran diseñador en un palacio, ese tipo de actos al que no
puede entrar el común de los mortales aunque tenga mucho dinero. Igualmente, el
acceso a las ediciones limitadas de productos que puedes disfrutar con los
demás. Se ha puesto muy de moda una botella gigante de champán, de edición
limitada, que puedes consumir con los amigos en el marco de una fiesta”.
Las claves del regalo de la gente con dinero
Pero las tendencias del lujo no siempre se
trasladan a los regalos, bien porque no sean susceptibles de ser empleadas para
ese uso, bien porque no resulten adecuadas en el entorno de una época concreta,
como la Navidad. Las claves principales para el regalo, advierte Campuzano, son
conocer bien los gustos de la persona y que sirva también para diferenciar a
quien regala. La esencia del lujo y del Premium tiene que ver con la
exclusividad y la distinción, y eso funciona en las dos direcciones, en la de
quien compra el regalo y en la de quien lo recibe. Los objetos se utilizan para
valorizarse, y ese elemento tiende a ser indispensable.
El problema surge, como explica Campuzano,
cuando tienes que comprar algo para una persona que, por su nivel adquisitivo,
ya tiene casi de todo. “Lo usual es que se haga un regalo de marca, un perfume
o marroquinería, que siempre satisface. En el caso del hombre, lo más socorrido
suele ser el vino, una buena añada a menudo funciona muy bien. También está en
auge el arte, que no tiene por qué ser necesariamente un óleo. Un grabado, un
dibujo o una pequeña escultura de un autor conocido suelen ir de maravilla.
Además, como se compran habitualmente con la firma de una galería, si no gusta
siempre se pueden cambiar”.
Este elemento es importante también en el caso
de la mujer, explica Campuzano. “Hay que conocer bien los gustos de la persona
a la que vas a regalar, y si sabes que a ella le gusta la moda, procurarás
comprar el regalo en las tiendas a las que acude habitualmente, porque es menos
arriesgado y porque se puede descambiar”.
La moda de lo antiguo
Otras de las tendencias en auge tienen que ver
con el poder de lo antiguo. Ocurre con los libros, ya que “un ejemplar
descatalogado y que cuesta mucho conseguir es un estupendísimo regalo”, o con
las antigüedades, “donde objetos como los relojes antiguos son también una
apuesta segura para mucha gente. En este mismo terreno, entre las mujeres se
lleva mucho lo vintage. Un bolso antiguo de cocodrilo puede ser una elección
adecuada. Lo vintage se ha revalorizado muchísimo”.
Sin embargo, el poder de lo nuevo no puede
hacer que nos olvidemos de lo siempre, que sigue triunfando. Los clásicos
siguen en auge, explica Colanesi, para quien regalos premium, como un pañuelo
de seda de Hermès, una pulsera o un bolso de lujo, tienen un enorme atractivo.
“Todo lo que tenga que ver con la imagen de ti que quieres proyectar es una
buena apuesta. En esta época, además, se suelen elegir productos que sean
fácilmente visibles para el entorno del propietario, por lo que un coche o un
viaje especial son poco frecuentes”.
Colanesi subraya que la Navidad no es un
momento especial para el lujo, porque quienes realmente pueden optar a él no
necesitan esperar al calendario, y porque se trata de productos que tienen
lista de espera. Las marcas gestionan los tiempos, “no es ahora lo quiero y
ahora lo compro”. Estas fiestas pertenecen más al premium o al premium alto,
pero también para lo que denomina excursionistas de la marca, “ese tipo de
personas que quieren regalar un Cartier a su mujer y comienzan a ahorrar en
enero para que cuando llegue Navidad tengan el dinero preciso para pagarlo.
Precisamente por eso, las firmas operan en tres estratos, siempre dentro de un
precio elevado: el de los productos de entrada a la marca, el destinado a los
excursionistas, y los fuera de la norma, objetos exclusivos de diseño
innovador, que están al alcance de muy pocas personas. Por ejemplo, Hermès hace
un bolso que cuesta 180.000 euros. Estos productos no dependen de la fecha del
año para ser vendidos”.
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