4 campos de batalla para el
despegue de la economía en 2015
BBC Mundo - miércoles, 31 de diciembre de
2014
La economía mundial sigue sin despegar. El
Fondo Monetario Internacional (FMI), que en enero de 2014 vaticinaba una fuerte
recuperación global, fue moderando su optimismo a lo largo del año.
En su último informe bajó sus predicciones de
crecimiento mundial en 2014 a un 3,3% (0,4% menos que en abril) y a 3,8% en
2015.
Las estimaciones privadas son aún más
pesimistas.
Goldman Sachs calcula un 3% para el año
saliente y 3,4% para el entrante. La Unidad de Inteligencia (EIU) del semanario
británico "The Economist", habla de un 2,2% y un 2,9%.
"Comparado con antes del estallido
financiero de 2008, no es alentador", señaló a BBC mundo Mike Jakeman,
analista global del EIU.
"La realidad es que estamos empezando 2015
con la misma pregunta que nos hicimos en 2013 y 2014: ¿será este el año del
despegue? Estimamos que 2015 será mejor, pero nada más".
El petróleo
Una diferencia con años previos es que 2015
comienza con un precio del petróleo a casi la mitad del año previo.
A mediados de diciembre el barril se situó por
debajo de los US$65 y, según muchos analistas, podría descender a US$50 en la
primera mitad de 2015.
Esta tendencia es negativa para exportadores
como Rusia, Ecuador y Venezuela, para la cotización de las petroleras y los
balances de bancos expuestos a estas compañías, pero a nivel global tiene un
efecto positivo.
En los 70 y 80 el alto precio del petróleo
produjo crisis globales. A fines del siglo 20 y principios del 21, con precios
bajos, hubo crecimiento global. Lo deseable, pues, es que se mantenga en los
actuales niveles.
Pero el petróleo no es una varita mágica: la
economía global no depende únicamente de su precio.
"Nuestro cálculo es que por cada 10 centavos
de dólar que baja el precio, crece la economía global en un 0,1%. Si el precio
se mantiene en estos niveles el crecimiento adicional global será del 0,3%. Es
un factor positivo, pero no resuelve todos los problemas económicos globales.
Incluso en una zona importadora neta del recurso como la Eurozona puede tener
un efecto deflacionario contraproducente", indicó Jakeman a BBC Mundo.
Europa
Los países de la Unión Europea (UE) que manejan
el euro como moneda única son una de las claves del desempeño global. Lo ideal
para la recuperación mundial de la economía es que salga de la crisis y empiece
a crecer.
En 2014 la eurozona apenas evitó la recesión.
En noviembre la misma Comisión Europea bajó las predicciones de crecimiento
para 2015 de 1,7% a 1,1%.
Lee: Crecimiento de la eurozona será menor a lo
esperado
Uno de los mayores peligros que enfrenta el
bloque es la deflación, una caída contínua de los precios que posterga el
consumo a la espera de un abaratamiento de los productos, conduciendo a
quiebras empresarias y desempleo.
La Eurozona tiene la tasa de interés más baja
de su historia (0,2%) y ha iniciado lentamente un proceso de flexibilización
monetaria, equivalente a una moderada emisión de dinero, para estimular el
consumo, pero nada parece dar resultado.
"La baja del petróleo tiene un efecto
contraproducente porque va a contribuir a la deflación de los precios. Y no se
sabe qué impacto tendrá una emisión monetaria porque, a diferencia de Estados
Unidos, no se ha llevado adelante con la dimensión y la velocidad necesarios",
señala Jakeman.
A este incierto panorama económico se le añade
otro más impredecible a nivel político.
La elección anticipada en Grecia a fines de
enero podría dar una victoria a la coalición de izquierda- antiausteridad
Syriza que muchos analistas consideran que llevaría al país a abandonar el
euro.
"Syriza no promueve la salida del euro,
pero su programa económico lo vuelve inconciliable con la política dominante en
la eurozona. A esto se suma que 2015 es un año de elecciones en países de la
Unión Europea que pueden dar paso a gobiernos inestables", señala Jakeman.
A los comicios en dos países periféricos de la
eurozona como Portugal y España (que tiene en Podemos un potencial equivalente
de Syriza), se suman inciertas elecciones en países de la UE que han mantenido
la moneda nacional como el Reino Unido y Suecia.
Estados Unidos
A diferencia de la UE, Estados Unidos está
experimentando una fuerte recuperación económica.
En el segundo trimestre de 2014 Estados Unidos
creció a un 4,6% y en el tercero un 3,5%. La economía mundial se beneficiaría
de una repetición de este desempeño en 2015.
"Creemos que va a seguir creciendo a este
paso. En cada mes de los últimos 10 meses Estados Unidos ha creado más de 200
mil puestos laborales. Esto es muy importante en una economía en la que el
consumo doméstico representa un 70% del PIB", señala Jakeman.
Este mayor optimismo económico ha hecho que el
gobierno diera por terminado en 2014 el programa de flexibilización monetaria
iniciado poco después de la caída de la firma financiera Lehman Brothers en
2008.
Como cada vez que "Estados Unidos
estornuda, el mundo se resfría", este cambio de política monetaria está
teniendo un fuerte impacto en los países en desarrollo.
Uno de los ejemplos más sonados es la cotización
del Real brasileño que cayó en un 40% respecto al dólar en los últimos seis
meses.
"La apreciación del dólar continuará,
porque la expectativa es que Estados Unidos aumentará las tasas de interés en
2015 con lo cual mucho capital que estaba en los países en desarrollo regresará
a Estados Unidos. Esto va a afectar la cotización de la moneda de estos países
como ya se vio en 2013, cuando se empezó a hablar del tema. Pero no habrá caos
financiero porque ha sido un proceso gradual que ha permitido un acomodamiento
de los distintos actores", opina Jakeman.
China y América Latina
Con Japón sumido en una nueva recesión, China
se ha afianzado como segunda economía mundial. Al mismo tiempo ha cambiado su
modelo de crecimiento de uno basado en las exportaciones a otro más equilibrado
entre las ventas externas y el consumo interno.
El precio de este cambio es que, en vez del
crecimiento de dos dígitos, el PIB chino aumentará "solo" un 7,3%. Y
mientras no baje de los 7 puntos, China seguirá siendo uno de los motores de la
economía global.
Sin embargo, algunos analistas temen un
"aterrizaje forzoso" con una caída de más de tres puntos que
generaría fuertes tensiones políticas y económicas.
Según esta visión, el excesivo estímulo estatal
aplicado tras la crisis de 2008 ha generado una insostenible deuda bancaria e
inmobiliaria que va a terminar en una cadena de bancarrotas, equivalente a la
hecatombe "subprime" de Estados Unidos en 2007-2008.
Según John Ross, economista senior del
Instituto Chongyang de la Universidad Renmin de Pekín, este análisis no toma en
cuenta el funcionamiento real del sistema financiero chino.
"Es un sistema financiero estatal. El
sector estatal le está prestando al sector estatal: deudor y acreedor son los
mismos. La realidad es que hace 20 años que se anuncia un derrumbe chino y no
ocurre. El debate real en China hoy es si conviene crecer a un 7,5% o a un 7%.
Esto no es una crisis", indicó Ross a BBC Mundo.
Buena noticia para los países latinoamericanos
que crecieron en la última década de la mano del aumento de las materias primas
y la inversión china.
Si bien el precio de los commodities ha bajado
en los últimos 18 meses, todavía está a un alto nivel.
Según la CEPAL América Latina duplicará en 2015
su crecimiento del 1,1% al 2,2%.
El EIU, que es un poco más optimista en su
estimación (2,6%), señala que la región tendrá que intensificar el uso de
alternativas económicas para compensar las nuevas condiciones internacionales.
"América Latina tendría que estimular más
el consumo doméstico para hacer frente tanto a la baja de los commodities como
al alza de las tasas de interés en Estados Unidos", concluye Jakeman.
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