Cinco palabras para recordar (o mejor olvidar)
la economía de 2014
BBC Mundo - lunes, 29 de diciembre de
2014
Como ha venido ocurriendo en los últimos años,
la economía mundial tuvo altibajos en 2014 y seguirle el paso fue como montarse
a un sube y baja.
Sin embargo, esta vez hubo -según los
analistas- algunas señales claras de que la tan esperada recuperación tras la
profunda crisis financiera internacional de 2008 se demorará más de lo
esperado.
Dicho de otra manera, la economía global no
termina de arrancar. En el año que finaliza surgieron varios obstáculos para la
reactivación -algunos inesperados y otros no-, y unas pocas buenas noticias
para el ciudadano de a pie.
1. Petróleo
¿Acaso será hora de replantearse el término
"oro negro"?
Los precios del petróleo han registrado en 2014
su mayor caída en el último lustro.
Esto ha sido un dolor de cabeza para los países
que tienen una fuerte dependencia económica de la producción de crudo, como
Venezuela y Ecuador en América Latina y Rusia del otro lado del mundo, que han
visto reducidos sus ingresos.
En la última reunón de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en noviembre, el gobierno venezolano
intentó en vano convencer al cartel que redujera la producción con el fin de
apuntalar los precios del crudo.
Está claro por qué. Venezuela es uno de los
grandes perdedores en este escenario: el petróleo constituye más de un 90% de
sus exportaciones y cerca de un 50% de sus ingresos fiscales.
Sin embargo, no todas han sido malas noticias
en lo que se refiere a los hidrocarburos.
Un petróleo barato les da más poder de compra a
los consumidores, ya que bajan los costos de producción de bienes y de los
servicios que dependen del uso de combustibles.
2. Rusia
Nadie mejor que el presidente Vladimir Putin
para resumir el mal humor en Rusia durante 2014.
En su discurso a la nación de fin de año, el
mandatario le advirtió a la población que se preparase para enfrentar tiempos
duros.
La economía del país ha sido fuertemente
golpeada por la caída de los precios del petróleo, además de las sanciones de
Occidente por la intervención de Moscú en el este de Ucrania y la anexión de
Crimea.
La moneda rusa, el rublo, se desplomó en los
últimos meses de 2014: perdió casi el 50% de su valor.
Ya nadie -ni siquiera el Kremlin- duda que el
país caerá en recesión en 2015.
Todo esto, afirman los analistas, puede
impactar negativamente en la Unión Europea, zona con la que los rusos tienen un
cuantioso intercambio comercial, y en el resto del planeta.
No hay que olvidar que Rusia es la novena mayor
economía del mundo.
3. Dólar
Verde, verde, verde.
Al hablar de récords, no sólo el petróleo dio
que hablar en 2014. El dólar también consiguió romper una marca, aunque -al
contrario del crudo- al alza.
La cotización de la moneda estadounidense trepó
a su nivel más alto desde 2009.
Las razones: la economía estadounidense se está
recuperando de la profunda crisis de 2008 y lo hace a una velocidad mayor que
sus competidores europeos y asiáticos.
La fortaleza del billete verde ha perjudicado
especialmente a los países emergentes, cuyas transacciones comerciales se han
encarecido.
Por eso, varias naciones han decidido dejar de
usar el dólar en el intercambio bilateral y emplear, en su lugar, sus propias
divisas.
Brasil lo ha hecho con Uruguay. Rusia con
China, Australia y otros países.
En América Latina, la fortaleza de la moneda
estadounidense ha tenido un efecto negativo adicional, al profundizar la brecha
entre el dólar oficial y el paralelo en naciones con alta inflación como
Venezuela y Argentina.
Sin embargo, no todo es negativo: la
apreciación del dólar ha tenido un impacto positivo en la vida de millones de
latinoamericanos que reciben remesas de familiares que migraron a EE.UU.
También es una buena noticia para los centros
turísticos de nuestra región que tradicionalmente buscan los clientes
estadounidenses.
4. Desaceleración
¿Los BRICS ya no son lo que eran?
Cuando el economista estadounidense Jim O'Neill
acuñó en 2001 el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), al que luego se
agregaría una "S" por Sudáfrica, estos países emergentes prometían
convertirse en grandes protagonistas de la economía global y cambiar
radicalmente su dinámica.
Sin embargo, 2014 termina con la comprobación
de que el crecimiento de este grupo, a excepción de Sudáfrica, se ha frenado.
Las razones son muchas y muy variadas:
problemas en el mercado inmobiliario, endeudamiento interno, menos producción
industrial, disminución de las exportaciones por crisis en otras partes del
mundo, alta inflación, caída de las inversiones y del consumo, e incluso
escándalos de corrupción.
China, la segunda mayor economía del planeta,
es el caso que más preocupa, ya que se expandió a su ritmo más lento desde la
crisis financiera internacional de 2008: un 7,3%.
Puede parecer una cifra bastante decente, pero
significa un marcado retroceso si se tiene en cuenta que el país registró un
crecimiento anual del 10% en las últimas tres décadas.
Esto, desde luego, ha perjudicado a los
exportadores de materias primas, entre ellos muchas naciones de América Latina.
En el caso de Brasil, la expansión fue de 0,3%
en 2014, muy poco para una economía que hace 10 años era considerada la
estrella de los países emergentes y prometía un ritmo de crecimiento del 7%
anual.
De Rusia ya hablamos más arriba. E India,
bueno, está un poco mejor, aunque ha perdido su empuje: en 2014 tuvo una
expansión de alrededor del 5%, menos de lo esperado por los analistas.
5. Default
Si del menú económico se trata, Argentina
temina 2014 con un sabor amargo.
Este fue el año en que la tercera economía
latinoamericana cayó en el octavo default de su historia. Es complejo para
explicar, pero lo vamos a intentar.
El país entró en cesación de pagos el 30 de
julio -por segunda vez en 13 años- luego de que fracasaran las negociaciones
con los llamados "fondos buitre" en EE.UU.
Estos fondos poseen bonos del Estado argentino
que no entraron en la reestructuración de la deuda de 2005 y 2010 (por eso se
llaman también holdouts -"que se resisten", en español-) y reclaman
el pago total de sus títulos: unos US$1.300 millones.
Para ello consiguieron que el juez
estadounidense Thomas Griesa, de Nueva York, los avalara.
Así, Argentina ha intentado pagar en EE.UU.
bonos de deuda que vencían -o sus intereses- a acreedores que sí aceptaron la
reestructuración, pero Griesa ha bloqueado todas estas transacciones
argumentando que el país también debe honrar sus obligaciones con los
"fondos buitres".
La orden del magistrado parece ser: o se cumple
con todos o con nadie. E incluso declaró al gobierno de Cristina Fernández en
"desacato".
Por todo esto, 2015 promete un nuevo round en
el combate entre Argentina y los "fondos buitre".
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