Así será el mercado laboral en 2023
Cinco Días -diciembre de 2014
Casi una década por delante, con la
incertidumbre que conlleva realizar cualquier pronóstico dentro de un entorno
tan volátil. La crisis económica ha generado miedos e impide realizar
previsiones a tan largo plazo. Aun así, Manpower acaba de dibujar un mapa del
mercado laboral en 2023, que presentó esta semana dentro de su tradicional
análisis del empleo en España, partiendo de las recientes caídas en el volumen
del paro y en la tasa de desempleo. Uno de los cambios estructurales que se
están fraguando en la estructura de la población, sobre todo en aquella en edad
de trabajar, obliga a evaluar su impacto en el medio plazo, más allá de las
modificaciones coyunturales, apunta el autor del informe, Josep Oliver,
catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
En este sentido, también el INE acaba de
realizar sus nuevas previsiones de la población para España y sus comunidades
autónomas a más largo plazo, de aquí a 2064. Para empezar, será un país con 5,6
millones menos de habitantes (un 12,1% de descenso), en caso de mantenerse las
tendencias demográficas actuales. O lo que es lo mismo, la población se
reduciría hasta los 40,9 millones en 2064.
La caída se debe, según la citada fuente, al
progresivo aumento de las defunciones y a la disminución de los nacimientos,
fenómeno que será especialmente acusado a partir de 2040.
También será un país con un porcentaje elevado
de ancianos, 15.829.224 mayores de 65 años, un 87,4% más que actualmente. Este
colectivo representará el 38,7% de la población. A día de hoy supone el 18,15%.
Falta de personal para la industria
La contención salarial será una tendencia a
consolidar. Lo relevante, afirma el profesor Josep Oliver en su estudio, es
seguir manteniendo un equilibrio entre la productividad y el coste salarial,
con el fin de que España siga ampliando, por ejemplo, su capacidad de
producción automovilística, y continúe siendo atractiva para las
multinacionales de la industria auxiliar del sector del automóvil.
Y cita el ejemplo de la fábrica de producción
de PSA Peugeot Citroën de Vigo, que cuenta con el compromiso de fabricar a
partir de 2017 la nueva furgoneta K9, que colocará a la factoría gallega cerca
de su plena capacidad de producción. Para 2015 y 2016, la plantilla tiene
acordada una congelación salarial. Y es precisamente en esta línea, según
apunta el experto de Manpower, por donde debe ir España.
“A la devaluación salarial le ha acompañado una
caída de los precios; pero si empezamos a despistarnos, podemos perder lo
recuperado”. Y afirma que de esta crisis o salimos germanizados o saldremos muy
mal. “Es la única manera de recuperar la capacidad productiva, debemos
reindustrializar el país, además de aprovechar el eje exterior y el turismo y
no obsesionarnos tanto con los servicios”.
Y exige que se preste especial atención a la
formación profesional y de personal cualificado para trabajar en la industria.
“Hay escasez de profesionales cualificados para el sector industrial”,
concluye.
Si se mantiene la tendencia actual, la
esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi
alcanzaría los 95. Actualmente la esperanza de vida es de 80 años para los
hombres y de 85 para las mujeres. Por contra, el número de defunciones seguiría
creciendo como consecuencia del envejecimiento de la población y a partir del
año próximo habrá más defunciones que nacimientos.
Otro pronóstico del INE, a diferencia de lo que
ocurre ahora y acentuado por la crisis económica: habrá más personas que vienen
a España que las que se marchen en busca de un futuro laboral mejor. En 2014
está previsto que emigren 417.191 ciudadanos frente a 332.522 inmigrantes. A
partir de 2023 empezarían a cambiar las tornas y en 2064 unos 245.903 españoles
emigrarán frente a 332.522 inmigrantes.
Otra modificación importante, según precisa el
profesor Oliver, es el cambio en la edad legal de jubilación que lleva
implícito la reforma del sistema de pensiones, de manera que en la próxima
década se situará en los 66 años, ampliando de esta forma el volumen de activos
disponibles en el mercado de trabajo.
También incide, como la previsión del INE, en
el cambio de las corrientes migratorias, desde las importantes entradas de
ciudadanos de otros países hasta 2010 a las caídas actuales. Esta modificación
afecta muy directamente a los más jóvenes, aspecto esencial en la futura
dinámica de la ocupación y el paro. Se trata, en definitiva, de modificaciones
en las previsiones de población a medio plazo, acentuación de la salida de
inmigrantes jóvenes, ampliación de la edad de jubilación y recuperación del
empleo. Son los mimbres con los que se construirá el nuevo mercado de trabajo español.
Tampoco, apunta Josep Oliver, hay que olvidar los estragos que causó la segunda
recesión en España, que comenzó en verano de 2011 y se prolongó hasta comienzos
de 2013.
Cambios demográficos
Entre 2014 y 2023 habrá un retroceso de la
población en 700.000 personas, entre otras razones, por descenso de natalidad
(900.000 niños menos) y de aquellos en edad de trabajar, esto es, entre 16 a 66
años (960.000 personas), e incremento de los mayores de 66 años (1,2 millones).
Esta bajada de más de dos millones de niños y de población menor de 66 años se
compensa parcialmente por el aumento de 1,1 millones de los mayores de 66 años,
lo que supone un crecimiento del 16,3%, desde los 7,2 a los 8,4 millones de
aquí a nueve años.
Sin embargo, este envejecimiento de la
población en edad de trabajar, según el informe de Manpower, es un fenómeno que
existe desde la segunda mitad de los años noventa, aliviado en parte por la
llegada de inmigrantes desde 1995 hasta 2019 y por la incorporación al mercado
de trabajo de generaciones nacidas hasta 1980. “Ahora, sin las aportaciones de
los inmigrantes y finalizado aquel aporte extraordinario de baby boomers,
retorna un patrón que subyacía a la dinámica demográfica del país”, sostiene
Oliver.
Este creciente envejecimiento de la población
activa implica pasar de una edad media de 41,6 años en el presente ejercicio a
los 43 años de 2023, pero además los jóvenes de 16 a 39 años pasan de aportar
el 44,8% del total de 16 a 66 años al 38,8% de casi dentro de una década. En
este periodo la generación más numerosa será la de los 46 años que habrá
aumentado de los 749.000 a los 775.000 efectivos, un 3,5% más.
“Todos estos datos influyen en la manera en la
que se va a comportar el mercado de trabajo en un futuro no demasiado lejano”,
señala el catedrático de la UAB. Y al igual que ocurre en la actualidad, la
pérdida de activos en un futuro junto al crecimiento del empleo deriva en una
reducción cercana a los 2,1 millones de parados, pasando de los 5,8 millones de
septiembre de este año a los 3,7 millones que habrá en 2023. Este retroceso del
35,7% comporta una bajada importante en la franja de edad joven (39,7% menos),
influenciado en gran medida por la citada caída de los activos.
Contracción masculina
En cuanto al género, de la pérdida de un millón
de activos de entre 16 y 66 años, el colectivo masculino aporta 600.000,
mientras que las mujeres tienen una moderada reducción de 400.000. Por tanto,
la caída de los hombres se sitúa en el 3,6% frente al descenso del 2,5%
femenino. El grupo de varones pasaría de los 15,7 millones de activos a 15,1, y
las mujeres pasarían de 15,6 a 15,2 millones.
Por edades, la menor contracción de la
población femenina en edad de trabajar se concentra en el colectivo de 16 a 39
años, que a pesar de retroceder sensiblemente (un 14,7% de los casi 7 millones
de 2013), pierde menos que el masculino. Este se reduce, para los jóvenes de 16
a 39 años, un 17,2%, más de 1,2 millones, desde los cerca de 7 millones que
estaban disponibles para el mercado de trabajo a lo largo de este año.
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