Los nuevos paradigmas empresariales
Forbes - lunes, 15 de diciembre de 2014
La globalización, el acceso y evolución de la
tecnología, la interconexión económica, la urbanización, el aumento de las
regulaciones; las modificaciones en las necesidades de los consumidores y de
los mercados, generan la necesidad de cambiar los modelos de los negocios hasta
hoy conocidos, de crear nuevos paradigmas empresariales.
El entorno de los negocios se encuentra en
constante movimiento. Por eso, los tomadores de decisiones de todo el mundo
tienen que hacer frente a factores críticos cruciales. Existen factores de
cambio internos y externos que modifican el panorama y la competencia en el
mundo de los negocios en todas las industrias. México y América Latina (al)
están inmersos en esa realidad y tienen la oportunidad de afrontarla con
ciertas ventajas. Pero debemos de romper paradigmas.
Los cambios se están dando de forma cada vez
más acelerada. La globalización, el acceso y evolución de la tecnología, la
interconexión económica, la urbanización, el aumento de las regulaciones; las
modificaciones en las necesidades de los consumidores y de los mercados,
generan la necesidad de cambiar los modelos de los negocios hasta hoy
conocidos.
Actualmente, tenemos la necesidad de innovar,
de hacernos competitivos, de maximizar el talento humano de nuestras empresas,
para aprovechar las oportunidades que se presenten en México y al en los
próximos años.
Tres puntos que detonan el crecimiento
Queda claro que las cicatrices de la crisis
financiera mundial todavía son palpables, y la confianza sigue siendo un asunto
crítico en los mercados de México y de la región. Sin embargo, las empresas,
sin importar los servicios que brinden, deben recurrir a la innovación, a la
productividad y al aprovechamiento del talento para conseguir una ventaja
competitiva en el mercado. Recurrir a estas iniciativas nos puede garantizar
tres ventajas:
Innovar significa estar a la vanguardia en el
mercado. La “innovación disruptiva” es la atinada estrategia que ha llevado a
las empresas a dominar su mercado, y que las ha hecho desafiar sus paradigmas.
La productividad, la eficiencia en nuestra
operación, es fundamental en el mundo globalizado. El posicionamiento
competitivo de nuestro país y de al es parte del desafío. Con una economía
claramente insertada en la dinámica global, para ser competitivos, los países
deben asegurarse de tener el ambiente correcto para atraer nuevas inversiones y
negocios, ya que la competitividad es uno de los principales factores que los
negocios consideran al seleccionar a un país en el cual ubicarse.
Uno de los retos que tiene México es
distinguirse no sólo por ser la ubicación privilegiada con el salario más
barato, sino por ser la más competitiva, y la que mayor valor pueda agregar a
la cadena de suministro. Estamos en un momento de cambio crucial para el
desarrollo del país, ante la aprobación e implementación de las reformas
estructurales.
Podemos destacar la reforma educativa de 2014,
la financiera, la de telecomunicaciones, pero de manera muy especial debemos
señalar la reforma energética.
Cada una de estas transformaciones
estructurales tiene como objetivo hacer que el país sea más competitivo y
promover su crecimiento económico.
Las reformas en su conjunto marcarán la
actividad económica de México; a excepción de la reforma fiscal, que quedó
lejos de las expectativas, esperamos que las demás tengan un impacto positivo
en la competitividad de las empresas que operan en nuestro país.
El alto nivel de oportunidad de negocio que se
desata por la reformas es incuestionable, pero los retos son también
significativos, especialmente en las cuestiones de seguridad. El gobierno
federal ha estado realizando esfuerzos para resolverlas, pero todavía hay mucho
trabajo por hacer, antes de que el impacto de las reformas se refleje en la
calidad de vida de todos los ciudadanos.
Por otro lado, la guerra por el talento
representa otro gran desafío para las empresas, ya que éste es parte crucial en
la innovación de sus estrategias, procesos y productos. En este sentido,
claramente el papel de la mujer es de vital importancia.
Entonces, los gobiernos y empresarios necesitan
estar preparados para afrontar los paradigmas globales, que están definiendo la
nueva dinámica global y que exceden cada vez más el límite de los recursos y la
capacidad económica mundial.
La Alta Dirección necesitará examinar
minuciosamente sus propias competencias, sus habilidades, sus riesgos, su
compromiso con las partes interesadas y desarrollar una conciencia propia que
evolucione y resuelva las nuevas necesidades que se plantean por los actuales
paradigmas: globalización, tecnología, entre otros, para afrontarlos con
innovación, productividad y talento.
*Roberto Cabrera es socio líder de industrias y
mercado de KPMG en México.
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