Apuntes
sobre lo que vendrá en Cuba
El
Cronista Comercial - diciembre de 2014
Nadie dijo
que va a ser fácil para Obama conseguir el apoyo del Congreso con su iniciativa
de levantar el embargo a Cuba. Tampoco les resultará sencillo a los
republicanos oponerse.
La clave
del histórico discurso de Obama es la palabra China. La frase escuchada el
miércoles fue: ‘Piensen que por más 35 años hemos tenido relaciones
diplomáticas con China, un país mucho más grande también dominado por el
Partido Comunista‘.
Los
Estados Unidos y China establecieron relaciones diplomáticas formales el 1 de
enero de 1979, resultado de un largo período de acercamiento iniciado una
década antes con la llamada ‘diplomacia triangular‘de los EE.UU -en un contexto
de división del bloque chino-soviético-y que incluiría el histórico viaje de
Richard Nixon a China en 1972.
La
normalización de las relaciones fue coronada por otro viaje, en dirección
inversa. Deng Xiaoping visitó Washington a finales de enero de 1979. Aún
ocupaba lugares secundarios en la estructura formal, pero Deng no solo
controlaba el poder en China, sino que ya había iniciado el proceso de reformas
económicas que sacó a su país del ‘siglo de la humillación‘, según la
perspectiva china, y lo llevó al lugar que ocupa hoy.
China
avanzó desde entonces hacia un sistema que conjuga un régimen de gobierno
comunista con una economía de mercado. Se ha escuchado decir que el capitalismo
no fue pensado originalmente para ser practicado en democracia. Más allá del
establecimiento de zonas económicas especiales, los comunistas de China parecen
tener en cuenta aquella definición y están gobernando una sociedad en la que
crece la vocación capitalista.
La
posibilidad de que el levantamiento del bloqueo a Cuba conduzca a un proceso de
democratización de la isla no puede ser analizada fuera de este contexto.
Representante
de la escuela inglesa en las relaciones internacionales, Barry Buzan, quien
visitó recientemente la Argentina, dice que una de las características de este
siglo será la de la convivencia entre distintos tipos de capitalismos en el
mundo, algunos de ellos no asociados a la idea de democracia. En un artículo
publicado en enero pasado en International Affairs, Buzan sostiene que ‘hay
cuatro formas prominentes de gobierno capitalista: liberal democrático, social
democrático, autoritario competitivo (Rusia) y burocrático de estado (China)‘.
Y cree que la influencia y el peso relativo de los dos últimos "se está
incrementando".
"La
competencia pacífica entre las variedades de capitalismo mostrarán pronto si un
modo de economía política es superior a otro", escribió en esa revista
especializada.
Como lo
fue en su momento con la URSS, una fuerte relación comercial con China es
decisiva en la economía cubana. Cuba recibe de China el 18% de sus
importaciones (1.100 millones de dólares) y envía a ese destino el 30% de sus
exportaciones (533 millones de dólares) según cifras oficiales cubanas citadas
por el Washington Post.
Para los
analistas, China representa una contradicción que debería resolver un partido
comunista que ya ha dado muestras inequívocas de pragmatismo. Aunque el
capitalismo ya está generando riqueza y conocimiento en China desde hace mucho
tiempo, ese proceso recién está dando sus primeros pasos y se ignora más de lo
que se sabe sobre su destino.
En el
mediano plazo, ¿el fin del embargo y una apertura económica ya ensayada por
Raúl Castro podrían conducir a Cuba a un modelo de dos sistemas? Un intelectual
con buena llegada al gobierno La Habana se inclina más hacia el modelo
vietnamita, de una apertura más controlada, pero no en el corto plazo. Además
cree que la sociedad cubana ‘no evolucionará hacia un modelo de democracia
pluralista‘.
Aunque alentado
por distintos sectores en EE.UU. -The New York Times ha sido un fuerte impulsor
del levantamiento del bloqueo- el paso dado por Obama tomó por sorpresa a los
analistas. Se esperaba algún tipo de acercamiento en la próxima cumbre de las
Américas en Panamá, de la que participará Cuba, pero no más que eso.
Invitado
por una universidad local, un académico estadounidense que se especializa en la
relación con la región y ha estado en Cuba innumerables veces pasó la semana
pasada por Buenos Aires. En un almuerzo en un think tank local, fue muy
escéptico con la posibilidad de que Washington abandonara la política del
bloqueo en la idea de que, básicamente, no tiene ninguna motivación para
hacerlo. Dijo que primarían cuestiones ‘ideologistas‘en el establishment
norteamericano, pero sobre todo, desinterés comercial.
-¿Ni
siquiera para dar aliento a una apertura democrática?, se le preguntó.
-Lo del PC
en Cuba por momentos parece que será eterno...
Un
funcionario de la embajada de EE.UU. escuchaba con interés. Sonreía.
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