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miércoles, 24 de diciembre de 2014

peligro

Relegada por el teclado, la escritura a mano está en peligro de extinción


INFOnews - ‎viernes‎, ‎26‎ de ‎diciembre‎ de ‎2014
Quien no haya utilizado el WhatsApp para anotar algún teléfono o no haya recibido el regaño de una abuela sobre la carta que nunca le escribió, que tire la primera piedra. La nuestra aparenta ser definitivamente una era de transición en múltiples fenómenos, y desde luego lo es en los modos de escribir: son pocas las personas que logran escapar a las nuevas tecnologías, que acaparan todos los rincones comunicativos a través de los dispositivos electrónicos y las redes sociales, y son cada día más los que nacen inmersos en este contexto virtual. La presión de la yema de los dedos sobre teclados de computadoras y pantallas de smartphones le roba terreno en la vida cotidiana al pulso de la mano que unía letras y era soporte de declaraciones de amor, machetes con respuestas, listas de compras y cartas de todo tipo. Y esto, ¿qué significa? ¿Genera optimismo en la especie humana o se trata de una perspectiva enteramente desalentadora?

"No encuentro más fundamentos que la indolencia o la comodidad, pero lo cierto es que se está perdiendo el hecho de escribir a mano, que proponía algo menos frío y mecánico. Me acuerdo de cuando mis padres recibían cartas de España: uno veía escrituras volcadas con cariño, porque era el único contacto con seres que quizás hacía 20 años que no veían", explica Francisco Juan Fores, presidente del Colegio de Calígrafos Públicos de la Ciudad de Buenos Aires. La institución a la que pertenece ha impulsado diversos proyectos con el fin de que vuelva a enseñarse Caligrafía en las escuelas, ya que, según su mirada, "sin esa materia, los chicos van perdiendo el interés, y el problema no es que no escriben, sino que lo hacen mal y, cuando pasa eso, no hay comunicación".

Gustavo Cantú, doctor en Psicología y coordinador de la carrera de especialización en Psicopedagogía Clínica de la UBA, ha trabajado la temática y aporta su visión: "Está claro que la forma manuscrita ya no es más hegemónica, pero no lo veo como un versus ni como una pérdida o una ganancia en términos absolutos: son cambios culturales e históricos que tienen que ver con las condiciones sociales en que se producen los conocimientos", analiza.

Su trabajo desmitifica la idea de que la escritura virtual está vacía de emociones y sentimientos: "Realizamos dos investigaciones acerca del uso que los adolescentes y los niños hacen de las nuevas tecnologías, haciendo eje en la singularidad, y nos dimos cuenta de que en algunos casos se veía un uso mucho más subjetivado de la escritura, que tenía que ver con lo que les pasaba, con sus miedos y sus deseos. Esto tiene que ver con que hay una diferencia muy grande entre la transmisión de la escritura tradicional y la electrónica: la primera se da en la escuela a través de los adultos, de forma sistemática y con una normativa estricta sobre cómo se debe escribir; mientras que la escritura en pantalla los chicos la aprenden solos o con compañeros y no aparece vinculada al mundo adulto sino al de los pares."

Para Cantú, este período de transición delimita claramente a los llamados "nativos e inmigrantes digitales": "Los adultos asociamos la escritura a mano con la proximidad del cuerpo y, en la forma virtual, este sólo interviene de un modo más abstracto y mediato, pero para los chicos esto no quita valor emotivo ni vigencia de lo que se dice: ellos se enojan, se comprometen y se enamoran con lo que leen en Facebook o WhatsApp, y nosotros no, porque fuimos educados en la época de hegemonía de la escritura a mano, y lo que nosotros necesitamos es tocar el papel."

"Se escribe menos a mano, pero eso no significa que se haya dejado de escribir: el modo es diferente", revela María Di Scala, psicopedagoga clínica y titular de la cátedra Psicología Educacional en la Universidad Nacional de San Martín. "Un tuit tiene 140 caracteres, y sintetizar la idea en ese espacio también es un trabajo cognitivo bien complejo e interesante. Es cierto que la ortografía, la gramática y el estilo sí se ven más afectados, pero en este mundo tecnológico, aprender a escribir también se puede volver más fácil: los chicos pequeños ya están en contacto permanente con la formación de palabras, las tablets hablan y ofrecen juegos didácticos para las primeras experiencias y, en ese sentido, la tecnología es un facilitador", argumenta la especialista, coautora junto con Cantú del libro Diagnóstico psicopedagógico en lectura y escritura.

Lo que sucede con la escritura a mano, en este momento de encuentros y desencuentros tecnológicos, quizás no debería interpretarse radicalmente desde uno de los dos extremos sino desde la coyuntura histórica en que vivimos y en el contexto, como propone Di Scala, de una convivencia necesaria: "No creo que una forma de escribir sea mejor que la otra: son maneras distintas de dejar huellas de pensamiento."

En finlandia, la cursiva se va de la escuela en 2016

A partir de esta cotidianeidad tecnológica que ya es una realidad, algunos países han comenzado a reconsiderar la enseñanza de la escritura en las escuelas. Tal es el caso de Finlandia, que días atrás anunció que, a partir del otoño de 2016, ya no será obligatoria la enseñanza de la cursiva. Sólo se mantendrá la escritura en letra de imprenta y se potenciará el uso del teclado mediante el aprendizaje de la mecanografía. "La razón del cambio es que la escritura cursiva sólo se usa en el colegio. Después, en la vida laboral, casi todos los textos los realizamos con el ordenador y, por lo tanto, la habilidad de mecanografiar con fluidez también es importante", explicó Minna Harmanen, responsable del Instituto Nacional de Educación del país escandinavo.

Así, para las escuelas de Finlandia, referente educativo de Europa, escribir con letra caligráfica pasará a ser sólo una opción, y los maestros no tendrán por qué enseñarlo. La argumentación es simple: en un momento histórico en el que los adultos escriben, básicamente, en teclados, ¿tiene sentido invertir horas de escuela para que un niño hile las letras con un bolígrafo? De hecho, prácticamente todo lo que ven (y verán) esos alumnos está escrito en letra de imprenta.

Finlandia modifica su currículum escolar cada diez años, y todo 2014 lo han dedicado a reflexionar sobre las nuevas competencias que deben aprender sus alumnos, con grupos de trabajo en todo el país y un debate público muy participativo.

Sin las manos

Un reciente estudio dado a conocer en Alemania, donde la gran mayoría de la población tiene acceso a computadoras y smartphones, indicó que uno de cada tres adultos no había escrito nada a mano en los últimos seis meses.

Cuando la caligrafía se vuelve arte

En el medio de estos tiempos en los que la tecnología irrumpe con su practicidad y urgencia en la vida cotidiana, también están aquellos que deciden hacer una pausa y volver al papel y al mundo de la escritura a mano. Son aquellos que disfrutan de tomar un lápiz, un marcador o un pincel y de mirarse a ellos mismos en esas letras que también los definen, más allá de lo que digan. "Caligrafía quiere decir 'letra bella', pero no es sólo eso, es muchísimo más. La escritura es el rasgo más humano que existe: somos los únicos seres que podemos escribir y, cuando lo hacemos, transmitimos ideas e información", explica Marina Soria, una de las calígrafas argentinas más destacadas y pionera de este arte en nuestro país.

Al estudio de Marina –que enseña desde hace 16 años– concurren alumnos apasionados por el universo de lo manuscrito. Así, Tiempo Argentino conoció a las "Acuarelas tucumanas", un grupo de seis artistas que llegaron desde el Noroeste exclusivamente impulsadas por una idea: retomar la caligrafía en sus pinturas, un proceso que fueron atravesando durante una semana con clases intensivas de seis horas diarias. "No sé si es por la tecnología o porqué, pero cada vez tengo más alumnos. Es cierto que se ha dejado de escribir, y mi lucha es para que eso no suceda, pero también me parece que la tecnología enajena, y en algún momento, uno se harta y aparece la necesidad de volver a lo más artesanal, para escapar de esa vorágine. Es el momento en que uno dice: que el mundo siga girando por allá, yo voy a parar un rato y me voy a quedar mirando el paisaje", explica.

La especialista en caligrafía artística, cuyas obras son solicitadas por prestigiosas publicaciones internacionales e integran colecciones de reconocidos museos de arte contemporáneo, asegura que la escritura a mano y la electrónica no son contradictorias ni excluyentes y que lo interesante es aprender a conciliarlas: "Creo que los que abandonan el papel se pierden un poco ellos mismos. El hecho de escribir con la mano hace que se abran caminos neuronales que no se abren cuando tecleás con los dedos en el celular. Esos son otros caminos y, para mí, lo bueno es que se te armen los de ambos tipos y no que uno tape al otro. Lo importante es sumar conocimiento, porque cuanto más sabés, podés elegir entre más cosas y, en definitiva, más libre sos."

Pioneras y primeras víctimas


Fundadas en 1919, enseñaron dactilografía a miles cuando la máquina de escribir empezó a remplazar a la escritura a mano. Pero cerraron en 1993, víctimas de la computadora. No bastaba con saber tipear. Hasta 2012, ex empleados usaron el nombre como franquicia.

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