Tres misterios que escapan de la lógica
deportiva
BBC Mundo - lunes, 9 de marzo de 2015
Por estos días abundan los misterios en el
panorama deportivo.
Un profesor de Historia que tuve en el colegio secundario,
que sólo nos hablaba de libros (y encima nos pedía que firmáramos peticiones de
premios para sus amigos escritores), nos dijo una vez que el verdadero talento
de Agatha Christie consistía en crear falsas pistas para proteger a sus
asesinos.
La prensa británica informó de la desaparición
de Agatha Christie en diciembre de 1926.
"En realidad", explicaba, "los
crímenes suelen ser cometidos por los sospechosos más obvios, alguien de la
familia, un intruso, el amante, el socio; y por las razones más convencionales,
celos y dinero, casi siempre."
En el aula solíamos decir que nuestro profesor
tenía más mentalidad de policía que de historiador.
Ahora me pregunto qué diría sobre tres de los
misterios más comentados en la actualidad deportiva.
Para explicar su accidente en Montmeló se habla
de un desvanecimiento del piloto (los soponcios son relativamente comunes en la
gente normal), una descarga eléctrica originada en un defecto de su
McLaren-Honda, y un fuerte viento lateral; entre las posibles consecuencias de
la conmoción se menciona una regresión a la adolescencia (¡hablando en
italiano, idioma que no dominaba entonces!) y los temores de los médicos sobre
un posible "síndrome del segundo impacto", respetando un protocolo
introducido hace poco en la NFL (Liga del Fútbol Americano), donde las
conmociones cerebrales son comunes.
Fernando Alonso no correrá en el Gran Premio de
Australia este fin de semana.
Según este protocolo, la recuperación debe
seguir una progresión cuidadosamente controlada: reposo, ejercicio aeróbico,
ejercicio sin contacto, entrenamiento liviano y entrenamiento habitual.
Suponemos que el viejo profesor se inclinaría
por creer la versión oficial, que es tranquilizadora, pero llama la atención la
abundancia de opiniones y juicios alarmantes entre gente "del
ambiente".
El delantero del Barcelona volvió a fallar un
lanzamiento de penalti en la victoria de su equipo 6-1 ante el Rayo Vallecano,
que impulsó al Barcelona al primer lugar de la tabla, con un punto de ventaja
sobre el Real Madrid, que perdió 1-0 ante el Athletic.
El árbitro ordenó retomar el lanzamiento por
invasión del área (muchos encontraron esto demasiado generoso) y Messi no sólo
convirtió con el segundo disparo, sino que marcó otras dos veces en 12 minutos,
completando su hat-trick más rápido, el 32 de su trayectoria en el Barça.
Por supuesto que el "misterio" de los
fallos de Messi no es tal: se trata de una combinación de inseguridad y una
técnica relativamente inferior… teniendo en cuenta la calidad del lanzador.
En el Barcelona hay (o eso nos dicen) mejores
lanzadores de penaltis que Messi, en particular Luis Suárez, así como en el
Real Madrid hay mejores especialistas de tiros libres que Cristiano Ronaldo,
quien ha fallado los últimos 51 lanzados: CR7 no perdona desde los 11 metros,
pero sus tiros libres son mediocres… para el nivel que esperamos de él.
El rosarino es un genio que, en la jerga de los
comentaristas, "hace fácil lo difícil", de modo que muchos no
entiendan que le cueste hacer algo supuestamente "más fácil", como
señalar desde los 11 metros.
Pero no faltan los comentaristas para quienes
los penales de Messi no figuran entre lo mejor de su repertorio: que los lanza
sólo con el interior del pie (rara vez con parte del empeine, que daría más
fuerza), sin esconder bien el destino de los disparos y que estos no tienen la
precisión habitual en él.
El delantero argentino igual pudo anotar tres
goles en 12 minutos, el hat-trick más rápido de su carrera.
En el plano mental, es evidente que Messi no es
un témpano sin nervios: el 11 de febrero, ante el Villarreal, pidió a Neymar
que lo relevara en el lanzamiento: el brasileño, sorprendido (y también falto
de práctica, ya que su anterior gol de penalti había sido el 14-11-2012), falló
su tiro.
Otro dato que muestra su inhibición mental y su
problema técnico es que está acentuando su preferencia a su "lado de
seguridad" (la derecha del arco, izquierda del portero), sin angular mucho
los tiros y a media altura, facilitando la intercepción si el portero adivina a
qué lado disparará.
Tras una campaña excepcional a fines de 2014,
que coronó con el título del Mundialito de Clubes, el Real Madrid ha tenido
resultados decepcionantes para sus seguidores en lo que va de 2015.
La llamada "zona noble" del Santiago
Bernabéu (la directiva) y una parte de la prensa adicta responsabilizan al
entrenador Carlo Ancelotti: al parecer, su flexibilidad y "mano
izquierda", tan útiles y elogiadas el año pasado, son defectos graves en
2015.
De ser elogiado en 2014 por dirigir al Real
Madrid a su décima Copa de Europa, Carlo ancelotti es ahora cuestionado por la
mala racha de su equipo.
Otros dicen que el verdadero culpable es el
presidente Florentino Pérez, que limpió al plantel de mediocampistas,
rellenándolo con mediapuntas y también espera (o así suponen muchos) que siempre
jueguen sus delanteros favoritos, CR7, Bale y Benzema, que no se esfuerzan en
defensa.
También se menciona la ausencia por lesión de
Luka Modric, James Rodríguez y Sergio Ramos, pero lo cierto es que el equipo
estuvo jugando mal varias semanas antes de las bajas de James y Ramos.
En realidad, tanto Agatha Christie como mi
viejo profesor apuntarían que la clave del rendimiento reciente del Real Madrid
es el bajón de Cristiano Ronaldo, atribuido por algunos a razones sentimentales
y por otros a secuelas de la lesión que tanto lo afligió la temporada pasada.
El Real Madrid de los últimos años, en sus
diversas formaciones, ha estado orientado a facilitar la operación de CR7; si
él no está bien, el equipo se resiente, más allá de que las ausencias de personal
contribuyan al mal funcionamiento, partiendo el equipo por la mitad, como se
dice en la tribuna.
El portugués ya no corre como antes… ni
siquiera chuta como antes.
Cristiano Ronaldo cumplió 30 años el pasado 5
de febrero, edad que para muchos está influyendo en el físico del jugador.
Guillem Balagué, su biógrafo (también lo ha
sido de Messi), publicó hoy en el diario AS un curioso comentario, titulado
"Hace falta que alguien se lo diga".
¿Que le diga qué? Pues que "ahora no corre
suficiente al espacio, que le cuesta irse de los defensores, que no participa
suficiente en la creación del juego (…) porque no está sustituyendo (con juego)
sus limitaciones físicas: el cuerpo no le está dando lo que necesita".
Encontrar una nueva misión para CR7 tendría
implicaciones para el juego del equipo (y la integridad de la delantera BBC,
tan cara a Florentino Pérez) que quitarán el sueño a Carlo Ancelotti… si es que
sigue en su puesto la temporada venidera, algo que muchos ponen en duda.
Muchos madridistas creen que todo esto es
charla, que con el retorno de Modric y James el equipo encontrará nuevamente su
juego, y que el malestar de Cristiano es pasajero, fruto de su fastidio ante la
falta de buena compañía, en su casa y en el campo de juego.
Mi viejo profesor diría que el crack siempre es
responsable, tanto de lo bueno como de lo malo.
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