No recuerdes nada: internet como
reemplazo de la memoria
Infobae - sábado, 24 de
septiembre de 2016
La lista de contactos en el
teléfono celular hace innecesario que se recuerden los números, como la gente
solía hacer hasta pocos años atrás.
Ya nadie abre una enciclopedia de
cine para buscar el nombre de la actriz que elude una conversación, ni llama a
la madre para pedir la receta del guacamole, ni se esfuerza por reconstruir la
letra de una canción. Casi cualquier cosa está al alcance de quien tenga
internet y un buscador, en fracción de segundos.
Cada vez más, la memoria es algo
que no sucede únicamente dentro de la mente de las personas.
"Descarga cognitiva",
lo llamaron los investigadores Evan F. Risko y Sam Gilbert en un estudio que
publicaron en la revista académica Trends in Cognitive Sciences. "El uso
de una acción física —definieron: por ejemplo, programar una cita en el
teléfono— para alterar los requisitos de procesamiento de información de una
tarea para reducir la demanda cognitiva".
El psicólogo Risko, quien dirige
el Área de Investigación Cognitiva en la Universidad de Waterloo, en Canadá,
explicó a Infobae que esta descarga cognitiva "se está convirtiendo en una
de las maneras principales en que almacenamos la información para recuperarla
luego, y por eso es un fenómeno cuya comprensión tiene mucha importancia".
—¿Internet cambia el modo en que
las personas usan la memoria?
—No está claro si nuestra memoria
en sí está cambiando, pero creo que es importante tratar de entender de qué
manera recordamos hoy: lo hacemos junto con dispositivos como las computadoras
e internet.
En otro ensayo ("Using the
Internet to access information inflates future use of the Internet to access
other information", "Usar internet para acceder a información aumenta
el uso futuro de internet para acceder a otra información"), Benjamin
Storm, Sean Stone y Aaron Benjamin publicaron los resultados de un experimento
sobre el modo en que la capacidad de solucionar problemas y la misma memoria se
ven afectadas por la red.
Los investigadores les
presentaron una serie de preguntas de conocimiento general a dos grupos de
personas: uno debía responderlas desde su memoria, otro podía usar Google. A
continuación les presentaron otra serie de preguntas, más sencillas, y dejaron
a ambos grupos en libertad de elegir cómo las responderían. Los que la primera
vez habían recurrido a internet volvieron a hacerlo, a mayor velocidad y en
proporcion mayor a los que antes habían usado la memoria. Cuanto más se apoya
la memoria en internet, más y más rápido las personas se vuelven propensas a
recurrir a la red en lugar de la memoria individual. "Llamativamente, un
30% de los participantes que inicialmente habían consultado internet ni siquiera
intentaron responder una sola pregunta con su memoria", destacaron.
—Creo que se puede decir que
utilizar recursos como internet para acceder (y almacenar) información ha
comenzado a cambiar los modos en los cuales pensamos y nos comportamos —amplió
a Infobaeel coautor Stone, investigador del Laboratorio de Memoria de la
Universidad de California en Santa Cruz (UCSC), donde completa su doctorado.
—¿De qué forma?
—Internet, que se ha vuelto más
común en nuestras vidas cotidianas, puede estar afectando la manera en que
nuestros cerebros priorizan la información.
La era de la amnesia digital
Se ha dado una suerte de
extensión de la mente: cosas que antes sucedían en la mente hoy tienen
diferentes soportes externos. Y muy populares: las aplicaciones de productividad
del celular, la nube donde se puede guardar toda clase de archivos, el portal
médico donde se conservan los resultados de los estudios, el GPS que conoce los
caminos y su estado en tiempo real.
Según una encuesta de Kaspersky
Lab, realizada en 2015 sobre 1000 personas de entre 16 y 55 años, el 91,2%
reconoció que utiliza internet como una prolongación de su cerebro. Un 44%
concentra esa prolongación en su teléfono móvil, según el resumen "The
Rise and Impact of Digital Amnesia" ("El ascenso y el impacto de la
amnesia digital").
Las personas no acumulan
conocimientos como antes. Si la red contiene toda clase de datos, ¿con qué fin
habría que recordarlos? A eso se debe que la mitad de los encuestados de
Kaspersky Lab escriban una duda en un buscador antes que siquiera pensar si
podrían resolverla por sí mismos. "Y el 28,9% olvida un dato hallado en
línea apanas lo ha usado", consignó el informe.
Siete de cada 10 fueron capaces
de recordar el número telefónico de sus casas y el de sus parejas, pero sólo
cuatro de cada 10 pudieron llamar a sus empleos y tres de cada diez, a sus
hijos. Perder el móvil sería angustiante para la mitad de las mujeres y los
menores de 35 años: ahí guarda todos sus recuerdos personales.
Siete de cada 10 fueron capaces
de recordar el número telefónico de sus casas y el de sus parejas, pero sólo
cuatro de cada 10 pudieron llamar a sus empleos y tres de cada diez, a sus
hijos
Junto con su colega británico
Gilbert, investigador de la Royal Society en University College de Londres,
Risko (también profesor del Departamento de Psicología de Waterloo) se preguntó
por qué un fenómeno tan ubicuo estaba, en realidad, poco estudiado. Revisaron
los mecanismos que disparan la descarga cognitiva y —acaso más importante— las
consecuencias de esa conducta.
—¿Cuáles son las ventajas y las
desventajas de descargar información y dejar más disponibilidad cognitiva
potencial?
—Almacenar la información de
manera externa (por ejemplo, en una computadora, por escrito en un papel)
tiende a aumentar la probabilidad de que se la pueda recuperar en el futuro.
Porque, en esencia, estos almacenajes externos de memoria son más confiables
que nuestro almacenaje interno de memorias. Almacenar la información externa en
lugar de internamente presenta el peligro de que si el dispositivo no está
disponible (por ejemplo, la computadora), tampoco la información lo estará.
Para Stone, "los
investigadores comienzan a descubrir que tener la capacidad de descargar
información, puede ofrecer beneficios cognitivos en comparación con no
tenerla". Parte de la investigación del Laboratorio de Memoria de UCSC
demostró que poder guardar información en una fuente externa "ayuda a
preparar mejor a la gente para aprender nuevos materiales, y también para
recordar ese material en el futuro". Esa clase de ventajas "puede
conducir a un mayor énfasis cognitivo para resolver problemas y pensar
creativamente".
—¿Y minimizar la necesidad de
recordar hechos y otra información que se puede buscar podría tener aspectos
negativos?
—A pesar de los beneficios que
puede ofrecer la descarga, también se están empezando a observar ciertas
desventajas. Por ejemplo, alguna investigación sugiere que la información
descargada tiende más a ser olvidada que la que no se descarga, y que esta
ausencia de información almacenada en la memoria nos dejará dependientes del
uso de fuentes externas como internet para suplantar aspectos de nuestro propio
conocimiento. Esto, por supuesto, podría tener consecuencias negativas mucho
mayores en la manera en que pensamos, razonamos y recordamos.
Primero la web, después la cabeza
—El estudio que dirigió el
profesor Storm abrió nuevas preguntas sobre por qué la búsqueda en internet
tiende a desplazar la indagación en la memoria. ¿Hay que considerar que se
llegará a una forma de inter-memoria?
—La gente usa internet con más
frecuencia para buscar información porque se está familiarizando con la red
como una fuente disponible de memoria —dijo Stone—. Cuando más nos
acostumbramos a obtener información en línea, más probablemente vamos a elegir
buscar cierta información en internet que en nuestra propia memoria. Esta
incitación se debe probablemente a la singularidad de internet como depósito:
tiene acceso fácil, un contenido vasto y (es discutible) una confiabilidad
superior a la de nuestros recuerdos.
El estudio destacó que no se
trata solamente de la repetición de una conducta, o de la tendencia a hacerlo
más: "El tiempo dirá si este patrón tendrá más impactos en la memoria
humana que los de nuestra confianza en otras fuentes de información. Por cierto
internet es más completa, confiable y mucho más rápida que la imperfecta
memoria humana". Con un universo de información a un paso —apenas una
búsqueda en Google en un teléfono inteligente—, "la necesidad de recordar
hechos triviales, fechas y números se vuelve inevitablemente menos necesaria
para funcionar en la vida cotidiana".
La necesidad de recordar hechos
triviales, fechas y números se vuelve inevitablemente menos necesaria para
funcionar en la vida cotidiana
Risko cree que lo que ese ensayo
demostró "podría reflejar la experiencia de la eficacia que se experimenta
al usar internet como una fuente de información que dé forma a nuestras
decisiones futuras sobre descargar o no".
—¿Estudiar la memoria sin sus
vínculos externos sería una empresa incompleta?
Risko: —Sí, creo que investigar
cómo utilizamos los medios externos (las computadoras, internet) para recordar
es importante, además de investigar cómo recordamos cuando no tenemos esos
soportes.
Stone: —El hecho de que se
prefiera buscar información en internet en lugar de recordarla personalmente es
un ejemplo de cómo con frecuencia utilizamos en ambiente para guardar cierta
información mientras que mantenemos otra información disponible en la memoria.
Esta tendencia a descargar información puede aumentar debido a la presencia y
la funcionalidad de internet en nuestras vidas, hasta hacernos incapaces de
realmente estudiar la memoria en la edad moderna sin referinos a cómo la
influye internet.
Dónde termina la mente humana y
dónde comienza la nube
La recarga informativa que
produce internet estimula el cerebro humano a la vez que abrevia la capacidad
de atención; invita a la multitarea y hace más difícil que se formen las
memorias de largo plazo. También causa un fenómeno que el psicólogo Adrian Ward
estudió para su doctorado: estar en línea todo el tiempo hace que las personas
confundan sus recuerdos y conocimientos personales con aquellos que encuentran
en Internet.
"En la medida en que las
personas suben, descargan y depositan información de y en la nube, la frontera
entre la memoria interna y la memoria externa —es decir, la memoria que se
almacena en línea— puede volverse cada vez más borrosa", escribió. La
memoria siempre ha sido un hecho colectivo, pero antes las transacciones se
daban entre personas, y ahora también entre personas y la red. "Usar
internet para acceder a información puede hacer que la gente se unifique con la
nube, que pierda de vista de dónde termina su propia mente y dónde comienza la
de internet, y a perder rastro de cuáles memorias se almacenan internamente y
cuáles en línea".
El profesor Risko cree que
todavía no existe una comprensión cabal de por qué sucede esto; se trata de un
descubrimiento reciente que requiere más estudio. Stone arriesgó una
presunción: "Que cualquier información, más allá de dónde se la encuentre,
puede crear confusiones en la memoria en cuanto a su fuente. Nuestros sistemas
de memoria trabajan para consolidar la información importante sin priorizar
siempre dónde fue codificada esa información y, por ende, cuán confiable es. En
ese sentido, la infomación que se encuentra en línea bien se puede confundir
con la información disponible en la mente".
—¿Qué consecuencias tiene
confundir lo propio con lo colectivo?
—En el contexto de internet es
potencialmente distinto por el hecho de que la gente suele usar la red como una
fuente de información primaria, una fuente plagada de información incorrecta y
opiniones. La probabilidad de que las personas encuentren y recuerden
información falsa podría aumentar, dadas las consecuencias que conlleva la
confusión de las fuentes.
Predicciones catastróficas: de la
escritura a internet
Platón criticó una tecnología que
él mismo usó. En Fedro, Sócrates citó la respuesta de Tamus a Teut: "Padre
de la escritura y entusiasmado con tu invención, le atribuyes todo lo contrario
de sus efectos verdaderos. Ella sólo producirá el olvido en las almas de los
que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria; confiados en este auxilio
extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conservar los recuerdos,
cuyo rastro habrá perdido su espíritu".
¿Suena conocido, aplicable a las
críticas sobre lo que Internet hace con la memoria humana hoy? Hay más todavía:
"Tú no has encontrado un medio de cultivar la memoria, sino de despertar
reminiscencias; y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia
misma. Porque, cuando vean que pueden aprender muchas cosas sin maestros, se
tendrán ya por sabios, y no serán más que ignorantes, en su mayor parte, y
falsos sabios insoportables en el comercio de la vida".
—El lápiz y el papel, el libro,
la calculadora, el calendario… ¿en qué se diferencia internet de otras
tecnologías criticadas por debilitar la memoria humana?
—Sospecho que de muchos modos es
lo mismo. Una diferencia capital sería la disponibilidad inmediata de las
computadoras e internet. Acceder a la información guardada en libros y
bibliotecas pre-internet, por ejemplo, podía requerir una gran cantidad de
esfuerzo. Tengo la edad suficiente para recordar cómo era buscar información en
una biblioteca… Encontrar algo almacenado en una computadora o en internet es
algo que casi no demanda esfuerzo para la mayor parte de la información
—respondió el profesor Risko.
—¿Eso qué implica?
—Esta disponibilidad inmediata
puede aumentar nuestra voluntad de confiar en esos recursos (antes que en
nuestro almacenamiento interno) cuando se trata de buscar y guardar
información.
Stone argumentó que la descarga
ha estado presente en la vida humana desde mucho antes que internet.
"Ahora la pregunta es: ¿en qué se diferencian las tecnologías de descarga
del presente y —más importante— cómo se las utiliza de manera diferente? En
primer lugar, internet es una fuente ubicua, que contiene una cantidad de
información más grande y de una variedad más amplia que cualquier otra fuente
externa. También se beneficia de ser actualizada y escudriñada por mucha gente
para corregir o reemplazar información atrasada o irrelevante. En eso internet
es muy diferente de, digamos, el lápiz y el papel, y va a influir nuestra
conducta de maneras interesantes y sin precedentes".
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