El secreto de las multinacionales
para que nos motiven a mejorar
BBC Mundo - sábado, 3 de
septiembre de 2016
Si quieres saber qué tienen en
común el café y las elecciones, pregúntale a Starbucks.
En mayo, el gigante
estadounidense de las cafeterías realizó una campaña en Filipinas llamada
"preocúpate por votar", que premiaba a los clientes con una bebida
gratis si acudían a las urnas en las elecciones generales del país.
Después de haber visitado un
centro de votación, todo lo que los clientes tenían que hacer era mostrar su
dedo manchado con tinta del puesto de votación y les entregaban su bebida
gratuita.
"Nuestra intención era
simple," dice Keith Cole, jefe de marketing de Starbucks Filipinas.
"Al ayudar a aumentar la
participación de los votantes creemos que más personas tendrán la oportunidad
de hacer que sus votos cuenten."
Desde campañas sobre los derechos
al voto a otras sobre sostenibilidad, alimentación saludable e igualdad de
género, las empresas están hablando cada vez más acerca de los problemas
sociales, con la esperanza de influir -y mejorar- nuestro comportamiento.
El objetivo, dicen, es el uso de
su poder e influencia para el bien, y no sólo con fines de lucro.
Pero con escándalos corporativos
inundando las noticias, ¿podemos tomar en serio su palabra?
¿Belleza real?
La idea de que las marcas nos
pueden alentar a ser mejores ciudadanos no es nueva. Hoy en día estos esfuerzos
tienden a estar orientados al consumidor, con el objetivo de promover el
bienestar social fomentando al mismo tiempo la lealtad de marca.
Por ejemplo, la Campaña Dove por
la Belleza Verdadera, que ha estado pidiendo una definición más amplia de la
belleza femenina desde el 2004.
Implementada por la firma de
bienes de consumo anglo-holandesa Unilever, propietaria de la firma de jabones
Dove, pretende celebrar a las mujeres de todas las formas y tamaños.
Unilever dice que la iniciativa
ha "sido pionera en el uso de imágenes alcanzables de belleza" en la
publicidad, usando a mujeres "con curvas verdaderas".
Al mismo tiempo, Unilever vio las
ventas anuales de productos Dove pasar de US$ 2.500 millones a US$4.000
millones en 2014.
Consumo responsable
Otro ejemplo es la holandesa
Heineken, que ha promovido el consumo moderado de alcohol en su publicidad
desde 2011.
La gerente de relaciones públicas
de Heineken, Milly Hutchinson, dice que la empresa considera que tiene "un
papel que desempeñar en la sociedad", y la "plataforma perfecta para
difundir el mensaje de consumo moderado".
Charlotte West, de la ONG
británica Negocios en la Comunidad -que anima a las empresas a hacer una
diferencia positiva en la sociedad o en su comunidad local- dice que es cierto
que un número creciente de empresas están impulsando este tipo de campañas.
Ella dice que la tendencia ha
sido impulsada en parte por el crecimiento de las redes sociales, lo que ha
facultado a los consumidores a exigirle a esas marcas que rindan cuentas de una
manera sin precedentes. Y por eso las empresas tienen que responder.
"Cada vez más, los clientes
quieren que las empresas asuman las consecuencias sociales, y en nuestro mundo
cambiante tienen que jugar un papel más importante en la solución de los
problemas sociales", añade.
Sin embargo, Laura Spence,
profesora de ética empresarial en la Universidad de Londres, advierte de que
"también están actuando hasta cierto punto en interés propio en estas
campañas".
Y añade: "Las empresas
entienden que verse asociadas con una cierta práctica les genera una imagen
positiva que puede atraer clientes adicionales".
"Sin embargo, pueden correr
el riesgo de parecer como si estuvieran sermoneando a la gente, lo que no
siempre va a verse bien".
Derecho al voto
¿Cómo se explica la tendencia
cada vez mayor entre las empresas a involucrarse en campañas con beneficios
corporativos menos obvios?
Algunos movimientos de protesta
desconfían del gobierno y de las multinacionales
Los ejemplos incluyen al jefe de
Apple, Tim Cook, haciendo campaña por los derechos de los homosexuales en
EE.UU., y la ejecutiva de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, que aboga
por la igualdad de género.
Sin embargo, las empresas pueden
generar controversia con estas campañas, como le ocurrió a Starbucks el año
pasado.
En un esfuerzo por alentar la
tolerancia racial, la compañía promovió que sus empleados conversaran sobre
temas raciales con los clientes.
La campaña se inició poco tiempo
después de una oleada de protestas en el país por la muerte de varios hombres
afro-estadounidenses a manos de la policía.
Pero hubo una gran reacción en
las redes sociales. Muchos dudaron de las intenciones de la campaña, otros
decían que no querían hablar de raza mientras les servían el café.
La campaña fue suspendida
rápidamente, pero Starbucks dice que ha aprendido de la experiencia, y se
reafirma en su deseo de participar.
"Cada vez que entras en un
tema controvertido existe un riesgo, pero sabíamos que las relaciones raciales
eran un tema importante", dice un portavoz.
"Pensamos que podríamos
utilizar nuestra infraestructura y ayudar a crear un espacio seguro para que
estas conversaciones se lleven a cabo en todo el país."
"Requiere autenticidad"
Vicki Loomes, analista de la
consultora Trendwatching, dice: "Si las empresas van a hacer campaña sobre
un tema, tiene que ser algo en que están comprometidos a largo plazo y que no
choque con lo que hacen."
Y añade: "No puede ser una
campaña de marketing de tres meses, hablando de algo así como la inmigración,
simplemente porque es el tema más taquillero".
Charlotte West está de acuerdo.
"La gente se da cuenta de las falsedades, por lo que tiene que ser
auténtico, honesto y relevante para su marca".
Es evidente que las empresas
deben mantener un delicado equilibrio al intervenir en temas sociales, pero
parece que preferimos que intenten a que no hagan nada en absoluto.
"Las empresas se han dado
cuenta de que no sólo pueden crecer y tomar distancia de las personas,"
dice West.
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