Los argentinos sienten que Macri
no resultó ser la solución que esperaban
The wall street journal - domingo, 25 de septiembre de 2016
La economía se sigue contrayendo,
mientas que el desempleo y la inflación siguen en niveles altos
BUENOS AIRES—La contracción de la
economía argentina y el alza del desempleo empiezan a generar quejas cada vez
más fuertes entre la población en Argentina, todo un desafío para el presidente
Mauricio Macri en un país donde el malestar económico ha derribado a líderes
anteriores.
El problema es que Macri prometió
que esto no ocurriría. Cuando asumió la presidencia en diciembre con el
compromiso de derrotar la inflación y reactivar la economía, les dijo a los
argentinos que podían esperar un futuro mejor en el segundo semestre.
Los inversionistas siguen de
cerca el ánimo de la calle puesto que el malestar económico y social ha
contribuido a la caída de algunos políticos que no pertenecían al todopoderoso
movimiento populista del peronismo. De hecho, Macri aspira a ser el primer
mandatario no peronista en completar su período en al menos medio siglo.
“Muchas empresas han demostrado
que confían en la Argentina”, dijo el presidente el martes en su intervención
en Naciones Unidas. “Cada día se anuncian más inversiones, que se van a
traducir en empleos y pondrán al país en el camino de la expansión de la
economía”.
La situación de muchos
argentinos, no obstante, dista de ser color de rosa. “Estoy muy desilusionado
con el presidente Macri”, reconoció Fabián Vicente, un vendedor de revistas de
55 años. “En su campaña dijo que no iba a ver inflación y hasta ahora hizo todo
lo contrario y la verdad pensé que iba a cumplir. La gente está muy enojada”.
El mandatario ha intentado
estimular el crecimiento e implementar políticas de mercado sin provocar una
reacción social en contra. Reactivar la economía es clave para sus esperanzas
de conseguir más escaños en el Congreso en las elecciones del próximo año,
indican sus asesores.
Durante los primeros días de su
gobierno, Macri redujo los impuestos a las exportaciones, puso fin a los
controles cambiarios y devaluó el peso, ganándose los elogios de economistas y
del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Los ejecutivos de multinacionales
como Coca-Cola Co. y Siemens AG lo alabaron en un foro de negocios realizado la
semana pasada, afirmando que sus políticas restaurarán la riqueza perdida hace
mucho en Argentina, si la gente le da tiempo.
“Lo más importante en este
momento es tener paciencia”, dijo Peter Orszag, vicepresidente de banca de
inversión de Lazard. “El gobierno ha puesto en marcha un conjunto adecuado de
reformas. Se necesitará tiempo para ver los frutos”.
Las cifras, sin embargo, han sido
desalentadoras. La economía se contrajo 4,3% en el período de 12 meses
terminado en junio, el desempleo alcanzó 9,3% en el segundo trimestre y la
producción industrial cayó 7,9% en julio frente a igual mes del año anterior.
Algunos líderes sindicales dicen
que es hora de que Macri cambie de estrategia y han convocado a una huelga
nacional, aunque no han definido la fecha.
Decenas de miles de personas se
reunieron frente al palacio presidencial a fines de agosto en la mayor
manifestación realizada contra el gobierno. Hace una semana, los pilotos de la
línea aérea bandera, Aerolíneas Argentinas, dejaron de volar durante casi un
día para exigir una mejor remuneración.
Las dificultades ponen de
manifiesto una dura realidad para Macri: desmantelar las políticas populistas
de su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, puede demorar más tiempo de
lo que esperaba. El trabajo es tanto más difícil, dicen sus asesores, porque
los argentinos se acostumbraron a la generosidad del Estado que Macri está
terminando.
En los últimos años, el gobierno
gastó miles de millones de dólares al año para subvencionar el gas y la
electricidad, a veces incluso para familias en mansiones con piscinas
climatizadas. Gastó otros miles de millones, mientras la pobreza aumentaba,
para subvencionar la compra de dólares estadounidenses y pasajes de avión
internacionales, lo que permitió que un número récord de argentinos pasara sus
vacaciones en lugares como Orlando y Playa del Carmen, en México.
Presidentes anteriores
enfrentaron crisis más graves, como la hiperinflación de los años 80 o la
cesación de pagos de 2001, pero ninguno asumió el cargo con tantas personas
dependiendo del Estado para sus ingresos o asistencia económica.
Miembros sindicales protestas
contra el gobierno del presidente Macri en Buenos Aires el 2 de septiembre.
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Miembros sindicales protestas
contra el gobierno del presidente Macri en Buenos Aires el 2 de septiembre.
PHOTO: AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
“Las circunstancias en que Macri
toma el gobierno son muy difíciles. Es tanto lo que tiene que hacer que me
gustaría simplemente que al cabo de cuatro años Macri haya llegado a normalizar
el país”, dijo el historiador Luis Alberto Romero.
Macri heredó la mayoría de sus
problemas, incluyendo un déficit fiscal de 7% del Producto Interno Bruto y una
inflación de dos dígitos. Algunos, sin embargo, son de su propia creación.
El gobierno redujo los subsidios
al gas, elevando tanto los precios que en el Gran Buenos Aires las facturas de
calefacción se multiplicaron en algunos casos por diez.
La Corte Suprema obligó a Macri
el mes pasado a reponer los subsidios, diciendo que antes de elevar las tarifas
debe llamar a audiencias públicas. El error costó cientos de millones de
dólares y dificulta la esperanza de reducir el déficit de Argentina este año y
el próximo.
“Las políticas del gobierno sólo
están beneficiando a un grupo de empresas multinacionales y afectan a la
mayoría del pueblo”, dijo Hugo Godoy, secretario general de ATE, un sindicato
de trabajadores estatales que está llamando a una huelga nacional.
La aprobación de Macri cayó de
63% en diciembre a 40% en la actualidad, según el encuestador Hugo Haime. La
inflación, que superó 40% después de la devaluación, golpea con fuerza a las
familias de menores ingresos. Alrededor de 1,5 millones de personas han caído
en la pobreza desde que Macri asumió el cargo, de acuerdo con un estudio de la
Universidad Católica de Argentina.
Haime dijo que muchos en las
afueras de esta ciudad temen una “explosión social” si la situación no mejora
pronto. “Esta preocupación está basada en la historia, no en el gobierno de
Macri, porque hemos pasado por momentos en que la gente no llegaba a fin de mes
y tuvimos saqueos en diciembre”, aseveró Haime.
Los funcionarios del gobierno y
algunos analistas, sin embargo, dicen que Argentina está mejorando y que las
protestas se limitan a los sindicatos y los militantes leales a Fernández de
Kirchner.
“Sabemos que falta muchísimo y
que hay un momento de recesión, pero vamos por el camino correcto”, dijo Marcos
Peña, jefe de gabinete del Macri. “Vamos a crecer y vamos a estar mejor”,
prometió.
“Sabemos que aún queda mucho por
hacer y que estamos en una recesión, pero estamos en el camino correcto”, dijo
Marcos Peña, jefe de gabinete del Macri. “Vamos a estar mejor”.
Los encuestadores también
recalcan que si bien los índices de aprobación de Macri han caído, muchos
argentinos dicen que les gusta la persona del presidente, lo que implicaría que
su popularidad se podría beneficiar de un repunte de la economía.
Algunos sectores se están
recuperando. Las ventas de automóviles aumentaron 21% en agosto frente a julio
y los recortes de impuestos les han permitido a los agricultores sembrar más e
invertir en nuevos equipos.
Estos son los primeros brotes de
una recuperación que impulsará el crecimiento a 3,5% en 2017, dijo la semana
pasada el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. La inflación se está
moderando y caerá a 17% anualizado el próximo año, estimó el ministro ante el
Congreso.
En comparación con anteriores
transiciones económicas difíciles, la clase media no ha salido a protestar
contra el gobierno, dijo Jimena Blanco, jefa de análisis de riesgo en América
Latina de Verisk Maplecroft, una consultora británica. “Si la tasa de inflación
sigue disminuyendo y Macri se las arregla para evitar la agitación sindical,
creo que no estamos en un camino fácil, pero estamos en un camino viable”,
aseveró.
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