Los influencers, ¿verdaderos
aliados de las marcas?
FORBES- 17 de septiembre de 2016
Las empresas se han dado cuenta
de que la valoración de alguno de sus productos aumenta cuando un tercero, que
inspira y goza del respeto de una comunidad digital, lo prueba y habla de esa
experiencia.
Katherine Boyce es una panameña
que ronda los veintitantos años y tiene un canal en YouTube donde ha creado una
comunidad de casi 55,000 seguidores interesados en su estilo de vida y experiencias
al viajar.
Marcas como Hard Rock Hotel,
Movistar (Telefónica) y el mismo gobierno de Panamá se han acercado a ella para
que incluya temas de interés para ellos en los contenidos que sube a la red
social de Google, ante el respeto y la confianza que ha alcanzado entre su
seguidores.
Boyce es parte de la comunidad de
influencers en América Latina.
Uno de los tantos términos que
surgen de la era digital y cuya traducción al español (influenciadores) no está
aún incorporada al diccionario de la Real Academia Española.
Se trata de líderes digitales que
lograron —por su conocimiento, trabajo o empatía— crear una comunidad de
seguidores que interactúa con ellos en Facebook, Twitter, YouTube, Vine,
Instagram, Snapchat o blogs.
Su poder se basa en la credibilidad
que ostentan ante su audiencia, el tamaño de ésta y el alcance que logran con
sus posts, videos o tuits, es decir, los comentarios y las reacciones que
generan y las veces que estos se comparten en internet.
Son atributos que el tradicional
vocero no posee ni logra cuando habla de una marca, a pesar de que en ambos
casos hay un pago de por medio.
En el caso del influencer, la
monetización del servicio se basa precisamente en el tamaño de su audiencia y
de ese alcance que posee.
Compañías de bebidas como
Coca-Cola, de tecnología como Microsoft y de ropa como Springfield han hecho
mancuerna con ellos para llevar a sus clientes mensajes y experiencias de una
manera más cercana y creíble.
Una alianza que según Israel
Tejada, director digital de CAC Porter Novelli, deberá tomar en cuenta el
perfil de la figura del mundo cibernético para hacerlo coincidir con las
características de la marca y los objetivos que se persiguen, si se quiere
lograr un buen resultado.
Por ejemplo, un influencer
“héroe” sabe que es una persona reconocida y tiene una lista muy grande de
contactos, mientras que el “capitán” puede convertirse en el mejor embajador de
una marca por ser autoridad en su campo. El “buscador” investiga tendencias y
es el primero en usar nuevas plataformas y el usuario representa al cliente
regular. También existe el que distribuye y amplifica contenidos de otros
mediante sus redes sociales.
También puedes
leer: Lecciones de un youtuber para evitar el fracaso de las marcas
Nuevo modelo
Te preguntarás cuál es el efecto
que puede generar el comentario de un influencer para una marca. Un estudio
reciente de Twitter y la firma Annalect revela que alrededor de 40% de los
usuarios de redes sociales compró en línea apoyado por el consejo de un
influencer. En tanto que otro 20% asegura que compartió contenido que éste
recomendó.
“No es lo mismo que una marca
haga el review de su celular a que lo haga otra persona. El influencers le da
una validación externa (a ese producto o servicio)”, explica el consultor en
comunicación digital Rogelio Umaña.
Otro objetivo que se persigue es
humanizar la marca al sacar el producto del ámbito de la publicidad y colocarlo
en manos de individuos que generan opiniones más cercanas y reales para la
gente.
La cadena de comida rápida Taco
Bell ha utilizado influencers en Costa Rica con buenos resultados para lanzar
productos y dar mantenimiento a una de sus campañas este año. Esas figuras han
sido comediantes, gamers, periodistas y músicos.
Las alianzas, cuenta Ericka
Salmeron, encargada de mercado digital en Taco Bell, les permitieron acercarse
a los seguidores de los influencers con el mismo lenguaje y aprovechando la
afinidad que poseen.
Y es que respetar y mantener esa
conexión entre el líder y su comunidad es la regla de oro de esta nueva manera
de llegar a los consumidores de productos y servicios.
Los influencers son personas
genuinas, explica Jorge Ulloa del canal de sketches cómicos Enchufe. tv, que
usa la plataforma de YouTube porque en sus contenidos muestran sus conflictos y
defectos. Esto hace que la gente se identifique y los siga.
El ecuatoriano, junto con
Katherine Boyce, participaron con otros cuatro youtubers —que también se han
convertido en influencers— en el encuentro Nextg, organizado por forbes y el
Grupo La Nación el mes pasado en Costa Rica.
“Las marcas deberían hacer lo
mismo, mostrarse sinceras con sus defectos y virtudes, aterrizar y acercarse a
la gente como un amigo, no como un ícono”, dice Ulloa. El pecado mortal en este
negocio es precisamente modificar el contenido en redes con un mensaje
institucional o publicitario. La marca no va a enganchar su mensaje con la
audiencia del influencer y éste corre el riesgo de perder a una comunidad a la
que le debe fidelidad y respeto.
Por ello, las reglas básicas para
las empresas que quieren impulsar este tipo de alianzas, empiezan por definir
con quiénes quieren hablar y establecer los valores que quieren difundir.
“Elegir (a un líder de comunidad)
por la cantidad de seguidores que posee es un error común. También tiene que
existir afinidad con el producto. Quien es vegetariano no puede hablar de
carne”, expresa Hugo Beltrán, head of digital specialty de Havas Tribu.
Otra recomendación es que el
diseño del mensaje se trabaje en conjunto (entre el cliente y el influencer)
para que el contenido sea fluido y efectivo.
Y por último, medir y aprender.
Éste es un campo nuevo donde hay que estar abierto a que las cosas no funcionen
a la primera.
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