Tres soluciones para evitar una "era
oscura digital"
BBC Mundo - miércoles, 29 de abril de
2015
En el pasado el hombre escribió
sobre piedra, pergaminos, vitela... prácticamente sobre cualquier elemento que
llegara a sus manos. Y algunos de esos documentos físicos, como las pínturas en
cuevas, duraron decenas de miles de años.
Pero desde 1980 nuestras vidas se
han ido digitalizando a una velocidad vertiginosa y ahora la mayoría de
nuestras fotos, videos, investigaciones y escritos están almacenados en
nuestras perecederas computadoras o en centros de datos distribuidos por todo
el mundo.
En otras palabras, la Historia se
ha mudado a internet. Y algunos analistas digitales temen que esta
transformación esté poniendo en riesgo su futuro.
Vint Cerf, advirtió que si hay
una pérdida masiva de información podríamos entrar en una "era oscura
digital".
El pasado mes de febrero el apodado
"padre de internet", Vint Cerf, advirtió que si se pierden estos
datos podríamos entrar en una "era oscura digital".
Trillones de gigabytes de
información digital de una importancia crucial para los futuros archivistas e
historiadores perviven bajo una amenaza potencial de pérdida, por la corrupción
de los archivos, el robo, la obsolescencia e incluso los desastres naturales y
los causados por el hombre.
¿Cómo se puede evitar esa
potencial "era oscura digital"? Aquí te presentamos tres vías de
solución que la industria ya está desarrollando a largo plazo.
"Rayos X" de los
archivos
El propio Cerf propuso que se
haga una suerte de "retrato digital" de los contenidos, la aplicación
y el sistema operativo con el que se procesó.
Así, se crearía una réplica de
cada pieza de software y hardware que se haya producido, y se almacenaría de la
misma manera que lo hacen los museos, para que nunca se vuelvan obsoletos.
La universidad de Carnegie
Mellon, en Estados Unidos, ya ha puesto en práctica un proyecto que sigue esa
línea de trabajo, llamado Olive.
Esta solución requiere que la
información quede preservada digitalmente en una especie de máquinas virtuales
almacenadas en la nube.
Almacenamiento masivo y barato
Pero hay algunos analistas que
creen que la industria de la tecnología creará sus propias soluciones impulsada
principalmente por la fuerza del mercado.
Uno de ellos es Jeremy Burton,
presidente de producto y marketing en EMC, una compañía que ayudó a digitalizar
unos 82.000 manuscritos en la biblioteca del Vaticano.
Burton cree que cada vez será más
común disponer de unos estándares de almacenamiento de datos de dimensiones
industriales, a medida que la capacidad de almacenamiento se va haciendo más
accesible.
Por ejemplo, hace 10 años
almacenar datos habría costado unos US$45 por gigabyte. Mientras que ahora
cuesta unos céntimos, comenta Burton.
"Seguro que vamos a ver un
aumento de los servicios de almacenamiento digital", dice.
"Hay una nueva generación de
gente que está creciendo y espera tener acceso a cualquier información que
quieran -no sólo a datos recientes, sino a todos los datos".
Almacenamiento "a prueba de
bombas"
La seguridad es un factor
esencial para cualquier solución.
Un pulso electromagnético causado
por una gran explosión nuclear, por ejemplo, podría acabar con redes enteras de
electricidad y potencialmente parar a la civilización.
El año pasado el multimillonario
gestor de fondos de cobertura (hedge funds) Paul Singer le adivirtió a sus
inversores que un pulso electromagnético, denominado EMP por sus siglas en
inglés, era "la amenaza más significativa" para Estados Unidos y sus
aliados.
Y en un mundo digital cada vez
más interconectado, también se podría llegar a ese punto catastrófico a causa
de un malware particularmente agresivo o a través de una ciberguerra a nivel
estatal.
Para contrarrestar estas amenazas
cada vez son más comunes los centros de datos a prueba de bombas, protegidos
con sofisticados sistemas de seguridad físicos y cibernéticos.
Grandes compañías e instituciones
con un interés específico en la protección de datos y en su accesibilidad a
largo plazo ya están invirtiendo en estos centros, a medida que toman
consciencia de las amenazas.
Entre ellas están bancos,
compañías de seguros y gobiernos.
Pero aún queda mucho por hacer.
Como civilización, sólo ahora
estamos empezando a imaginar las devastadoras consecuencias que podría acarrear
la pérdida masiva de información.
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