Así piensan los ejecutivos cuando toman decisiones
Apertura - abril de 2025
Aunque en el mundo suena cada vez más fuerte el
concepto de big data –paquetes de datos masivos que cubren informaciones
diversas, desde transacciones económicas hasta contactos de Facebeook- los
altos ejecutivos todavía prefieren confiar en su propia intuición a la hora de
dar un paso importante.
Según un informe elaborado por PwC, entre las
más de 1000 personas encuestadas alrededor del mundo, el 58 por ciento de los
ejecutivos afirmó que se guían por factores más ligados a una percepción
personal. Esto se suma al 28 por ciento que recurre, también, al consejo y
experiencia de otros. Mientras sólo el 29 por ciento toma evalúa sus decisiones
a partir del análisis de datos.
A pesar del fuerte desarrollo tecnológico que
ha tenido el entorno empresarial en los últimos años, uno de los motivos por
los cuales el análisis de datos no ocupa un lugar preponderante es,
paradójicamente, algo tan simple como un tema de puntualidad: muchas veces, la
información relevada no está en las manos de los directivos al momento de hacer
una elección De hecho, a diferencia de lo que se suele pensar, muchas veces
estas decisiones no obedecen a una estrategia o un plan deliberado, sino que se
trata de aprovechar el momento.
Cuando se analiza el motivo que impulsa sus
accionar, el 30 por ciento lo hace para aprovechar oportunidades que se
presentan; un 25 por ciento lo hace después de haber retrasado la decisión; un
18 por ciento porque sigue una estrategia de negocio; 15 por ciento lo hace de
manera experimental; 9 reactivamente y un 4 por ciento porque se ve obligado a
hacerlo.
El estudio también indaga sobre cuáles son las
decisiones que ocupan la mente de los empresarios y qué proyectan para los
próximos doce meses. Entre las cinco más importantes, aparece como prioridad
aquellas relacionadas con el crecimiento de los negocios. En segundo lugar, se
encuentran las actividades orientadas a colaborar con la competencia, seguidas
por la reducción del tamaño de algunos de los mercados en los que operan estas
empresas; la generación de nuevos negocios y, finalmente, asuntos vinculados
con la financiación de la compañía.
Resulta paradójico que sean las decisiones más
importantes –las relativas al crecimiento y con las que persiguen aumentar la
rentabilidad y los ingresos de sus empresas– para las que estos ejecutivos se
sienten menos capacitados (se califican con un 7,4 sobre diez). Por el
contrario, las relativas a la puesta en marcha de nuevos negocios y la
reducción de actividades en las que están, son para las que se encuentran más
preparados (se califican con un 7,7 sobre diez).
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