La psicóloga de Lionel Messi
INFOnews - abril de 2015
Consejera
emocional" es una definición que le gusta y que describe lo que la Inma
Puig hace en empresas, hospitales y ámbitos deportivos, como el Fútbol Club Barcelona,
donde trabaja hace 12 años. Comienza la charla aclarando que, "por
contrato", no tiene permiso para contar detalles de lo que ocurre en los
vestuarios del Barça, pero sí habla de las emociones que pueden acomodarse en
un equipo de trabajo y en los que a ella le interesa indagar.
La tarea de esta psicóloga
clínica española es encargarse de las relaciones humanas en grupos laborales y
por eso la multinacional Oracle promocionó la visita de Puig en Buenos Aires,
donde dio una conferencia sobre la tecnología como habilitadora de la
innovación a través de las personas.
Tras su exposición, la
especialista y docente habló con Tiempo Argentino sobre las bondades y
desventajas de éxitos y fracasos, de la dinámica de grupos, y de los
principales puntos a tener en cuenta para una buena convivencia del equipo.
–¿Cómo se dio cuenta de que podía
aportar algo a un grupo de trabajo?
–Mi maestro es Mario Jaite
(psicoanalista argentino, padre del ex tenista), quien hace más de 30 años se
cruzó en mi camino. De él he aprendido todo lo que sé. A raíz de esta formación
tan argentina, comencé en los Grupos Balint (inspirados en un analista húngaro,
representan un método para analizar emociones de los profesionales en formación
y las variables que pueden interferir en su trabajo). Uso este método porque es
el más eficaz. Cuando las circunstancias no te permitan alcanzar un objetivo,
siempre lográs algo y es un mayor conocimiento sobre las personas.
–¿Es precisa la definición de
"consejera emocional"?
–Me la dio un propietario de 70
empresas, a quien me encontré en una reunión. Me presentó y dijo que yo era su
CEO. Yo no entendía y después me explicó lo que quiso decir: "Chief
Emotional Officer" (jefa de la oficina emocional, en inglés). Me pareció
hermoso. Yo trabajo todas las emociones.
–¿Cómo se traslada eso a un
equipo?
–No perdiendo de vista que sus
miembros son personas. En la empresa, la medicina y el deporte pasan cosas que
se explican sólo con la lógica de la empresa, la medicina y el deporte. Pero
además tienen una lógica común en lo que se refiere a tratar a las personas.
Cuando ven en qué puede ser útil, se puede avanzar. Y cuando los componentes de
estos equipos se sienten cuidados, el equipo funciona. Es escuchar, reconocer,
ponerse en el lugar del otro. Hay dos caminos. El corto es ponerse en el lugar
del otro y el largo es seguir la anatomía: tenemos dos oídos y una boca. Hay
que escuchar más de lo que se habla.
–¿Hay diferencias entre la tarea
en el fútbol y en empresas?
–Yo hago lo mismo. Es trabajar
con personas. Lo más importante es trabajar con los responsables, no con los de
abajo. El responsable es el que tiene en sus manos la capacidad de decidir
hacer cambios.
–¿Hay una problemática particular
en un grupo que tiene expatriados, como puede ser Messi, aunque viva en España
hace tiempo?
–El inmigrante siempre vuelve al
lugar, sobre todo si le va bien. Quiere ir a mostrarse. Piensa: "Yo sufrí
más que ustedes, que se quedaron aquí. No consiguieron lo mismo, pero yo me
perdí una cantidad de cosas." Eso influye muchísimo, sobre todo en las
empresas. No todo el mundo tiene la estructura física para resistir una
inmigración. Es responsabilidad de la empresa que contrata hacerle una prueba y
darle el apoyo necesario. Una inmigración es una pérdida y ante cualquier
pérdida hay que hacer un duelo.
–¿Cuánto influye en un equipo el
consejo emocional?
–Es absoluto, total. Un equipo
que no siente que lo están cuidando, no va a rendir y se va a deteriorar, y un
deteriorado jamás rinde todo lo que podría. A mis alumnos les pido que compren
una planta y no la toquen sino que la fotografíen cada semana y vean cómo
termina. Se ve el deterioro porque no se la cuida. Todas las plantas necesitan
agua, aire, luz, pero en dosis diferentes. Con las personas pasa lo mismo: hay
que averiguar qué dosis necesita cada una de algo que necesita todo el mundo.
Un grupo cuidado tendrá resultados agradables.
–¿Qué rol juega un líder de
equipo?
–Es el representante de sus
compañeros ante el entrenador y todo el mundo. Ha de ser una persona respetada,
ejemplar, en la que se puedan mirar y que sea la que ponga los límites. Poner
límites es el mejor ansiolítico.
–¿Y qué impacto pueden tener los
estrellatos individuales?
–Un equipo está formado por los
geniales y los trabajadores: unos sin los otros no van a ningún lado. Todos
tenemos talentos: unos para una cosa y otros para otra. Desde el que abre la
puerta hasta el que apaga las luces. Es un concepto, una filosofía. Cuando
empieza la comparación, se terminó el equipo. Hay una cosa curiosa: nos
preparan más para el fracaso que para el éxito. Te dicen que si no sale bien,
podés hacer tal cosa o tal otra. Pero cuando tienes éxito, la gente no te ayuda
y empiezas a sufrir las consecuencias. El éxito a veces daña, anestesia, hace
perder el contacto con la realidad. Ahí aparece, en un equipo exitoso, el
síntoma del tanto por ciento: qué porcentaje tengo que ver yo con lo que pasó.
Y en lugar de buscar la contra afuera, empiezan a competir entre ellos. Esto es
lo que más hay que vigilar. El éxito es de todos porque si no se resquebraja el
vínculo. Mantener o repetir el éxito es lo que más cuesta. También influyen las
expectativas que uno tiene sobre uno y lo que espera la gente de ti. Todo eso
puede convertirse en presión y hay que saberlo gestionar.
En el ámbito del aula
La especialista Inma Puig también
habló, desde su rol de docente, acerca de cómo influye la inclusión de la
tecnología en los grupos: "Como toda herramienta, puede ser muy útil o muy
perniciosa. Los celulares o tablets nos acercan a los que tenemos lejos y nos
alejan de los que tenemos cerca. Es un arma de doble filo, como la vida misma.
Los jóvenes saben usarla mejor que los que enseñan. Como profesora, después de
más de 20 años dando clases en la universidad, cuando antes entraba al aula
estaba segura de que yo sabía más que cualquiera de los alumnos. Eso ha ido
evolucionando. El rol del profesor cambia absolutamente. Ha de tener un rol más
real: ellos saben unas cosas y yo sé otras. Vamos a compartirlas. La pedagogía
nueva busca lo que le interesa al alumno, lo que puede serle útil."
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