Un poco de juego en la oficina lo vuelve más
creativo (pero sólo un poco)
The Wall Street Journal. - domingo, 26 de
abril de 2015
Jugar con un juego de ingenio
geométrico o una pelota para aplacar el estrés puede parecer una simple distracción.
También podría generar pensamientos más claros o más creativos.
Ciertas clases de movimientos de
la mano tienen un impacto en la función cognitiva, al mejorar la concentración
o desatar pensamientos nuevos o un aprendizaje más rápido, según varios
estudios recientes. Investigadores de la Escuela Politécnica de Ingeniería de
la Universidad de Nueva York (NYU) exploran la forma en que juguetear con
pequeños aparatos podría generar algunos de esos beneficios.
La investigación brinda pistas
sobre cómo las personas que se sienten inquietas o confinadas por su trabajo
frente a la computadora podrían encontrar la estimulación física y la descarga
de estrés que necesitan al exhibir un comportamiento por el que hubieran sido
regañados en la escuela primaria: jugar.
Investigadores de NYU estudian la
forma en que 40 trabajadores usan varios objetos, desde juguetes infantiles
para morder hasta lapiceras, como una ayuda para concentrarse, calmar la
ansiedad y generar pensamientos creativos, dice Michael Karlesky, un candidato
doctoral en la escuela de ingeniería de NYU. Está realizando el estudio con su
consejera, Katherine Isbister, directora de investigación del Laboratorio de
Innovación de Juegos de NYU y autora de dos libros sobre diseño e investigación
de juegos de computadora.
El desarrollador de software
Andrew Jarratt juega con un una rueda magnética cuando necesita resolver
problemas de programación. Da vueltas el aparato angosto, una pista con forma
de U, a uno y otro lado, apelando a la fuerza centrífuga para hacer que la
rueda gire rápidamente a lo largo de la pista. Mirar la rueda aleja su mente de
las frustraciones. “Brinda la claridad mental que necesito para resolver
problemas creativos”, dice Jarratt, quien vive en Chicago.
Mitchel Diemer, un pastor del
estado de Kansas que también participa en el estudio, afirma que juguetear con
una lapicera “mantiene funcionando los engranajes” de su mente. “Si sigo
moviendo mi mano, tiendo a concentrarme más”, observa.
El estudio de NYU se basa en un
ámbito de investigación en desarrollo llamado “cognición personificada”, o la
forma en que el movimiento físico y el medio ambiente podrían darle forma al
funcionamiento cognitivo. Algunos estudios muestran que jugar con objetos
también podría ser un mecanismo para abordar una energía incansable, al
estimular el cerebro lo suficiente como para que una persona pueda centrarse en
tareas mundanas.
Investigadores de la Universidad
de Princeton y de la Universidad de California en Los Ángeles descubrieron en
tres estudios realizados entre 327 alumnos que fue publicado el año pasado en
la revista especializada Psychological Science que los estudiantes que toman
notas a mano en clase, en lugar de usar una computadora portátil, procesaron el
material más profundamente y dieron mejores respuestas a preguntas
conceptuales.
Un estudio hecho en 2011 entre 22
personas publicado en la revista Frontiers In Psychology descubrió que contar
con los dedos de la mano mejora el desempeño de la aritmética mental en los
adultos. Investigaciones previas hallaron los mismos beneficios en niños.
Además, los niños que juegan a
menudo con bloques y rompecabezas tienen un mejor desempeño en pruebas de
razonamiento espacial, es decir la capacidad de manipular objetos en el
espacio, según un análisis de puntajes de pruebas y respuestas de encuestas a
padres de 847 niños, publicado hace poco en Psychological Science.
“La mano puede operar como un
director de la conciencia, una herramienta o agente para que la mente logre un
estado en el cual la gente podrá conseguir el desenlace que pretende”, dice
Frank Wilson, un neurólogo, conferencista y autor de un libro sobre cómo la
interacción entre la mano y la mente cultiva la inteligencia.
Manipular una piedra lisa o un
collar que genera una sensación agradable o relajante al tacto puede evocar “la
práctica humana antigua y eterna del ritual meditativo” y marginar estímulo
negativos, dice Wilson. Tener en la mano objetos que motivan pensamientos
agradables puede disminuir la tensión o incrementar la confianza.
En el estudio de NYU, Karlesky y
su equipo acuden a los medios sociales y otros métodos para invitar a la gente
a publicar fotos y videos de los juguetes que utilizan en el trabajo, con
descripciones de sus beneficios en fidgetwidgets.tumblr.com. Los investigadores
planean clasificar los objetos según los estímulos que generan en una especie
de taxonomía de comportamientos de jugueteos, con una meta posible de crear
objetos pequeños y programables para cumplir con las necesidades de los
individuos, explica Isbister.
Los participantes en el estudio a
menudo afirman que consiguen beneficios prácticos al hacer clic, estirar,
enredar, dar vuelta, apretar, acariciar o juguetear con objetos cotidianos.
“Poder aplastar algo con mucha
fuera o tirarlo sobre la mesa” puede reducir tensiones mentales y físicas, dice
Isbister. Estos comportamiento también podrían ayudar a la gente a superar
sentimientos de estancamiento, aburrimiento, confusión, distracción o exceso de
energía.
Abbey Hambright, una especialista
de atención al cliente y medios sociales de Chicago, dice que estirar y doblar
un resorte la ayuda a resistirse a hacer varias cosas a la vez, y así por
ejemplo no enviar emails durante las llamadas en conferencia. Sus pensamientos
van más rápido que las conversaciones telefónicas, cuenta. Jugar con el resorte
“ayuda a desacelerarme” y escuchar con atención, afirma.
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