¿Se acerca (por fin) el boom de los pagos
móviles?
Forbes - jueves, 16 de abril de 2015
Existen dos razones para pensar que sí: más
personas con acceso a teléfonos de gama alta a un menor precio, y un mayor
avance tecnológico que permite lanzar más productos, mejorar la experiencia del
consumidor y la seguridad. Pero aún hay obstáculos: falta que más
desarrolladores y negocios, incluso los pequeños, avancen en la adopción de
estándares, y que las autoridades regulatorias se adapten también.
Las condiciones para que se produzca, ahora sí,
un crecimiento exponencial de los pagos por dispositivos móviles en México
parecen ser las idóneas. Por primera vez en el país, el número de smartphones
ha superado el de móviles básicos (Feature Phones).
Al cierre de 2014 había 104 millones de líneas
móviles, de las cuales 52.6 millones corresponden a smartphones, es decir,
50.7% del total, según cifras de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Pero algo sigue fallando. De cada 10,000
adultos, sólo 106 tienen contratos de banca a través de un dispositivo móvil, y
sólo se tienen tres productos de banca móvil impulsados por cuatro bancos,
según el reporte Inclusión Financiera 2013 de la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores (CNBV).
Además persiste la costumbre de las personas de
hacer la mayoría de sus pagos en efectivo, y no es algo que tenga que ver
solamente con la población de menores ingresos.
“El 63% de las personas con ingresos superiores
a 300,000 pesos anuales siguen pagando la mayoría de sus cuentas en efectivo.
Nuestra sociedad sigue basada en el uso del ‘cash’”, dice René Salazar,
director ejecutivo y senior vicepresidente para Fiserv en América Latina, el
Caribe y Canadá.
La penetración de estos productos y otros
canales para pagos móviles en México y otras economías emergentes ha permanecido
incipiente en los últimos años, pero su adopción a partir de este año podría
ser mucho más rápida. Para pensar eso hay dos razones principales: más personas
con acceso a teléfonos de gama alta a un menor precio, y un mayor avance
tecnológico, que permite lanzar más productos, mejorar la experiencia del
consumidor y la seguridad en las transacciones.
Pero aún quedan retos por enfrentar: que más
desarrolladores y negocios, incluso los pequeños, avancen en la adopción de
estándares, y que las autoridades regulatorias se adapten también.
Potencial (aún) dormido
El número de cuentas de dinero móvil
registradas a nivel mundial creció hasta los casi 300 millones en 2014, de
acuerdo con el estudio Estado de la Industria 2014 de GSMA, la asociación que
agrupa a más 800 operadores de telefonía móvil y que organiza el Mobile World
Congress cada año en Barcelona, España.
Aunque esta cifra representa un hito para la
industria, aún está por debajo de su potencial, pues representa sólo 8% de
conexiones móviles en mercados donde están disponibles los servicios de dinero
móvil, indica el estudio de GSMA.
Otro análisis, éste de Ernst & Young (EY)
sobre pagos móviles, indica que el número de cuentas podría llegar hasta 450
millones en 2017.
La firma de estimación Gartner calculaba en
2013 que el valor de mercado de las transacciones móviles llegaría a 235,000
millones de dólares (mdd).
Sólo trasladando el 5% del dinero que se mueve
en efectivo a nivel global a los pagos electrónicos generaría una masa de
alrededor de 80,000 millones de dólares, indica René Salazar, de Fiserv, firma
de soluciones tecnológicas en servicios financieros y banca móvil.
En el caso de México, aunque la penetración del
dinero y los pagos móviles han tenido un crecimiento incipiente, el número de
teléfonos inteligentes llegó a 50.7% de total de líneas en 2014, según CIU.
Hay otro dato alentador para la industria:
México, junto con Colombia, lidera el crecimiento del uso del teléfono móvil
como medio de pago. Casi 40% de las personas en México que cuentan con un
smartphone realiza pagos o compras en comercios a través de su dispositivo al
menos una vez al mes, según el informe de Tendencias en medios de pago 2014 de
Tecnocom.
Mejorar la experiencia
Uno de los factores necesarios para que crezca
de forma exponencial el uso de los pagos móviles es mejorar la experiencia del
consumidor, dejando atrás las preocupaciones sobre seguridad y uso en las
transacciones.
Apple y Samsung han presentado en los últimos
dos años sus sistemas de pago con móvil, atacando así el mercado y vinculando a
sus usuarios con la experiencia y la marca.
“En los últimos tres años, como industria,
hemos estado discutiendo y avanzando para aprovechar mejor la tecnología para
dar mejores servicios a los consumidores en términos de pago, en el uso de esta
tecnología y mejorar la vida de los consumidores”, afirma en entrevista Max
Chion, ejecutivo de Productos y Pagos Emergentes de MasterCard.
La complejidad en el uso era uno de los
principales obstáculos en el progreso de banca móvil y, por ende, en la
ampliación de los pagos móviles, pero cada vez más empresas tienen mayor
interés en buscar soluciones para hacer la experiencia más atractiva.
Enrique Ramos O’ Reilly, director regional de
Temenos, compañía suiza especializada en software para servicios financieros,
destaca que más empresas están interesadas en implementar sus soluciones para
smartphones y tablets.
“También hemos invertido mucho dinero para que
la experiencia sea más agradable. Los millennials dan un valor muy alto y van a
seleccionar su institución financiera de acuerdo con los dispositivos
disponibles y cómo los puede comunicar con ellos”, agrega el directivo.
La última frontera
Un mayor número de dispositivos móviles y el
mejoramiento de la experiencia deberían dar las condiciones propicias para el
crecimiento exponencial del dinero móvil, pero no basta con que los
consumidores lo adopten. Las empresas también deben adoptar los estándares si
quieren participar.
“Una primera cosa que concluimos es que debe
haber estándares. Si no los hay es difícil que los participantes en la cadena
de valor adopten la cadena de solución”, dice Max Chion, de MasterCard.
Enrique Ramos O’Reilly, de Temenos, coincide en
que debe avanzarse en este aspecto. “Un problema hoy en día es que un comercio
se pregunta qué estándar voy a utilizar: el que manejan MasterCard y Visa para
recibir transacciones, o el que tiene el iPhone. Aún faltan cosas por definir,
y esto va a tener que empezar a tomar forma en poco tiempo, en donde se tengan
que definir estándares que sean útiles y utilizados por varios vendedores, para
que no exista uno que sea dominante y que la aceptación de esta tecnología sea
más grande.”
Los retailers y los prestadores de servicios
públicos y privados también deben estar listos para tener la infraestructura
adecuada para que el usuario final pueda realizar los pagos, agrega René
Salazar, de Fiserv:
“Necesitamos que los retailers tengan la infraestructura
lista, que el sector financiero también esté listo para que toda la cadena
permita que ese flujo de dinero móvil pueda ocurrir y, por supuesto, un marco
regulatorio que permita a todas las instituciones y retailers operar de esa
manera y dar la certeza al cliente final de que puede realizar esos pagos por
teléfono.”
El avance del dinero móvil y pagos por
dispositivos no reemplazarán al efectivo ni a las tarjetas en el corto ni en el
mediano plazo, sino que coexistirán las tres formas conforme los avances
tecnológicos sigan adaptándose.
Max Chion, de MasterCard, lo ve de esta forma:
“En algunas ocasiones los usuarios usarán sus teléfonos y otras sus tarjetas.
De la misma forma en que las tarjetas y los vouchers de papel existieron, hasta
que las tarjetas los sustituyeron.”
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